El Gobierno planea flexibilizar el cepo para algunas empresas
El Gobierno avanza con uno de los principales reclamos que recogió el presidente Alberto Fernández durante su gira por Europa: flexibilizar el cepo. La Casa Rosada trabaja a toda velocidad en un proyecto de ley que genere un marco jurídico diferenciado para algunas actividades, como la minería, la industria petrolera y Vaca Muerta.
En principio se habló de una iniciativa de hidrocarburos, aunque podría ser más amplia. El encargado de la redacción del proyecto es el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien lidera la renegociación de la deuda, principal tarea del titular del Palacio de Hacienda.
El jefe del Estado, según pudo reconstruir LA NACION, ya les anticipó a algunas empresas del sector que "se está trabajando en eso". Alberto Fernández ha reiterado durante los primeros 60 días de gobierno que el cepo no es "una buena solución". Y la describió como "poner una piedra en una puerta giratoria: nadie sale pero nadie entra".
El Presidente es claro con sus interlocutores, el cepo fue obra de su antecesor, Mauricio Macri, para frenar la fuga de divisas que se había acelerado tras la derrota electoral. Pero en todos los casos, dejó en claro su compromiso para buscar una salida que aliente el ingreso de inversiones.
"Están trabajando en esto", confió un hombre de confianza del Presidente. Eso sí, no hay precisiones ni fechas. Una posibilidad -aunque todo está en evaluación- es que Alberto Fernández haga mención a la iniciativa el 1º de marzo, en su discurso ante la Asamblea Legislativa.
El objetivo es sencillo y urgente para las necesidades del Gobierno: conseguir dólares. "El problema que nos dejó [el expresidente] Mauricio Macri es que no hay dólares en la Argentina, y como no hay divisas, y las que hay los necesitamos usar muchas veces para pagar insumos y producir, preferimos preservar esos dólares", dijo el Presidente esta semana en una entrevista radial.
El Presidente y el equipo económico reconocen la necesidad de reflotar el interés en el yacimiento de shale oil y shale gas de Vaca Muerta, que entre 2013 y 2018, según un informe de la consultora Abeceb, recibió inversiones por US$19.085 millones, un promedio de US$3180 millones por año. Otro tanto pasa con las mineras.
La iniciativa que Alberto Fernández enviará al Parlamento será el segundo paso para flexibilizar el cepo. Hace un mes, con el objetivo de atraer nuevas inversiones extranjeras, el Gobierno había suavizado las restricciones cambiarias para aquellas empresas que desembolsen dólares en el país, aunque siempre buscando evitar que las divisas que ingresen al país "se evaporen en la timba financiera", como sucedió con el llamado carry trade impulsado por la gestión de Macri. La evaluación de esa medida fue "positiva" y alentó la implementación del proyecto de ley.
Hoy, las empresas pueden transferir al exterior utilidades y dividendos mientras no superen el 30% del valor de los nuevos aportes de inversión. Es decir, las empresas podrán comprar un tercio de los dólares que invirtieron a la cotización oficial y sacarlos del país sin restricciones.
Pero eso no es suficiente, según recogió el propio Alberto Fernández en su última gira por el Viejo Continente. Ahí, en Alemania, Francia e Italia, los empresarios le hicieron este reclamo y el Presidente prometió una respuesta.
Todo al plan A
Mientras tanto, en la Casa Rosada y en el Palacio de Hacienda siguen enfocados casi con exclusividad en la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -una misión oficial del organismo multilateral de crédito se encuentra en nuestro país- y los acreedores privados.
Pese a que el Presidente habló de planes alternativos en caso de que la discusión con el Fondo fracase, lo cierto es que, cerca de Alberto Fernández, todos están confiados en que la negociación terminará favorablemente.
"Primero había que ordenar el frente interno y lo hicimos. Después salir al mundo para que nos apoyen y parte de eso lo logramos", resumieron cerca del jefe del Estado.
Esta semana, Guzmán y el resto del equipo económico continuará las reuniones con Julie Kozak, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI; y Luis Cubeddu, jefe de la misión del FMI para la Argentina. Al menos hasta ayer no estaba previsto que el Presidente los recibiera.
Aunque aún no trascendieron los detalles, el ministro de Economía dio algunas pistas. Según dijo el funcionario el último miércoles en el Congreso, no habrá superávit fiscal este año y anticipó que supeditará el pago de la deuda al crecimiento económico, objetivo que recién podría alcanzarse después del año 2023. Una nueva señal para los acreedores.
Fernández siempre estuvo en contra del cepo, aunque valora su utilidad en medio de la crisis económica. Incluso, fue muy crítico del cepo que implementó su vicepresidenta Cristina Kirchner cuando estuvo al frente del Poder Ejecutivo.
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