El Gobierno prorrogó el decreto de las restricciones, pero habilita una mayor flexibilización en el AMBA
Eso le dio pie a Kicillof para avanzar con la reclamada vuelta a las clases presenciales en el conurbano; Larreta, que levantó esa bandera casi en soledad, reabrirá los shoppings; siguen prohibidas las reuniones sociales
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El Gobierno nacional prorrogó hasta el 25 de junio el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que fija un semáforo epidemiológico para aplicar un distinto nivel de restricciones en los distritos del país. Con ese escudo normativo, habilitó una fuerte flexibilización de las medidas en el AMBA. La decisión oficial dio lugar a un escenario atípico: en el conurbano, Axel Kicillof permitió aperturas incluso más importantes que en la Ciudad en esferas como la educación o la gastronomía. Tanto para Nación como para provincia y para el gobierno porteño, la matemática se hizo flexible para adaptarse a la necesidad política.
De hecho, el gobernador bonaerense anunció, tras más de un mes y medio con aulas cerradas, el regreso a las clases presenciales en todos los niveles educativos del Gran Buenos Aires a partir del miércoles próximo. En la Ciudad, en cambio, los jardines maternales y la primaria seguirán con presencialidad total mientras que la secundaria tendrá un sistema bimodal. Respecto a los restaurantes, en el conurbano podrán atender de 6 a 23 al aire libre y en el interior de los locales con un aforo del 30% mientras que en territorio porteño la atención será en el mismo horario, pero solo en espacios abiertos.
En el caso de los comercios no esenciales, en cambio, en la Ciudad podrán abrir hasta las 23 mientras que del otro lado de la General Paz lo harán solo hasta las 20. Rodríguez Larreta, además, reabrirá los shoppings con aforo. En ambos distritos seguirán prohibidas las reuniones sociales en domicilios particulares y sólo se permitirán encuentros en espacios de hasta diez personas.
La flexibilización de las medidas en la zona metropolitana se da como consecuencia de una aplicación de los parámetros del DNU nacional, pero también de una decisión política, en medio del impacto económico y de la la dificultad para hacer cumplir las restricciones.
En lo oficial, el Gobierno prorrogará el anteúltimo DNU (el 287/21) publicado en el Boletín Oficial el 1 de mayo. Es decir, aquel que divide el país en cuatro fases (bajo, medio y alto riesgo y alarma epidemiológica) en función de tres indicadores: aumento de los contagios en los últimos 14 días (razón), cantidad de casos sobre la población (incidencia) y ocupación de las camas de terapia intensiva. No se dispusieron confinamientos adicionales a diferencia del último anuncio.
Así lo confirmó Alberto Fernández durante un acto en el Centro Argentino de Protonterapia (CeArP) del barrio de Agronomía. “Seguiremos prorrogando la decisión que ya tomamos”, dijo, y cuestionó que el Congreso no sancionara la ley que envió el Poder Ejecutivo para administrar la pandemia. “Estamos llegando a un punto donde yo esperaba que una ley resolviera cómo seguir trabajando el tema”, lanzó. El DNU se prorrogará por dos semanas porque el Gobierno tiene la expectativa de contar con la ley en los próximos días.
A diferencia de otras oportunidades, el Presidente optó por no hablar en cadena nacional ni emitir mensajes grabados. Temprano, sus colaboradores advirtieron que se publicaría el DNU sin mayores anuncios. Fernández pasó buena parte de la jornada en la Casa Rosada, mientras en las inmediaciones se desplegaba una fuerte protesta social.
Las provincias que generan mayor preocupación por sus curvas ascendentes son Córdoba (ayer reportó 4360 casos) , Santa Fe (2400), Chaco (741), Mendoza (735) y Neuquén (390). Córdoba ya definió fuertes restricciones, con prohibición de circular a partir de las 20 y clases virtuales.
En Casa Rosada, en tanto, había fuerte preocupación por la posible llegada de la variante delta, mucho más peligrosa, luego de que se detectaran y aislaran dos casos en Ezeiza. De hecho, no se descartaba restringir aún más los vuelos al exterior.
Fases
De acuerdo a la jerga del DNU, hasta ayer la zona metropolitana -tomaba como un conjunto- seguía en “alarma epidemiológica” (es decir, el grado de alerta máxima). Se define así a los grandes aglomerados urbanos donde el número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días es igual o superior a los 500 casos cada 100.000 habitantes con un porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva mayor al 80%.
Kicillof, sin embargo, aseguró que, “el conurbano llegó a una incidencia de 401 casos cada mil habitantes” y que quedó habilitado para bajar de “alarma epidemiológica” al estatus de “alto riesgo”. A partir de allí aplicó la categoría de fases que se utiliza en la provincia y ubicó al Gran Buenos Aires en “fase 3”. Esa categoría habilita las clases presenciales, mayor circulación y horarios más extendidos en los locales comerciales, aunque muchos puntos no fueron mencionados por el gobernador en su discurso.
Rodríguez Larreta, por su parte, no habló de la “incidencia” de casos. Pero dijo que “la Ciudad logró consolidar una tendencia a la baja y pasar de un promedio de 2600 casos diarios a 1600 casos diarios”.
En Casa Rosada ayer aseguraban que “los números todavía no le dan a la Ciudad para cambiar de fase”. Pero no salieron al cruce del alcalde porteño. Tampoco tomaron al AMBA como un todo.
El DNU publicado en el Boletín Oficial
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