Elección en el BID: cómo en tres semanas cambió el escenario que derivó en la derrota diplomática del Gobierno
El Gobierno se encamina a recibir un fuerte revés diplomático al confirmarse el final de las aspiraciones de Gustavo Béliz para convertirse en el futuro titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Pese al rechazo de buena parte de la región al candidato de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone, en la diplomacia regional se da por descontado que Washington logró los apoyos necesarios para arrebatarle a América Latina la presidencia de la entidad que financia millonarios proyectos de infraestructura en el continente. En respuesta, la Argentina optó por abstenerse en la votación.
El camino que finalmente terminó en esta derrota política para la Casa Rosada había tenido momentos de sumo optimismo en la Cancillería, cuando se creyó que había elementos para considerar que se podía torcer el brazo de Washington.
Con apoyo inicial de países como Chile y México y de funcionarios de la Unión Europea (UE), la región pidió que se postergara la elección hasta marzo, cuando ya se iba a haber aclarado el panorama político en Estados Unidos, con un Trump reelecto, lo que hubiera fortalecido la candidatura de Claver-Carone, o con un Joe Biden como flamante presidente, quien había manifestado reparos a esa postulación.
Todo cambió en menos de tres semanas. A fines de agosto el canciller Felipe Solá había intensificado los contactos con otros gobiernos de la región en medio de la expectativa por la posibilidad real de bloquear la elección. Días antes, el propio Presidente había hablado con su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y chileno, Sebastián Piñera, además del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Joseph Borrell.
La Argentina pasó del optimismo a admitir que no logró cumplir su objetivo y a anunciar su abstención en la votación de este fin de semana. "Dejamos asentada nuestra coincidencia con las múltiples y respetadas voces de las mas variadas procedencias políticas, académicas, sociales e ideológicas que han expresado la inconveniencia para América Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional. (...) Nos hacemos eco de la inoportunidad de su celebración", dice un comunicado difundido el jueves a última hora por la Casa Rosada
Previamente, Estados Unidos había logrado el apoyo de 16 países en una declaración que rechazaba la postergación de los comicios, pero aún con el aval de esos gobiernos Washington no llegaba al quórum del 75% necesario para activar el proceso.
Con el apoyo de México, Chile y Costa Rica, la Argentina estaba a solo tres puntos de lograr que EE.UU. no llegara a ese porcentaje. Pero el escenario cambió. Tras meses de un silencio que alimentó las expectativas de la región, el gobierno de Trump comenzó a moverse diplomáticamente para apuntalar la candidatura del asesor presidencial.
Hace pocos días trascendió que finalmente México iba a romper con la estrategia impulsada por la Argentina para bloquear la elección. En un intento por proteger la relación bilateral con el país vecino, el gobierno de López Obrador tomó la decisión de dar quórum. Un mes antes, el mandatario visitó al republicano en la Casa Blanca. "Es un hombre fabuloso", lo elogió Trump.
La elección de un norteamericano -con raíces latinas- para ocupar la jefatura del BID rompe con una tradición de más de 60 años, en los que la entidad siempre estuvo al mando de un latinoamericano en acuerdo con Washington, que tiene poder de veto en el organismo con un peso accionario del 30%. La Argentina confió en tener a su propio representante en la entidad, primero con Rogelio Frigerio -durante el macrismo- y luego con Béliz.
Rechazo regional
La movida norteamericana despertó el rechazo de presidentes, expresidentes y dirigentes políticos de la región, que cuestionaron la vulneración de una "regla de oro". También provocó el reparo de todos los excancilleres de la democracia argentina, que saltaron la grieta para emitir una declaración conjunta. La misiva juntó, por ejemplo, a Domingo Cavallo, Jorge Faurie y Jorge Taiana.
La decisión de disponer un cambio semejante que enojó a buena parte de la región no es casual y la diplomacia lo interpreta como una reacción a la creciente injerencia de China en América Latina, con sus inversiones en infraestructura y la ampliación de la Nueva Ruta de la Seda.
Estados Unidos tendrá, a partir de ahora, todo el poder de fuego disponible para ejercer contrapeso.
En este contexto, el futuro de la relación entre el BID al mando de Claver-Carone y la Argentina es una incógnita, aunque en ambas partes minimizan los roces.
La entidad tiene proyectos activos y una relación fluida con nuestro país. En mayo, el titular del BID, el colombiano Luis Alberto Moreno, anunció que la entidad aportará US$1800 millones para atender las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia de coronavirus. Fue el mayor desembolso en los últimos diez años.
Por su parte, Claver-Carone prometió en una conferencia reciente con periodistas de toda la región que no tomará represalias contra los gobiernos que no apoyaron su candidatura. En esa misma conversación, el asesor de Trump acusó al gobierno de Fernández de querer "secuestrar" la votación con una estrategia "subversiva".
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