El Gobierno confía en que el paro alimentará el repudio social hacia los gremios
El Presidente subió a Instagram una foto retocada del encuentro que había tenido con Gianni Infantino; en el oficialismo creen que la falta de transporte elevará el impacto de la huelga; también el malestar
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“El paro me importa un pito”. Según testigos, el presidente Javier Milei calificó en esos términos la segunda huelga general que la CGT lanzará este jueves contra su gestión. En el Gobierno afirman que el nuevo paro mostrará, una vez más, que los sindicalistas “están del lado incorrecto”. El Presidente, en tanto, no piensa alterar su cronograma de trabajo y mostrará una “agenda activa” que comenzará en la quinta de Olivos y se trasladará desde el mediodía a la Casa Rosada.
Al caer la noche del miércoles, Milei subió a sus redes sociales una foto sosteniendo una remera con la consigna “Yo no paro”. Se trataba, en realidad, de una imagen editada de una de las postales que dejó el encuentro que mantuvo esta semana en Los Ángeles con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien le obsequió una camiseta con el número 10.
En el Gobierno no muestran dudas de que, dado el momento económico que atraviesa la Argentina, “no hay margen” para un cese total de actividades. En esa línea, al igual que frente a la protesta de enero, creen que el paro es una acción impulsada “por la política y no por los trabajadores”. Señalan que la adhesión del transporte es lo que habilitará un impacto mayor a la medida, pero que generará aún más malestar en la gente que “queriendo ir a cumplir con sus obligaciones no podrá hacerlo”.
En Balcarce 50 insisten en señalar la pasividad de los gremios durante los cuatro años de gestión de Alberto Fernández, a pesar de la pérdida del salario frente a la inflación, para argumentar que la polarización con los líderes sindicales terminará siendo conveniente para el oficialismo.
“Volverán a dejar en claro quiénes quieren que el país salga adelante y los que solo buscan pararlo o extorsionar. Y la gente está cansada de ellos”, dijeron a LA NACION fuentes oficiales. “La gente en general no apoya el paro y por eso tuvieron que sumar al transporte, para que la fotografía de lo que pase sea más fuerte. La mayoría de las personas, aun las que más están sintiendo el ajuste, entienden que el sacrificio es para mejor y no quieren parar. Están cansadas de las extorsiones”, completaban.
El segundo paro general llega a 151 días de la asunción de Milei. El primero, concretado el 24 de enero, fue a los 44 días y batió un récord para la central obrera.
El paro de este jueves se anunció apenas un puñado de horas después de que el Gobierno recibiera oficialmente por primera vez a la cúpula de la CGT y buena parte de su consejo directivo, en una reunión de la que participaron el ministro del Interior, Guillermo Francos; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el asesor presidencial Santiago Caputo, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero. Promediaba abril y la Ley Bases, con reforma laboral “light” incluida, se encaminaba a regresar al Congreso.
Aquella convocatoria fue largamente madurada por el círculo más próximo al Presidente: Karina Milei, Caputo, Posse y Francos, quien se encargó de dar forma al encuentro. A casi cuatro meses de gestión, en la Casa Rosada habían entendido que la relación con los gremios no tenía por qué estar marcada solo por el conflicto.
En esa línea, en la Casa Rosada advierten que el paro de hoy no será un momento de ruptura. “Es legítimo y es también parte de su juego para con sus bases. Quizás en un momento de ajuste ellos no pueden hacer públicamente como que no hacen nada”, evaluó un funcionario consultado. Otro fue más allá: “En un momento de extrema debilidad y desorden de la oposición, es su momento de fijar bandera y desmarcarse del resto”.
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