El Gobierno recibirá el lunes al ala moderada de la CGT, tras los guiños que cruzaron esta semana
La reunión estará encabezada por Francos y el secretario de Trabajo, Julio Codero; por la CGT irán Daer y Gerardo Martínez; será antes de la nueva marcha universitaria
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El Gobierno nacional recibirá este lunes por la tarde al ala dialoguista de la Confederación General del Trabajo (CGT). El encuentro será encabezado por el jefe de ministros, Guillermo Francos, acompañado por el secretario de Trabajo, Julio Cordero. Por la CGT están confirmados, entre otros, tres de sus representantes más moderados, Héctor Daer, Gerardo Martínez, y José Luis Lingeri, de los primeros que visitaron la sede de gobierno en tiempos libertarios y que mantienen diálogo fluido con Francos, a quien conocen desde hace años.
El encuentro se concretará horas antes de que el sector más combativo de la central de trabajadores, cercano a los representantes de Camioneros, encabezados por Pablo Moyano, acompañe la marcha universitaria que se dará el miércoles en vísperas del veto presidencial a la ley de financiamiento educativo. La movilización promete, en líneas con lo que sucedió en abril pasado, ser multitudinaria.
Según pudo saber LA NACION, la reunión del lunes, en la planta baja de Balcarce 50, tendrá dos temas fundamentales sobre la mesa. La reglamentación de la reforma laboral, de la que quedaron afuera puntos sensibles para el sindicalismo; y el denominado Proyecto de Democracia Sindical, que quedó frenado esta semana luego de un llamativo acuerdo entre los legisladores de La Libertad Avanza (LLA) y el kirchnerismo.
Ese proyecto incluye dos puntos que despiertan resquemores entre los sindicalistas: la reelección indefinida en la conducción de los gremios y la cuota sindical. Allí también se garantiza la representación de las minorías en los cuerpos deliberativos y directivos de los sindicatos.
La presentación, que tuvo el impulso del radicalismo, obliga también a presentar declaraciones juradas y busca “democratizar las obras sociales”, todos temas que la administración libertaria se había propuesto como un objetivo a poco de llegar al poder, con el DNU 70/2023.
En las filas libertarias, mientras varias voces consultadas eludían dar definiciones sobre el encuentro, otros explicaban que los diálogos con parte de los miembros de la CGT se mantienen con mayor o menor intensidad desde abril pasado, cuando se produjo la primera visita de los gremialistas a la sede de Gobierno.
Desde entonces siempre explicaron que entendían que con la CGT había que tener una relación, que sabían no sería exenta de tensiones por los intereses contrapuestos, pero que sí era necesaria. Y admitían que haber roto relaciones al comienzo de la gestión fue un error. Eso se dio luego de que se presentara el decreto, que embestía de lleno a los gremios en aspectos como algunos de los que retomó el proyecto frenado esa semana.
En esa línea de diálogo pareció inscribirse la decisión de Cordero y del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger de evitar, con la redacción del decreto reglamentario, irritar a la central obrera en los puntos más sensibles. El artículo 94 era el que generaba más susceptibilidades porque califica como “grave injuria laboral” la participación de los trabajadores en bloqueos o tomas de establecimientos y convierte a esa acción en causal de despido justificado.
La CGT pretendía que la reglamentación suavizara el impacto de este artículo mediante un procedimiento previo que obligaba al empleador a ir a la Justicia antes de despedir a un empleado por bloqueo. Finalmente, la administración libertaria optó por, directamente, no reglamentar el artículo de los bloqueos.
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