Aborto legal: Alberto Fernández envió el proyecto al Congreso
Alberto Fernández enviaba esta tarde el proyecto de legalización del aborto al Congreso, con la intención de que se comience a debatir en diciembre y con la expectativa de tener media sanción antes de fin de año. "La legalización del aborto salva vidas de mujeres y preserva su capacidad reproductiva. No aumenta la cantidad de abortos ni los promueve, solo resuelve un problema que afecta a la salud pública", dijo el Presidente en un video grabado vía Twitter. Lució para la ocasión una corbata verde.
La iniciativa, que tiene el sello del Presidente y la pluma de la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación inclusive, obliga a realizar la práctica a todas las instituciones de la salud en el plazo de diez días y admite la objeción de conciencia individual de los profesionales, siempre y cuando se garantice que la paciente sea atendida por otro médico.
Como parte de un mismo paquete -y con la clara intención de persuadir a los indecisos- Fernández también anunció el proyecto "de los 1000 días" que prevé una ayuda económica para la mujer embarazada en situación de vulnerabilidad. El Presidente anticipó así los argumentos que esgrimirá el Gobierno para defender las iniciativas: que es una cuestión sanitaria y que "el Estado debe acompañar a las mujeres en sus proyectos de maternidad" pero también "cuidar la vida de quienes deciden interrumpir su embarazo".
El texto ingresará hoy por Diputados, donde los números son más holgados que en la Cámara alta. En el Gobierno hubo una larga discusión sobre cuándo enviar la iniciativa. Se llegó a evaluar postergarlo un día, para evitar que interfiriera el debate del proyecto del impuesto a las grandes fortunas, que es impulsado por Máximo Kirchner y que era tratado hoy en una sesión maratónica.
Siempre fue mi compromiso que el Estado acompañe a todas las personas gestantes en sus proyectos de maternidad y cuide la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo. El Estado no debe desentenderse de ninguna de estas realidades.#QueSeaLeypic.twitter.com/V7Lr6wBmuB&— Alberto Fernández (@alferdez) November 17, 2020
Sin embargo, ganó la alternativa de presentar la iniciativa esta misma tarde, mientras las agrupaciones oficialistas se congregaban en el Congreso por el Día de la Militancia. De hecho, el Presidente le hablará hoy a los movimientos sociales, gremios y agrupaciones políticas que se movilizaron a las inmediaciones del Parlamento.
La movilización estuvo pensada, primero, como un apoyo al Gobierno. Sobre eso se montó la defensa al proyecto del aporte extraordinario que Máximo Kirchner introdujo en la agenda el viernes pasado. Con ese telón de fondo, finalmente hoy se impuso el proyecto del aborto.
Según los cálculos que realizan en la Casa Rosada, los tiempos parlamentarios alcanzarían para conseguir una media sanción antes de fin de año. Esa es, al menos, la apuesta del Gobierno para ganar volumen político de cara a la batalla más difícil, que tendrá lugar en el Senado.
Fernández se juega un importante capital político con el proyecto del aborto, que fue una promesa de su campaña y que presentó como una bandera propia. El Gobierno utilizará como argumentos la experiencia de otros países donde la legalización del aborto bajó la tasa de mortalidad (como Uruguay); la mayor vulnerabilidad por abortos clandestinos en los sectores de menores ingresos y las estadísticas sanitarias. Todo para intentar persuadir a los legisladores indecisos, que son los que inclinarán la balanza en ambas cámaras. "Cada año se hospitalizan alrededor de 38.000 mujeres por abortos y desde la recuperación de la democracia murieron más de 3.000 mujeres por esa causa", dijo hoy el Presidente en el video.
Senado
En el Senado -la cámara que en 2018 frustró el proyecto- serán claves los indecisos y las eventuales abstenciones de senadores oficialistas que, sin querer votar a favor, podrían colaborar con la voluntad presidencial. Con ese cálculo hacen la matemática en la Casa Rosada, aunque saben que rol de Cristina Kirchner será fundamental.
Por ahora, las señales emitidas desde la Cámara alta no son alentadoras. Allegados a Cristina ya le advirtieron al Gobierno que no están los votos en el Senado para aprobar el proyecto. El interrogante que persiste es si la vicepresidenta se pondrá al servicio de impulsar un proyecto que tiene la autoría de la Casa Rosada, en medio de la tensión creciente con Fernández.
En el Senado, por ahora se contabilizan más votos en contra que a favor, aunque serían claves las voluntades de un puñado de senadores que todavía no se pronunciaron. Si bien muchos estiman que detrás de quienes no adelantan posición se esconde un rechazo, en otro caso, como el del senador santafecino Roberto Mirabella (reemplazante del actual gobernador del PJ, Omar Perotti) que se calculaba como negativo, en las últimas horas relativizó su postura. Los números todavía no están, pero la Casa Rosada hoy se respiraba confianza.
El proyecto oficial
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