El Gobierno rechazó posibles fallas en el escrutinio y cruzó a la oposición
Cuando faltan cinco días para las PASO, el Gobierno y la oposición subieron el tono de los cruces por la transparencia de los comicios. El kirchnerismo agitó en los últimos días dudas sobre el escrutinio provisorio y la transmisión de telegramas -para lo que se usará tecnología de la empresa de origen venezolano Smartmatic- que incluyeron críticas del propio Alberto Fernández y generaron la reacción del oficialismo, que las consideró una especulación política.
Fuentes a cargo del operativo del domingo aseguraron a LA NACION que "no hay posibilidad técnica" de que haya fraude y detallaron los mecanismos de seguridad en los sistemas. "Los que creen que están perdiendo generan incertidumbre sobre la transparencia del escrutinio. La verdad es que es una actitud bastante irresponsable", dijo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que tiene en su órbita la coordinación del escrutinio provisorio (el definitivo está a cargo de la Justicia Electoral).
El funcionario respondió a las denuncias sobre la presunta falta de confiabilidad del software que se implementará en el conteo de votos y en la transmisión de telegramas al Correo. Reiteró además que en los últimos años "se hizo un deporte en la Argentina respecto de cuestionar la legitimidad de las elecciones".
"La oposición va a tener acceso a control sobre el escrutinio que no tuvo nunca antes en la historia", defendió Frigerio.
En esa línea, el vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, calificó de "temeraria" la "postura política" de la oposición en esta cuestión y remarcó que el nivel de "trazabilidad" del voto será completo.
El Gobierno respondió así a la nueva embestida del kirchnerismo, que sugiere que con la contratación de Smartmatic el macrismo preparó el terreno para alterar los resultados de las elecciones. Los cruces se dan en el marco del debut de la compañía. Es la primera vez que la empresa tendrá actividad electoral en la Argentina. Hasta ahora, la española Indra estuvo a cargo del escrutinio provisorio. Este año, tras un proceso licitatorio, el Gobierno contrató a Smartmatic para ocupar ese lugar y, además, para desarrollar el software de transmisión digital de telegramas.
Alberto Fernández había dicho que Smartmatic "está llamada para enturbiar el proceso del recuento". El apoderado del PJ, Jorge Landau, incluso hizo presentaciones ante la Cámara Nacional Electoral (CNE). En respuesta, fuentes a cargo del operativo que se activará el domingo aseguraron a la nacion que el voto podrá ser fiscalizado desde que se emite hasta que se contabiliza y que existen barreras de seguridad en caso de que el sistema sea vulnerado. Los telegramas, explicaron, tendrán un código de barras con una ficha técnica de la escuela y de las mesas. Al momento de transmitir la documentación, el software sabrá cuánta información debe recibir, por lo que si una mano aviesa altera el número de votos, por ejemplo, lo detectará.
Al mismo tiempo, los telegramas se cargarán con un registro de los horarios, por lo que será auditable si hay demoras adrede. Este es uno de los puntos más críticos para la oposición, que denunció que el oficialismo puede intentar cargar datos que le son favorables primero y los desfavorables más tarde en la noche.
Otro de los planteos de quienes piden no usar el nuevo sistema señalan que puede haber modificaciones de los resultados de los telegramas en el cambio de formato desde que la documentación sale de la escuela y llega a los centros de cómputos del correo. Los técnicos explican que el telegrama tendrá una "firma electrónica", que hará que en caso de que haya alguna modificación deje de ser leído por el software de carga.
¿Qué pasa si se detectan anomalías en la transmisión? Se implementará un plan B: en vez de transmitir desde la escuela, se llevará el telegrama hasta la sede del Correo más cercana (como funcionaba el sistema hasta ahora), donde habrá otro equipo con software de Smartmatic para hacer la transmisión.
En respuesta a los planteos, la CNE publicó una acordada en la que instó al Gobierno, al Correo y a la Dirección Nacional Electoral (DINE) a garantizar la transparencia del proceso y que los fiscales partidarios puedan obtener registros fotográficos de la documentación del escrutinio. La oposición no recibirá, sin embargo, los códigos fuente, es decir, el lenguaje que se usó para programar el software, como había exigido. El pliego de la licitación establece que la empresa debe entregar los códigos 96 horas antes de la semana al Correo y a la Dirección Nacional Electoral. A nadie más.
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