Alberto Fernández prepara medidas y busca "enfriar expectativas" en otra semana de pulseadas con el mercado
Un problema "más psicológico que económico", define un estrecho colaborador del presidente Alberto Fernández. "Dudas más metafísicas que reales", agregan desde un despacho cercano al del ministro de Economía, Martín Guzmán. En el inicio de otra semana de probable y tensa pulseada con los mercados financieros, desde la Casa Rosada y el Ministerio de Economía creen que no hay razones de peso para alentar un crack de la economía más allá de la "cultura" de refugiarse en el dólar y de "algunos pícaros que huelen sangre" y buscan aumentar sus ganancias.
A pesar de las sombrías advertencias de la mayoría de los analistas, confían en el éxito de las medidas puntuales de incentivos para sostener las reservas del Banco Central y en la decisión de no devaluar la moneda, que significaría, en palabras del ministro, "más recesión y pobreza", además de "acelerar" la temida inflación.
"Martín nos explica que no hay razones para temer, que la macroeconomía está bien y va a estar mejor", dicen cerca del Presidente, que pasó el domingo en la quinta de Olivos, comunicado vía chat con ministros y asesores de confianza. "Muchas industrias, el consumo, todo está creciendo y la economía está en marcha", repiten como un mantra desde un despacho importante.
"Hay que aguantar, las próximas dos semanas van a ser claves", afirma otro funcionario que conoce las charlas –muchas veces enérgicas– de Fernández con su ministro de Economía, quien cree que la tendencia mostrada en los últimos tres días (el Central recuperó unos módicos US$20 millones luego de un mes de pérdidas constantes) y la baja de la cotización del "dólar contado con liqui" deberían sostenerse en las próximas jornadas.
El martes, cuentan fuentes oficiales, Guzmán lanzará una nueva serie de bonos en pesos atados a la cotización del dólar, a un plazo de 18 meses. "Esperemos que sirvan para enfriar expectativas", sostienen desde ese ministerio, donde reiteran que hay US$40.777 millones en reservas brutas, y que los encajes bancarios suman otros US$11.877 millones.
Mientras tanto, y en la búsqueda de mostrar un Gobierno activo más allá de la tensión por el dólar y una pandemia que no cede en el interior del país, Fernández estará mañana en Ezeiza junto a la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, para la entrega de viviendas del plan Procrear discontinuadas durante el gobierno de Cambiemos.
En el mismo acto, el Presidente anunciará viviendas para Río Negro (provincia movilizada por las tomas de tierras) y anunciará obras para Formosa y La Rioja. La misma intención se evidenciará el jueves, cuando los ministros Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Matías Lammens (Turismo y Deporte) anuncien la creación de centros de diagnóstico y atención sanitaria en los principales centros turísticos, una medida consensuada con el ministro de Salud, Ginés González García, con la intención de impulsar la temporada turística y minimizar el impacto económico del prolongado parate.
"Es una situación increíble, no se trata de George Soros empujando una devaluación, este es un mercado chiquito", se quejaban, resignados, desde otro ministerio importante en el final de un domingo lluvioso de incertidumbre.
"Estamos pasando momentos difíciles producto de los que especulan, los que apuestan a que la economía argentina tome un rumbo donde unos pocos ganan y millones pierden", dijo el Presidente, el sábado, en un Zoom organizado por el diputado Carlos Heller. "Estamos decididos a que no nos tuerzan el brazo", agregó el Presidente, con la mente en la devaluación que muchos esperan y que su Gobierno insiste en desmentir.
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