El Gobierno no ofreció asilo político a Evo Morales
El gobierno de Mauricio Macri "analizará" un eventual pedido de asilo para Evo Morales si el renunciado presidente boliviano decidiera solicitarlo, algo que, según remarcaron desde Cancillería y la Casa Rosada, no sucedió hasta el momento.
"Para dar asilo lo tienen que pedir primero", afirmó a LA NACIÓN una alta fuente del Gobierno. Funcionarios de Migraciones, Cancillería y el Ministerio de Seguridad coincidieron en que aún no se recibieron pedidos oficiales al respecto, aunque las conversaciones informales con funcionarios del gobierno saliente ya se están dando en la embajada argentina, a cargo del jujeño Miguel Álvarez García. "Macri no ofreció asilo a Evo, el asilo se pide, no se ofrece, y no fuimos notificados de ningún pedido de ningún tipo", remarcaron.
Desde la Casa Rosada lamentaron la situación por la que atraviesa el país vecino. Al mismo tiempo, cuestionaron que en el continente "cometen el error de volver a viejas recetas que no funcionaron". Recordaron que el presidente electo Alberto Fernández felicitó a Morales luego de las elecciones del 20 de octubre pasado, sospechadas de fraude y cuestionadas por la OEA.
El gobierno de Macri no reconoció el triunfo de Morales, y a través del canciller Jorge Faurie, dejó en claro que no lo haría hasta que quedara claro el panorama, enturbiado por un conteo que se frenó cuando el opositor Carlos Mesa llegaba a disputar una segunda vuelta.
"En Bolivia es preocupante lo que está ocurriendo porque allí estaba un cómputo electoral funcionando que indicaba una segunda vuelta. Y eso forma parte de la vida democrática. Pero el hecho de haber parado el cómputo genera sospechas", dijo Faurie en Casa Rosada horas después de las elecciones.
Luego de la renuncia de Morales, en el Gobierno eran cautos pero también críticos del proceso electoral boliviano. "Era previsible este desenlace", afirmó una fuente diplomática argentina. Y destacó que más allá de la referencia a un "golpe de la derecha" que hizo el propio Morales, "había un gran descontento de los empresarios, la clase media, los campesinos, los mineros", que motorizaron las manifestaciones de los últimos días.
"Fueron perdiendo el rumbo, la línea dura tomó el mando", destacaron las fuentes del gobierno argentino. Y destacaron la necesidad de "una nueva elección, con reglas claras, porque si no en un año vuelve Evo", destacaron.