El Gobierno le respondió a Lula da Silva: “El Presidente no cometió nada de lo que tenga que arrepentirse”

Los esfuerzos del Palacio San Martín e Itamaraty para encarrilar la tensa relación entre los presidentes de la Argentina y Brasil sufrieron hoy un nuevo traspié. Tras los dichos del presidente de Brasil, Lula da Silva, quien le reclamó un pedido de disculpas a Javier Milei, el Gobierno le respondió hoy al mandatario brasileño. “El Presidente no cometió nada de lo que tenga que arrepentirse”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, ante una consulta de LA NACION, durante su habitual conferencia de prensa en Casa Rosada.

“Lo que Lula pretenda, está dentro de sus deseos, lo respetamos, pero el Presidente no ha cometido nada que lo que tenga que arrepentirse”, dijo el portavoz de Milei en conferencia de prensa, en Casa Rosada.

Minutos antes, el mandatario brasileño había sido muy crítico de Milei, con quien evitó dialogar durante la cumbre del G-7, en Italia. “No conversé con el presidente de la Argentina porque creo que tiene que pedir disculpas a Brasil y a mí. Él dijo muchas bobadas. Solo quiero que él pida disculpas, a mí y al pueblo de Brasil”, dijo hoy Lula en una entrevista a la cadena Uol.

El intercambio agudiza las tensiones que guían el vínculo entre los dos países, y por el momento no hay visos de que aflojen, a pesar de algunos gestos y acercamientos puntuales, como la reciente colaboración de Brasil en la provisión de gas para el país, y el voto argentino por el candidato brasileño Valdecy Urquiza en la conducción de la Interpol. El próximo lunes 8 de julio, en Asunción, Paraguay, se realizará la primera cumbre de presidentes del Mercosur desde que Milei asumiera la Presidencia. Será, si no hay cambio de planes de la Casa Rosada, el primer foro compartido por ambos presidentes, además de las presencias de los mandatarios de los otros socios: Uruguay, Paraguay y el recientemente incorporado Bolivia.

Antes de llegar a la Casa Rosada, durante la campaña electoral, Milei había acusado a Lula da Silva de “comunista” y “corrupto” (a consecuencia del proceso legal en el que resultara condenado en su país). Fue una reacción por el apoyo de Lula al candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa en la segunda vuelta electoral. La relación sí fluyó a nivel de cancilleres, que ya se reunieron cuatro veces en seis meses, pero no hubo acercamientos concretos pese a los esfuerzos de la canciller Diana Mondino y Maurio Vieira.

En su última visita a Itamaraty, la canciller Mondino discutió con su par brasileño sobre el futuro del Mercosur, y las diferencias entre ambos gobiernos sobre el futuro del bloque común. Mondino le entregó una carta del Presidente para Lula, en la que le expresaba su deseo de reunirse. Casi tres meses después, aún no hay novedades concretas sobre ese eventual encuentro, mientras subsisten las diferencias, de forma y de fondo, entre ambas administraciones. En la conferencia de prensa, eso sí, Adorni afirmó que Lula y Milei se habían “saludado de modo respetuoso, como corresponde a dos presidentes”, durante la cumbre del G7. Fuentes oficiales agregaron que se trató de un saludo “protocolar” pero que ni siquiera intercambiaron frases.

Hubo otro episodio en los últimos días que tensó más el vínculo: el pedido del gobierno de Brasil, vía su embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli, a la Cancillería, para que informe si parte de un listado de 143 partidarios de Jair Bolsonaro, y condenados por “manifestaciones contra la democracia”, se encuentra en el país. La respuesta oficial del Gobierno, en boca de Adorni, fue pragmática, sin lugar para desafíos verbales y sin manifestarse sobre los pedidos de asilo de esos ciudadanos brasileños, que reclamaron públicamente sectores del bolsonarismo.

“Cumplimos con la ley y, en tal caso, si en Argentina hay delincuentes se procederá a seguir el camino legal correspondiente”, dijo el portavoz de Milei, y detalló que la Comisión Nacional para los Refugiados “es la que evalúa la legalidad, la factibilidad legal, y efectivamente si corresponde o no; y es de manera individual, en cada caso. Por lo tanto, escapa, si se quiere, a nosotros esa decisión”, definió.

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