El Gobierno festeja la reaparición de Cristina Kirchner porque contribuye a la atomización opositora
Cerca de Milei creen que el protagonismo de la expresidenta aleja las posibilidades de la unidad peronista; apuestan a ganar en la ciudad de Buenos Aires y unirse con Pro en provincia
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“Bueno para nosotros, trágico para el país”. Así definen muy cerca del presidente Javier Milei, con una mezcla de pragmatismo e ironía, la decisión de Cristina Kirchner de aceptar el “operativo clamor” de distintos dirigentes del peronismo para hacerse cargo del PJ a nivel nacional y construir, “desde la unidad”, el “mejor peronismo posible”, como lo expresara en una carta.
Para la Casa Rosada, este virtual regreso de la expresidenta al centro del escenario político es positivo, no para polarizar con el kirchnerismo como podría suponerse, sino para alcanzar un objetivo aún más ambicioso: atomizar el escenario electoral en las elecciones legislativas del año próximo, y así favorecer las chances de La Libertad Avanza para conseguir más legisladores que fortalezcan al Gobierno en la segunda mitad de su mandato.
“Que ella esté, ordena el escenario. Pero no necesariamente eso significa que debamos confrontar con Cristina”, razonan desde el armado nacional del mileismo, que encabeza Karina Milei, donde participa activamente el asesor todoterreno Santiago Caputo. Para los responsables de la campaña, “para polarizar hay que hacer lo contrario de lo que hizo (Mauricio) Macri”, que en 2019 buscó, sin éxito revertir la derrota inicial contra Alberto Fernández. En crítica directa a los responsables de aquella campaña, el entonces jefe de gabinete Marcos Peña y el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, en Balcarce 50 aclaran que “para polarizar tenés que estar seguro de tener la mayoría. Macri no la tenía y así le fue”, destacan.
Un peronismo desmembrado-la renuncia del exministro kirchnerista y actual diputado Florencio Randazzo, que de todos modos estaba fuera del PJ orgánico, fue un dato alentador-es uno de los objetivos del Gobierno. “Con Cristina en el escenario, el centro peronista no se puede poner muy creativo”, chicanean desde el armado libertario, dando por descontado que no habría unidad posible en el peronismo bajo el liderazgo de Cristina, con La Cámpora siempre cerca de la exmandataria.
Mientras especulan con la división peronista, en el Gobierno creen que también es importante contar con “una parte del radicalismo”, sobre todo tomando en cuenta los apoyos de diputados radicales al veto presidencial al aumento de las jubilaciones, que podría repetirse mañana con el tratamiento del veto presidencial al financiamiento para las universidades nacionales.
En el crucial territorio bonaerense, el objetivo del Gobierno-por el que trabajan Caputo y el armador Sebastián Pareja-la unidad con Pro y otros partidos aparece como una meta deseable. “Lo mejor es que los más parecidos estemos juntos”, afirma un referente libertario, quien no descarta una interna entre los diputados José Luis Espert (LLA) y Diego Santilli (Pro), para dirimir la cabeza en la lista de diputados nacionales para el año próximo.
Distinto es el escenario en la ciudad de Buenos Aires, donde el Gobierno se tiene fe para ganar dos de los tres senadores nacionales que se pondrán en juego en octubre de 2025. “Nosotros ganamos seguro, y el Pro podría sacar el tercer senador”, se ufanan en el búnker libertario, y aseguran que, hoy por hoy, Patricia Bullrich podría derrotar en un mano a mano al propio Macri, si La Libertad Avanza y Pro enfrentasen por separado los comicios legislativos.
Más allá de sus apariciones públicas como la presentación del partido en Parque Lezama y su involucramiento en el armado nacional, cerca de Milei creen que la secretaria General de la Presidencia no será candidata. “No va a ser candidata, su rol es salir a buscar 100.000 afiliados para el año próximo”, detallan.
Quien no parece tener lugar en el armado electoral futuro es la vicepresidenta Victoria Villarruel, corrida además de la mesa chica de decisiones en lo más alto del poder. “Ella es vicepresidenta. ¿Qué más quiere?”, desafiaron desde un despacho oficial, mientras Villarruel transitaba una nueva jornada con reuniones en España. Por las dudas, en el armado nacional aclaran que la buena imagen de la vicepresidenta se debe a que “la gente cree que ella es Milei. Si saca los pies del plato, los 45 puntos (de imagen positiva) pasan a ser 12″, aseguran desde la comunicación oficialista. Y agregan que “la gente no sabe si es hija de Montoneros o de militares”, en referencia crítica a la trascendencia pública de la militancia de la vicepresidenta en favor de la “memoria completa” sobre lo ocurrido en la década del setenta.
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