El Gobierno relativizó la movilización de las agrupaciones sociales y el acercamiento entre Grabois y la izquierda
Consideraron en que “no fue una multitud”, “ni hubo un incremento de los asistentes”, en referencia a otras marchas; consideraron que el líder de la UTEP tiene “más impacto mediático que en el territorio”
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En una jornada marcada por la movilización de militantes sociales, que incluyó frente al Congreso a agrupaciones oficialistas, el presidente Alberto Fernández no asistió a Casa Rosada y en su agenda se reprogramó una acto previsto para las 17 de hoy en la sede de Gobierno. Se trató de una de las dos actividades que Fernández tuvo durante la jornada, en la que tras ir a una automotriz japonesa en Campana volvió a la residencia oficial de Olivos.
En el final de una jornada extensa, el impacto de la movilización fue relativizado por el Gobierno. “Fue poca gente”, dijo un alto funcionario del Ejecutivo ante la consulta de La Nación. “No fue una multitud”, agregó otro de los funcionarios consultados. “Es la misma cantidad de gente que movilizan habitualmente. No es nada nuevo. No hubo un incremento”, evaluó un alto funcionario del Gabinete.
“Fue una marcha política”, apuntó otro que la consideró “lógica” en un escenario en “el que están todos jugando la suya”, en referencia a las distintas facciones que componen la coalición oficialista y la crisis interna que atraviesan. Al tiempo que descartaron que se trate de “una pérdida del control de la calle”. “Esto ya pasó y va a seguir pasando, se escuchan todos los reclamos y se trabaja, hay líneas en diálogo permanente, no es algo disruptivo, ni mucho menos. Hay un respeto mutuo”, buscó apaciguar otro de los consultados.
La movilización de la Unidad Piquetera a Plaza de Mayo de hoy coincidió con una marcha de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) a las puertas del Congreso. Los primeros anunciaron un paro y plan nacional de lucha por el salario: reclaman el aumento del sueldo mínimo y un bono de $20.000 para jubilados, trabajadores informales y beneficiarios de programas sociales. Mientras que, en otro gesto de sintonía, en la misma jornada los piqueteros oficialistas reclaman la Ley Integral de Tierra Techo y Trabajo y el Salario Básico Universal.
Fue el lunes, poco después de que se conocieran las primeras medidas de la ministra de Economía, Silvina Batakis, la izquierda consideró que las disposiciones iban en línea con los pedidos del FMI y anunció, además, que saldrían a la calle para hacer escuchar sus reclamos.
En tanto hoy, concretadas las medidas, en el Gobierno también le bajaron el tono a las declaraciones del dirigente de la UTEP Juan Grabois y su reciente cercanía con los movimientos de izquierda, con los que se mostró en los últimos días, en medio de duras críticas a Fernández. “Es su posicionamiento político, entenderá que eso le sirve, pero su agrupación es una de las más minoritarias, no tiene el peso de otras en el territorio”, consideraron en Casa Rosada. Desde donde también apuntaron a que Grabois tiene “más impacto mediático, que territorial, por eso va de un lado a otro”. Y agregaron que también, en esa línea, “al no ser un movimiento mayoritario busca “golpes de efecto” como sus declaraciones o episodios graves como el de la toma de tierras en Entre Ríos”, en referencia a lo sucedido en 2020 en Entre Ríos, en una propiedad de la familia Etchevehere.
“Están midiendo el aceite, es una “bienvenida” a (la ministra de Economía, Silvina) Batakis”, evaluó otro de los funcionarios consultados sobre la movilización de hoy. La alusión fue en sintonía con la lectura que sumó otro hombre del Ejecutivo. “Fue una marcha política a Economía. Los reclamos tienen que ver estrictamente con lo que pasa ahí adentro”, completó y se refirió a los anuncios que hizo este lunes Batakis, que apuntaron a tranquilizar los mercados, y tras los cuales llegó el anuncio de los militantes sociales.
Una ausencia bajo la lupa
La ausencia de Alberto Fernández en Balcarce 50 durante la jornada de hoy se contrapuso con la del atardecer de ayer, cuando el mandatario se reunió con varios de los principales líderes de las organizaciones que hoy marcharon en la ciudad.
Esa actitud de Fernández despertó algunas críticas en voces del oficialismo, que consideró “contraproducente hasta para su figura” el encuentro mantenido en vísperas de la movilización. “No debería exponerse así, no le hace bien. Podía haberlos recibido la semana que viene, pero estar con ellos un día antes de la movilización, no le suma en un momento como este”, evaluó un funcionario del Ejecutivo. El punto buscó ser rebatido desde el entorno del mandatario. En ese sentido, incluso, rescataron lo “positivo” de la reunión y enumeraron que fue por temas “sensibles” como la preocupación por los allanamientos producidos en los últimos días en merenderos y comedores populares. “Como están dadas las cosas, no hay nada que haga Alberto que en estos días les cierre”, se resignó un funcionario con despacho en Rosada.
Quien sí fue a Casa Rosada y caminó desde allí hacia el epicentro de la movilización de la Unidad Piquetera, que concentró su gente en Plaza de Mayo, fue Fernando “Chino” Navarro, el secretario de Asuntos Parlamentarios de jefatura de Gabinete y uno de los líderes del Movimiento Evita. En declaraciones a la señal TN, Navarro consideró la marcha como “una movilización popular de sectores que están disconformes de nuestro gobierno”. A lo que agregó: “Es un momento complicado y los reclamos son legítimos”.
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