En un escueto comunicado, el Gobierno expresó “su pesar” por la muerte de la reina Isabel II
Lo expresaron el Gobierno y la Cancillería a través de mensajes en las redes sociales; el vínculo bilateral atraviesa una etapa de tensión por el renovado reclamo argentino sobre Malvinas
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Menos de una hora después de conocerse la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, y a través de un escueto comunicado inicial, el gobierno de Alberto Fernández expresó su “pesar” por el fallecimiento de la monarca británica. El primer pronunciamiento se efectivizó a través de la Cancillería, que encabeza Santiago Cafiero, y el segundo, un par de horas después, corrió por cuenta de la Casa Rosada, casi en los mismos términos.
“El Gobierno argentino saluda y acompaña al pueblo y Gobierno británico ante el fallecimiento de su jefa de Estado, la reina Isabel II”, expresó el Gobierno a través de su cuenta oficial en twitter.
“Isabel Alejandra María Windsor (1926-2022), Reina del Reino Unido bajo el nombre de Isabel II desde 1952. El Gobierno de la República Argentina expresa su pesar por su fallecimiento y acompaña al pueblo británico y a su familia en este momento de dolor”, decía el comunicado anterior, de Cancillería.
El Gobierno argentino saluda y acompaña al pueblo y Gobierno británico ante el fallecimiento de su jefa de Estado, la reina Isabel II.
— Casa Rosada (@CasaRosada) September 8, 2022
Isabel Alejandra María Windsor (1926-2022), Reina del Reino Unido bajo el nombre de Isabel II desde 1952. El Gobierno de la República Argentina expresa su pesar por su fallecimiento y acompaña al pueblo británico y a su familia en este momento de dolor.
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) September 8, 2022
Los mensajes del Gobierno y la Cancillería fueron los únicos pronunciamientos oficiales que se prevén por parte del gobierno de Alberto Fernández, según dijeron a LA NACION fuentes oficiales. Las menciones generales al “pueblo” británico del primer comunicado fueron “corregidos” en el segundo, que contiene una mención al “gobierno” británico, del Partido Conservador.
El fallecimiento de la reina británica coincide con un momento de tensión en el vínculo bilateral, a cuarenta años del conflicto bélico en las Islas Malvinas que comenzara el 2 de abril de 1982 y culminara con la rendición de los militares argentinos, el 10 de junio.
El recuerdo más reciente de estos desencuentros se dio el 27 de junio pasado, cuando el presidente Alberto Fernández se reunió con el por entonces primer ministro británico, Boris Johnson. Fue un encuentro breve y tenso, en el marco de la reunión del G7, al que Argentina concurrió en carácter de invitado. “Alberto lo paró en seco”, describió el canciller Cafiero poco después de la improvisada reunión, dentro del castillo de Elmau, en los Alpes bávaros. El tema de la soberanía sobre las Malvinas, claro, fue el motivo principal de las discusiones, que el británico intentaba encarrilar hacia las potencialidades de la cooperación económica.
Desde la comitiva argentina informaron en aquel momento los planteos que hizo Fernández, con el traductor oficial Walter Kerr como testigo del intercambio. Y su idea de “retomar negociaciones sobre soberanía (de las islas), considerando que la Argentina está lista para retomar el diálogo y las negociaciones sobre la cuestión de la soberanía de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas”.
Las fuentes oficiales también remarcaron que el Presidente solicitó la reanudación de los vuelos entre las islas y el continente. “Planteamos el restablecimiento de vuelos regulares entre las islas y el territorio continental argentino con nuestra línea de bandera nacional es una prioridad para nuestro gobierno ya que lo consideramos un factor fundamental para consolidar la confianza en la relación bilateral entre ambos países”, dijeron allegados a Fernández que participaron de la comitiva que asistió a aquella cumbre de las potencias mundiales.
Nada indica que el cambio de mando reciente en Gran Bretaña ayude a mejorar el vínculo, que más allá de la actitud del Frente de Todos, centrada en “incomodar” a los británicos para forzarla a conversar sobre la soberanía de Malvinas, es de cooperación en ámbitos como el cultural, científico y de salud. La flamante primera ministra, Liz Truss, una admiradora de Margaret Thatcher (quien ordenara el contraataque británico en 1082), consideró meses atrás que Malvinas “es parte de la familia británica”.
Hace dos semanas, y en ese contexto enrarecido, el Gobierno rechazó “categóricamente” los términos de un concurso organizado por la embajada británica en el país que tiene por objeto seleccionar estudiantes universitarios para pagarles un viaje a las islas Malvinas.
Desde la oposición, las reacciones fueron por demás dispares. Mientras el ex presidente Mauricio Macri expresaba en un texto sus condolencias, y a diferencia de la sobria reacción del Gobierno, la izquierda, a través del Polo Obrero, celebró el fallecimiento y entonó en las calles cánticos alusivos al conflicto bélico por las islas Malvinas. Lejos de las condolencias, ex piquetero Luis D´Elía, cercano al Presidente, llamó a la fallecida jefa de Estado “usurpadora de tierras argentinas” y pidió “gloria eterna a los héroes de Malvinas”.
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