El Gobierno insistirá en derogar las primarias, pero la oposición dialoguista propondrá modificarlas
Tanto Pro como la Coalición Cívica y otros bloques sugieren que sean optativas; los opositores reclamaron al Gobierno que motorice en el Senado la ley para instrumentar la boleta única de papel
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Con la baja del gasto público como argumento principal, el Gobierno confirmó a los bloques de diputados dialoguistas que enviará al Congreso una reforma política que incluirá la derogación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Los opositores objetaron la eliminación lisa y llana de las elecciones primarias –admitieron que podrían aceptar mejoras– e insistieron en que, antes de avanzar en cualquier reforma electoral, el oficialismo debe motorizar la aprobación de la Boleta Única de Papel (BUP), pendiente en el Senado.
La reforma política que diseña el Gobierno aún no tiene fecha de ingreso, aunque se estima que será en los primeros días del mes próximo, anticipan fuentes oficiales. No le sobra tiempo al oficialismo, por el contrario: por regla general los legisladores no discuten iniciativas de índole electoral en los años en que se celebran elecciones, por lo que quedan solo cinco meses para avanzar. Con el agravante de que la Constitución Nacional impone una mayoría absoluta en ambas cámaras (mitad más uno de los miembros) para modificar cualquier ley electoral, por lo que las negociaciones no serán sencillas.
El encuentro, que se celebró en el despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, contó con la presencia del vicejefe de Gabinete, José Rolandi; del secretario del Interior, Lisandro Catalán; de la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzábal Murphy; y del asesor de la Secretaría General de la Presidencia Eduardo “Lule” Menem.
Los dialoguistas, en tanto, estuvieron representados por Cristian Ritondo y Silvana Giudici, de Pro; Rodrigo de Loredo y Soledad Carrizo, de la UCR; Miguel Ángel Pichetto y Margarita Stolbizer, de Hacemos Coalición Federal; Pamela Caletti y Osvaldo Llancafilo, de Innovación Federal y del Movimiento Popular Neuquino, respectivamente; Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica; y Agustín Fernández, del bloque Independencia.
La prioridad del Poder Ejecutivo, y así lo explicitaron los funcionarios, es la eliminación de las PASO, a las que consideran un gasto innecesario. Argumentaron, además, que sería de muy difícil instrumentación si finalmente es sancionada la ley de Boleta Única de Papel tal como la votó la Cámara de Diputados, que propone incluir, en una misma papeleta, todas las categorías electorales (modelo cordobés). La iniciativa está pendiente de aprobación en el Senado y, tal como anticipó LA NACION, sería modificada para asegurar la mayoría de los votos.
A los dialoguistas no les convence la derogación lisa y llana de las PASO que, aun con sus falencias, ayuda a ordenar a una oposición desarticulada y conformar listas competitivas. De todas maneras, puertas adentro de los distintos bloques hay miradas distintas. Por caso, el bloque de Pro, el aliado más fiel de los libertarios en el Congreso, propone que las primarias sean optativas, tanto para la agrupación política como para los votantes. La Coalición Cívica también impulsa una iniciativa similar.
Cuando esta alternativa se puso sobre la mesa en la reunión con los funcionarios nacionales, el radical De Loredo puso el grito en el cielo: advirtió que, si las primarias no son obligatorias se corre el riesgo de que aquellas agrupaciones políticas que decidan no competir en primarias porque han acordado listas únicas muevan sus respectivos aparatos partidarios el día de la elección para incidir en el resultado de las primarias ajenas.
“En un contexto de escepticismo y descontento generalizado con la política, si una elección no es obligatoria seguramente no va a atraer a mucha gente a votar de manera voluntaria. Entonces, la capacidad movilizada de un oficialismo, que suele no celebrar internas, es muy incidente en ese proceso eleccionario”, explicó.
En lo que sí hay acuerdo entre los dialoguistas es en la necesidad de que el Gobierno motorice en el Senado la media sanción del proyecto sobre Boleta Única. En enero, esta iniciativa –con media sanción de Diputados– quedó obturada por el rechazo de la rionegrina Mónica Silva, quien se resiste a aprobar la iniciativa tal como llegó de la Cámara baja. Según anticipó LA NACION, ya habría acuerdo en el Senado para eliminar este casillero y allanar la finalización de su trámite parlamentario. Se neutralizará el “efecto arrastre” propio de la actual boleta partidaria.
Además de la Boleta Única y de la derogación de las primarias, el Gobierno también pretende ponerle coto al financiamiento público de los partidos, como así también instaurar una ley de “ficha limpia” en la selección de los candidatos, para evitar que integren listas aquellos condenados por corrupción. Esta última iniciativa podría tener dictamen en las próximas semanas, aunque todavía no hay acuerdo sobre un punto clave: qué instancia judicial se tomará como válida. Algunos sostienen que alcanza con una sentencia de primera instancia mientras que otros consideran que deben ser sentencias firmes en dos instancias.
Previo a la reunión con Catalán, Ibarzábal y Menem, los dialoguistas se entrevistaron por la mañana con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la Casa Rosada. Conversaron sobre la reglamentación de la Ley Bases y el paquete fiscal: de hecho, todavía no se conocen los detalles sobre cómo se instrumentará la reposición del impuesto a las Ganancias.
En el encuentro, el jefe del bloque Pro insistió en plantear el problema, aun irresuelto, sobre el incumplimiento por parte del Poder Ejecutivo del fallo de la Corte Suprema sobre la coparticipación de la ciudad de Buenos Aires. Este será el eje de la reunión que este viernes compartirán el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, y el ministro de Economía, Luis Caputo.
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