El Gobierno sufre su más sorpresivo y crudo revés electoral en la provincia de Buenos Aires
Con el 92% de los votos escrutados, el Frente de Todos perdía por más de cuatro puntos frente a Juntos por el Cambio; “Hay que trabajar en lo que no estamos viendo”, dijeron cerca de Kicillof; Santilli logró neutralizar a Manes; el FIT, Espert y Randazzo superaron el piso y competirán en noviembre
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La coalición de gobierno que comanda Alberto Fernández sufre su más crudo e inesperado revés electoral en la provincia de Buenos Aires, principal bastión del peronismo. Con el 92% de las mesas escrutadas, el Frente de Todos obtenía 33,5% y perdía por más de cuatro puntos frente a Juntos por el Cambio, que cosechaba más de 38 puntos en unas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) con menos participación, en las que el 70% de los votos se distribuyeron entre las dos principales ofertas electorales.
El Frente de Izquierda (FIT), José Luis Espert y Florencio Randazzo, en ese orden, se repartieron el voto por fuera de la polarización y superaron el piso para competir en las generales del 14 de noviembre.
Los primeros datos oficiales tomaron por sorpresa al Gobierno, que se había ilusionado con los primeros boca de urna. Horas antes, Kicillof, Máximo Kirchner y Victorial Tolosa Paz habían celebrado en La Plata. Con ellos se había comunicado telefónicamente la vicepresidenta para analizar los boca de urna que les daban mucho mejor que lo que finalmente arrojó el escrutinio.
Pero apenas se publicaron los resultados, pasadas las 21.30, un importante funcionario de la Casa Rosada y un estrecho colaborador de Axel Kicillof admitieron que era imposible dar vuelta la tendencia que los daba por perdedores. “Irreversible”, dijo un funcionario cercano a Alberto Fernández tras conocer los primeros números oficiales. “Otra vez fallaron los pronósticos”, apuntó un funcionario cercano a Kicillof.
La elección bonaerense fue un duro impacto para el oficialismo, en particular para Fernández y Cristina Kirchner. El resultado le quita oxígeno al Presidente para defender el rumbo de su gestión y su equipo de gobierno.
El Frente de Todos no logró así revertir la tradición de derrotas de medio término que el kirchnerismo viene arrastrando desde 2005 en la provincia, su principal bastión. En todos esos comicios, el peronismo había jugado disperso. Hoy, la coalición de gobierno se sometió al primer test electoral de su gestión con el kirchnerismo, el massismo y buena parte del PJ conjugados en una única boleta. Con el 75% de las mesas escrutadas, la adhesión oficialista se reducía 15 puntos respecto a las PASO de 2019 en el tramo diputados.
Los 33,5 puntos obtenidos, en cambio, se asimilaba al caudal de votos que había cosechado Cristina Kirchner en 2017, cuando jugó sola. La fortaleza de “la unidad del peronismo” se diluyó en estos comicios.
En caso de repetir el resultado de las PASO, en tanto, en noviembre quedará enterrado el objetivo de Kicillof de dominar la Legislatura para garantizarse proyectos cruciales para la gobernabilidad y quedaría condicionado a negociar créditos, impuestos y designaciones de jueces con la oposición. Si la foto del escrutinio se repite, Kicillof deberá olvidar su aspiración de arrebatar la primera minoría a la oposición en el Senado bonaerense. Peor aún: podría perder, incluso, la cómoda posición de primera minoría que hoy tiene en la Cámara de Diputados.
Rodríguez Larreta, fortalecido
En Buenos Aires reside el 37% del padrón del país. Los resultados en este distrito se proyectan sobre la construcción de poder del kirchnerismo, sobre la gobernabilidad de Fernández y sobre las aspiraciones presidenciales de Horacio Rodríguez Larreta.
La ventaja que consiguió la alianza de Juntos por el Cambio ilusiona a la oposición de cara al futuro. Con el 38% de los votos de la provincia, la performance opositora superaba los resultados que habían tenido en las PASO legislativas de 2017 (34,19%) y en 2019 (30,99%). Tras posicionarse como un armador nacional, Horacio Rodríguez Larreta logró neutralizar a Facundo Manes, el retador de la UCR en la interna bonaerense de Juntos, y asestarle un duro golpe al oficialismo.
En la interna de Juntos, la lista de Diego Santilli apalancada por Rodríguez Larreta se imponía con 22 puntos (el 60% de los votos de la alianza) sobre los 15 puntos que cosechó la lista de la UCR de Facundo Manes (40% de los votos de la alianza). Ambos candidatos reforzaron una foto conjunta para fomentar el trasvasamiento de los votos del radical a la boleta definitiva, que encabezará Santilli.
Otra de las sorpresas de la elección bonaerense, de acuerdo a los primeros datos, fue la performance de la izquierda. Con el 72% de los votos escrutados, el FIT lograba el tercer lugar con más de cinco puntos y se imponía por escaso margen sobre Espert (Avanza Libertad) que cosechaba el 4.84% y sobre Randazzo, que obtenía un 3,71%, muy por debajo de los 6 puntos que había logrado en las PASO de 2017.
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