El Gobierno suaviza las críticas al régimen de Maduro y se aleja de la oposición venezolana
En foros mundiales y contactos diplomáticos, la Casa Rosada muestra un giro con respecto a la postura dura del macrismo
El giro de la Argentina frente a la crisis en Venezuela ya dio sus primeras señales tras la llegada de Alberto Fernández al poder. Desde la presencia de un alto funcionario del gobierno de Nicolás Maduro en la asunción hasta la reciente condena en la ONU a las sanciones contra el régimen chavista, el país se alejó de la postura dura que había adoptado la administración de Mauricio Macri, no sin antes provocar un primer roce con Estados Unidos.
Los gestos de acercamiento fueron puestos a prueba, sin embargo, con el envío sorpresivo por parte del gobierno de Maduro de una nueva embajadora que todavía no presentó la carta credencial para avanzar con la designación y puesta en funciones de la funcionaria.
Se trata de Stella Lugo, una exgobernadora y ministra vinculada a las milicias bolivarianas, que habría llegado el mismo día de la asunción y que días después se presentó en la sede diplomática de Venezuela, en Palermo, para comunicar que iba a ser la nueva embajadora.
Las relaciones entre la Argentina y Venezuela se congelaron durante la gestión anterior, al punto de que la Argentina redujo al máximo la representación diplomática en el país caribeño. La embajada hoy está a cargo de Eduardo Porretti en carácter de encargado de negocios. Porretti incluso había sido convocado por Jorge Faurie en enero para mantener reuniones con funcionarios locales justo cuando Maduro asumía su nuevo mandato. El macrismo no envió a nadie a la ceremonia.
En el contexto de cambio en las relaciones bilaterales, todavía resta definir en el Gobierno cuál será el futuro de la embajada argentina en Caracas y si se designará un embajador que revitalice el vínculo.
Por lo pronto, el Gobierno ya expresó el miércoles un giro en un escenario internacional. Fue en la ONU, cuando el exvicecanciller y embajador argentino ante el organismo, Carlos Foradori, cuestionó la aplicación de sanciones de Estados Unidos y Europa a Venezuela porque "tienen efectos en la población más vulnerable".
Asimismo, la Cancillería que conduce Felipe Solá desestimará a la embajadora enviada por Juan Guaidó, proclamado presidente encargado de Venezuela. Si bien el gobierno de Macri había aceptado a Elisa Trotta Gamus como representante diplomática, la abogada viajó a la Argentina en carácter de misión diplomática, por lo que basta que el nuevo gobierno no la reconozca como tal para que pierda peso político. De todas maneras, Gamus sigue presentándose en su cuenta de Twitter como "embajadora de la República Bolivariana de Venezuela ante la República Argentina". La relación con Guaidó también tendrá cambios. En la Casa Rosada aseguran que si bien lo van a considerar "un líder opositor para sentarse en una mesa de debate", no lo tomarán como autoridad máxima del país.
Asimismo, la Argentina insistirá en los foros regionales en la necesidad de lograr una salida política a la crisis a través de una convocatoria a elecciones libres y mantendrá un rechazo firme al aumento de presión financiera y rechazará intentos de forzar una intervención militar.