El Gobierno salió a desligar las críticas de Cristina del traspaso de los planes sociales, pero sigue la tensión interna
Para Cerruti y el Ministerio de Desarrollo Social, la reubicación se lleva adelante desde diciembre pasado y no se relaciona con las críticas a la “tercerización” de los planes que hizo la vicepresidenta
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Incómodo con el tema, y dos días después de las críticas directas de la vicepresidenta Cristina Kirchner hacia la “tercerización” de los planes sociales, el gobierno de Alberto Fernández salió a desligar esas críticas de la decisión del Ministerio de Desarrollo Social que encabeza Juan Zabaleta de reorientar poco más de 180.000 planes Potenciar Trabajo, que manejan las organizaciones sociales, hacia entes gubernamentales como provincias e intendencias.
“Esos 180.000 son aquellos que se anotaron en el registro para recibir de otra manera los planes Potenciar. Son todos casos que se están evaluando”, afirmó la portavoz Gabriela Cerruti en conferencia de prensa en Casa Rosada. “Esto se venía llevando adelante hace meses, esta información no es correcta”, había dicho Cerruti un rato antes, en respuesta a las informaciones que ligaban la decisión del ministerio con las críticas de la vicepresidenta a las organizaciones sociales. Críticas que de manera unánime la acusaron-en la voz, por ejemplo de Fernando “Chino” Navarro-de no “entender lo que pasa en los barrios” al pedir que intendentes o gobernadores pasen a controlar planes sociales como el Potenciar Trabajo. Unos 1, 2 millones de planes que gestiona el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, y que reciben tanto ese movimiento como otros oficialistas, como Somos Barrios de Pie, u opositores, como el Polo Obrero.
Desde el Ministerio de Desarrollo Social también recordaron que el 29 de diciembre pasado se abrió el registro para que aquellos que deseen puedan realizar su “cambio de unidad de gestión” de los planes, en el que se anotaron, al 16 de junio según cifras a las que accedió LA NACION, 188.222 beneficiarios, la mayoría de ellos por cuestiones de mudanza (unas 15.000) o fundamentalmente por cambio de rubro de trabajo (117.000). Unos 56.000, con epicentro en la provincia de Buenos Aires, pidieron cambiar por distintas razones, entre ellas denunciando “irregularidades o aprietes”, o pedidos de un “bono o contribución” por parte de organizaciones sociales que las gestionaban. “Eso lo tenemos que investigar uno por uno, ya se hizo el traspaso del 30 por ciento del total y seguimos avanzando”, contestaron cerca del ministro, y negaron que esta gestión se acelerara luego del pedido de Cristina, tomado como una agresión por los movimientos sociales kirchneristas.
“¿Vos decís que Juanchi nos entregó?”, ironizó por lo bajo un miembro importante de un movimiento social oficialista, aún enojado por la ofensiva de la vicepresidenta, a quien adjudican “querer defender a La Cámpora y atacar a las organizaciones que le pueden hacer sombra en los barrios”.
En la conferencia de prensa, Cerruti afirmó además que las sugerencias y opiniones de la vicepresidenta “son bienvenidas” y que la propuesta que el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro, llevó ayer a su despacho para “transformar los planes sociales que hay en esa ciudad en trabajo” fue efectivamente primero conversada con Zabaleta. “Cristina no hablaría jamás en contra de los movimientos sociales”, dijo Cerruti, aunque en su discurso del 20 de junio en la CTA la vicepresidenta pidió que “la aplicación de las políticas sociales no siga tercerizada”. Le contestó el propio Presidente, un día después, al aclarar que “las organizaciones sociales no se llevaron la plata de los más vulnerables, sino que los acompañaron, los alimentaron y se asociaron al Estado”, y pidió que “nuestras diferencias no nos hagan decir cosas injustas”.
Ayer, desde los movimientos sociales oficialistas afirmaban por lo bajo que “Cristina se equivocó, porque fue contra su propia base electoral”. De hecho, la embestida consiguió aglutinar a organizaciones sociales hasta hace poco alejadas entre sí, que ya piensan en conformar una agrupación política y participar de la vida interna del Frente de Todos. “Extraordinaria la propuesta de @CFKArgentina de entregarles el manejo de los planes sociales a los intendentes. En los municipios no hay punteros políticos, no hay corrupción, ni cocinas y distribución de drogas, ni negocios raros Es la forma ideal”, ironizó vía redes sociales Luis D´Elía, expiquetero y hoy cercano al Presidente.
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