El Gobierno sube la tensión en el Mercosur y plantea una posible ruptura
El Gobierno elevó aún más la tensión dentro del Mercosur e instará a Brasil, Uruguay y Paraguay a tomar una decisión sobre el futuro del bloque regional, que atraviesa una de sus mayores crisis por las fuertes diferencias ideológicas internas en torno a la apertura comercial. Los cortocircuitos crecieron en el marco de la pandemia por el coronavirus.
Aunque sin referirse directamente a una ruptura, el presidente Alberto Fernández planteó la necesidad de discutir la esencia del grupo. "Le voy a decir al canciller que les planteemos a los miembros del Mercosur un instante de reflexión. Porque si ellos quieren tirar por la borda el Mercosur, entonces que nos digan que no existe más. Porque si cada uno negocia lo que quiere, ¿para qué existe?", dijo el mandatario en una entrevista a El Destape Radio.
La nueva escalada de tensión dentro del bloque se produjo luego de la decisión de Fernández y del canciller Felipe Solá de suspender la participación argentina en las negociaciones externas del Mercosur con países como Corea del Sur o Singapur. La medida materializó las diferencias con el resto de los socios del bloque regional que, encabezados por Brasil, promueven la apertura comercial como herramienta de desarrollo económico.
Según Fernández, durante el gobierno de Mauricio Macri se vulneró la regla del bloque que impide a los países negociar tratados comerciales unilaterales. "[Para firmar acuerdos] todos tienen que estar de acuerdo. Repentinamente, en los años de Macri y [Jair] Bolsonaro, empezaron a dejar la cláusula de lado. Si eso es así no tiene sentido el Mercosur. (...) Si no hay matrimonio, no habrá matrimonio. Pero si lo hay, hay ciertas cosas para respetar", lanzó el Presidente, quien pidió que el Mercosur sea "más grande".
La medida, que dejó al grupo en una parálisis virtual, se tomó con sorpresa tanto dentro como fuera del país y provocó reacciones diversas que fueron desde la fuerte crítica del ministro de economía brasileño, el liberal Paulo Guedes, hasta el comunicado distante de Paraguay, que actualmente ejerce la presidencia pro témpore del grupo.
"No seremos Argentina ni Venezuela, estamos en otro camino, el camino de la prosperidad, no en el camino de la desesperación", dijo Guedes al referirse al futuro de la economía cuando se supere la crisis del coronavirus.
Pese a encontrarse en veredas ideológicas opuestas, Fernández demostró tener algo en común con Guedes: la pregunta sobre si existirá el Mercosur en el futuro también la deslizó el ministro el año pasado, durante la campaña electoral argentina. En ese entonces, amenazó con salir del bloque si el kirchnerismo ganaba la presidencia e impulsaba medidas proteccionistas.
El fuego cruzado entre Jair Bolsonaro y Fernández, quienes tienen una relación tensa, surgió incluso antes del cambio de gobierno. Pese al intento de bajar la tensión en los últimos meses tras numerosos cruces que llegaron a niveles personales, los gobiernos no logran acercar posiciones.
Tensión con otros vecinos
El gobierno del paraguayo Mario Abdo-Benítez había sido el primero en reaccionar a la medida anunciada por la Argentina el viernes a la noche. Alineada con Brasil, en un comunicado de la cancillería, Paraguay avaló la búsqueda de métodos "jurídicos, institucionales y operativos" para permitir la continuidad de las negociaciones.
En tanto, el nuevo presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, que puso fin a un ciclo de 15 años de gobierno del izquierdista Frente Amplio y marcó un giro en la política exterior del país, se alejó de la postura argentina y se acercó al Brasil de Bolsonaro.
El ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo aisló a la Argentina del futuro comercial del Mercosur. "La decisión argentina no afectará la agenda prevista ni el objetivo de conclusión de los procesos [las negociaciones comerciales] a fines de 2020. Asimismo, la decisión argentina no afectará los procesos exploratorios en curso y que podrían concluir en el lanzamiento de nuevas negociaciones comerciales del Mercosur", publicó el organismo.
Más allá del Mercosur, la Argentina tampoco exhibe señales de cercanía con Bolivia y Chile. El país mantiene una relación tensa con todos los países que lo rodean.
El Gobierno tuvo numerosos roces con la administración de Sebastián Piñera. Primero, por las revueltas sociales en Chile y, después por la interpretación de los datos sobre el avance de la pandemia en la región que Fernández presentó públicamente semanas atrás. Los gobiernos incluso tuvieron un nuevo choque en las últimas horas por unos dichos de Fernández en una conversación reciente con la oposición chilena organizado por el Grupo de Puebla. El Presidente dijo en el encuentro que a Chile le "falta volver a unirse para poder recuperar el poder en favor de los chilenos". El gobierno de Piñera le volvió a reclamar que evite "la injerencia en los asuntos internos".
Tras el nuevo roce, Fernández habló hoy telefónicamente con Piñera durante 45 minutos. El chileno dijo que "mantener una buena relación" es "fundamental".
Con Bolivia, en tanto, la relación está en pausa. Desde la renuncia de Evo Morales -que Fernández consideró un golpe de Estado- y la asunción de Jeanine Áñez el diálogo quedó congelado. La Casa Rosada no reconoce a su gobierno como legítimo.
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