El Gobierno posterga la posibilidad de un bono o un aumento fijo para los trabajadores asalariados
En la Casa Rosada afirman que “por ahora” no está en estudio la medida y que la prioridad pasa por los sectores indigentes; la medida fue reclamada por Máximo Kirchner en la Plaza de Mayo
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En el menú de reclamos que se escuchó ayer en la Plaza de Mayo durante el Día de la Lealtad figuró el pedido de un aumento de suma fija o un “ingreso de emergencia” para los trabajadores formales, para paliar el deterioro que provocó la inflación de este año en los salarios. Pero en el Gobierno aseguran que “por ahora” una medida de ese tipo no está sobre la mesa y que la prioridad de estos días es resolver el refuerzo de ingresos para los sectores indigentes -cuyo financiamiento estaba previsto en el decreto que implementó el dólar soja-, además de un nuevo acuerdo de precios con las alimenticias por 90 días para frenar la escalada inflacionaria.
“No lo está viendo por ahora. Hasta no tener cerrado el nuevo acuerdo de precios no hay margen”, dijo a LA NACION un alto funcionario muy al tanto de los futuros pasos que prevé Sergio Massa. En la Casa Rosada también dijeron que “no” se estudia un bono para asalariados.
A fines de agosto, sin embargo, el propio Alberto Fernández había reconocido un “problema” con los salarios de los escalafones más bajos. “Tenemos un problema de inflación sin resolver y que eso afecta el ingreso de nuestra gente, básicamente el más afectado es el que hoy en día gana entre 80.000 y 100.000 pesos”, había dicho en una entrevista a TN el Presidente. En ese entonces, en la Casa Rosada se ilusionaban con un gran acuerdo de precios y salarios en una mesa con empresarios y sindicatos, que nunca encontró la predisposición de los sectores, ni se pudo concretar.
El ministro de Economía, según pudo saber LA NACION, había previsto reunirse con dirigentes sindicalistas esta semana, pero según fuentes del Palacio de Hacienda esa agenda se modificó en las últimas horas. De todas formas, el ministro ya tuvo diálogos informales con el sector de los “gordos” e independientes de la CGT, que son más proclives a sostener el esquema de paritarias para negociar los aumentos.
Diferentes reclamos
Es que los reclamos internos en el Frente de Todos no son uniformes. El líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, hace tiempo que incorporó a su listado de exigencias el pedido de un aumento de suma fija para los trabajadores. Esa idea se incorporó al texto que ayer se leyó durante el acto del Día de la Lealtad frente a la Casa de Gobierno, donde también participaron el moyanismo y las dos CTA. “Implementar de manera urgente un aumento de suma fija y asegurar un ingreso familiar de emergencia para paliar en parte el deterioro que provoca el incesante incremento de precios de los productos de la canasta básica”, rezó el documento que se leyó en la plaza.
En el kirchnerismo defienden la idea con un peculiar paralelismo con Massa. “Es lo mismo que hicieron Cristina y Sergio con el personal del Congreso, subieron el piso salarial y además cerraron paritarias”, dicen en las filas camporistas.
Pero la idea del líder de La Cámpora encuentra detractores no solo en el empresariado, sino también en los otros gremios de la CGT, que hicieron su acto propio en el estadio de Obras Sanitarias. Los sindicalistas del ala blanda de la central obrera y las cámaras empresarias coinciden en que el camino para recomponer ingresos son las paritarias y no quieren salir de la discusión del incremento porcentual sector por sector.
Actualmente, el Ministerio de Trabajo está en “temporada alta” de reapertura y cierre de convenios salariales. Desde esa cartera resaltan que en ese marco “se puede negociar todo, desde un aumento paritario porcentual hasta el pago de un bono”. En charlas informales, la CGT le hizo saber a Massa que resulta inconveniente dar una suma fija por decreto para los trabajadores registrados en este momento porque hay una ola de paritarias que deben revisarse entre octubre y noviembre.
La flamante ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos –que hoy transita su tercera jornada en la cartera laboral– se limitó a decir tras su asunción que “todas las alternativas (de recomposición de ingresos) están sobre la mesa”. Y agregó: “Hoy no hay una definición, pero tenemos una política que no es dogmática. El sector más castigado es el informal y eso es lo que nos preocupa”.
En los ambientes sindicales suena la posibilidad de un bono de fin de año para todos los trabajadores registrados o para aquellos de salarios más bajos, que no están alcanzados por Ganancias.
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