El Gobierno tiene listo el decreto para crear el Consejo de Mayo y hay dudas sobre su impacto

El Gobierno tiene listo el decreto que convoca al Consejo de Mayo, la figura pensada por la mesa chica presidencial para darle continuidad al pacto que Javier Milei encabezó en Tucumán. El objetivo de la Casa Rosada, con esta nueva figura, es sostener la centralidad política y mantener viva la épica refundacional del proyecto libertario.

Pese a que será publicado en las próximas horas en el Boletín Oficial, la convocatoria formal al nuevo Consejo será abierta y sin mayores precisiones. El Gobierno creará un ámbito para que confluyan distintos sectores de la vida política con el objetivo de trazar compromisos de largo plazo para el país y redactar reformas derivadas del Pacto de Mayo. Pero el decreto no detallará los mecanismos de elección de los integrantes.

Según pudo saber LA NACION, el decreto ya está escrito y esta tarde solo restaba la firma de Milei. El Presidente hoy sorprendió con una visita vespertina por la Casa Rosada para brindar una entrevista antes de iniciar esta noche un nuevo viaje a los Estados Unidos para reunirse con empresarios. Al llegar a la sede de gobierno, el jefe de Estado se desvió unos minutos al Patio de las Palmeras para saludar a un grupo de estudiantes que realizaba una visita guiada.

La convocatoria al Consejo de Mayo invitaría, según trascendió, a un representante por el Poder Ejecutivo, uno por Diputados, uno por el Senado, otro por las provincias, un exponente de las cámaras empresarias y otro del sector gremial. Cerca de Milei dicen que será tarea de cada sector elegir a sus representantes. Es, una vez más, una manera de exponer a la política a la decisión de acompañar, o no, al Gobierno. Y un intento por demostrar que los sectores de la vida pública están atomizados.

Por el Poder Ejecutivo se estima que el representante será el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El funcionario demostró que no abandonará el perfil político que tenía cuando era ministro del Interior y que no le interesa acumular poder dentro de la gestión, sino más bien sobrevolar las áreas como un ministro coordinador.

Si se confirma su rol en el Consejo de Mayo, Francos podrá sostener la agenda de la gobernabilidad, una vez traspasados los hitos de la Ley Bases y el Pacto de Mayo. Un objetivo cada vez más desafiante, con los interlocutores políticos mas desgastados y midiendo su apoyo caso por caso.

En el Congreso, la agenda del Consejo de Mayo todavía no permeó. En Diputados, por caso, el oficialismo postergó para la semana próxima una reunión con los bloques aliados para acordar la agenda parlamentaria del segundo semestre. Pero está lejos de definir quién integrará el consejo.

Respecto a los sectores gremiales -que ni siquiera participaron del Pacto de Mayo en Tucumán- en el Gobierno confían en que en este caso sí quieran tener participación. “Se va a trabajar en una reforma laboral ¿Van a querer dejarle esa materia a los empresarios?”, se preguntó esta semana un colaborador de Milei.

Se verá con los días si la nueva convocatoria presidencial atrae la atención de los distintos sectores y si el mentado Consejo tomará relevancia en la vida pública. O si, por el contrario, se queda en lo abstracto, como ya ocurrió con iniciativas de gobiernos anteriores.

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