El Gobierno lanza la segunda etapa de la campaña con foco en las redes y la segmentación
El Gobierno se prepara para poner en marcha la segunda etapa de la campaña electoral. La fecha del relanzamiento será el 1° de julio, tras la participación del presidente Mauricio Macri y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, en la Cumbre del G-20 en Japón.
La estrategia será potenciar el plan de "microsegmentación de las conversaciones" que se puso en marcha hace un mes y medio, cuando activó su músculo electoral con unos 300.000 voluntarios a los que bautizó "defensores del cambio". Además, trabajarán con los candidatos los ejes centrales del discurso para ocupar "todos los espacios" en televisión, radio y diarios.
En paralelo, continuará el trabajo en redes sociales, una especialidad del equipo del ministro coordinador. Esta semana, en la que el jefe del Estado y Peña estarán en Osaka, Japón, y pasarán unas horas por París, se terminará de consolidar el mensaje que emanará con fuerza.
¿Cómo? "El audio a los empresarios, multiplicalo por cientos", explicó uno de los encargados de la comunicación presidencial. La campaña ya comenzó y tiene al Presidente como principal protagonista. La voz de Macri se replica en miles de grupos, en los que agradece y los invita a "defender un cambio cultural profundo para que todos los argentinos tengamos mejores oportunidades de progreso".
En ese mensaje, que adelantó LA NACION hace cinco días, Macri les habla a 260 empresarios que integran un grupo de WhatsApp en el que opinan sobre la situación del país. "¿Cómo andan? Soy Mauricio Macri", arranca la grabación. "La respuesta fue espectacular", confió uno de los asesores del Presidente.
Macri realiza unas 60 acciones como esta por día. Mensajes para grupos de WhastApp o llamadas telefónicas. "Eso restablece el vínculo", explicó Peña en una presentación ante dirigentes oficialistas.
El equipo de campaña que lideran Peña y el consultor Jaime Durán Barba tiene en claro dos cuestiones: la sociedad ya no se moviliza por ideologías y el voto tiene, por extensión, una carga emotiva fundamental. Ahí estará dirigida gran parte de los mensajes que inundarán los celulares. Según datos del Gobierno para reforzar esta táctica, la conectividad 4G pasó del 10% de la población al 90%. Y hay unos 12 millones de celulares inteligentes nuevos.
El trabajo desde la Casa Rosada es complementado con la acción de los "defensores del cambio" en cada distrito. Son los encargados de "escuchar" los reclamos y quejas de los desencantados que votaron por Macri hace casi cuatro años y que hoy están enojados. "Todos los equipos ya están trabajando", contó un integrante del equipo.
Lo que aún no se terminó de pulir son los ejes que tendrá el discurso de Macri, aunque el tono tendrá un marcado dominio sobre la transparencia, las obras y la gestión. En materia económica, el Presidente y el resto de los voceros harán hincapié en las leves mejoras que pueden mostrar, como la tendencia a la baja de la inflación y la estabilidad del dólar. No mucho más. "Es el punto más flojo y por el que nos van a atacar", reconocieron.
El objetivo, según resaltaron cerca de Macri, es "llegar a todos lados" para explicar qué y cómo trabajaron estos cuatro años de gestión. "Enfatizar en lo que tuvimos que hacer estos años y qué queremos hacer en el nuevo mandato".
Por supuesto, también estará presente la confrontación con el kirchnerismo. La polarización con la fórmula Fernández-Fernández será parte de la táctica. En este punto intentarán golpear a Alberto Fernández por su "debilidad". El triunfo de La Cámpora en el reparto del cierre de las listas de los candidatos de ese espacio será uno de los argumentos. Cerca de Macri nadie tiene dudas, "la que manda" es la expresidenta.
"Defender los cambios que pusimos en marcha y terminar de convertir al país en una república. Crear las bases para que florezca un modelo capitalista", exageró un importante funcionario con despacho en la Casa Rosada.
El principal argumento para volver a pedir el respaldo de la ciudadanía es la "transformación" que ocurrió en la ciudad de Buenos Aires después de ocho años de gestión de Macri y los cuatro años de Horacio Rodríguez Larreta. "La reivindicación de lo hecho en la ciudad como muestra de adónde vamos", sentenció un funcionario con acceso al despacho presidencial.
Dudas tras el armado
Las heridas que dejó el cierre de las listas en el oficialismo también abrieron un interrogante en un tándem que ya tiene todo listo para salir de gira. Lejos del centro de comando que monitorea lo que ocurre en el mundo virtual, el candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto, suspendió su recorrido por el país junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Los golpes contra el ala política, en especial contra Frigerio y su amigo, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, dejaron heridas que ponen en riesgo ese trabajo. Y la suspensión apareció como la primera consecuencia.
"¿Cómo hacen campaña ahora?", se lamentó un operador todoterreno. Nadie lo tiene en claro. La respuesta que ensayan todos es que "no van a generar ruido", pero después del 10 de diciembre partirán varios pesos pesados. La Casa Rosada ahora deberá trabajar para sanar las heridas. El objetivo era que Pichetto le "hablara a la política". "Es una persona cercana a los gobernadores y al círculo rojo", explicaron fuentes oficiales.
La agenda continuaba con la inauguración de dos obras en la provincia de Neuquén, donde por la ausencia del gobernador Omar Gutiérrez iban a compartir un acto con sus funcionarios y con el intendente de la capital, Horacio "Pechi" Quiroga, candidato a diputado nacional. Y seguía por Chaco, Corrientes y Entre Ríos. Todo quedó en suspenso.
Anoche, mientras tanto, el gobierno de Córdoba anunció que Pichetto se reunirá hoy con el gobernador Juan Schiaretti.
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