El Gobierno evalúa subir salarios por productividad
Ibarra reconoció que podrían fijarse pautas de rendimiento con impacto en el nivel de ingreso
PARÍS.- Andrés Ibarra, no solo es optimista. También es voluntarioso. Y si no resultara irrespetuoso, hasta se podría decir que es un empecinado. Para el ministro de Modernización, es inimaginable que sus planes de remodelar el Estado no tengan éxito. O que no consigan entusiasmar al resto de los dirigentes argentinos.
"En cuatro años, el Estado argentino se habrá modernizado en un 80%", dijo a LA NACION en París. Ibarra viajó a la capital francesa para participar en la 4a cumbre global de la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP), que se llevó a cabo en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
En ese proceso de modernización, prevé otorgar mejoras salariales acorde a la productividad. Además, otro aspecto importante es la capacitación de la administración pública. Por un lado, Ibarra está convencido de que hacer concursar a sus altos responsables desde directores generales hasta coordinadores "conseguirá que gente valiosa de la sociedad civil se interese por ocupar un cargo público".
Para formar a los altos funcionarios, el ministerio de Modernización ha comenzado la transformación completa del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). "Entre febrero y marzo lanzaremos el nuevo INAP", explicó Ibarra.
Pero ¿cómo hacer atractiva la función pública? Con un buen nivel de sueldos y, sobre todo, aplicando un método ya probado en la ciudad de Buenos Aires: el salario variable.
"Fijando pautas de rendimiento cuantificables, mediciones duras que, una vez obtenidas, pueden mejorar el ingreso de uno o dos sueldos suplementarios por año", explicó el ministro. Sería algo adicional, además de la negociación colectiva pautada en paritarias con los gremios estatales.
A juicio de Ibarra, ese sistema permite tener una gerencia de gestión del Estado y directores que ayudan al responsable político a tomar decisiones presupuestarias correctas. "Ese es el Estado al que debemos ir", insistió.
Pero ¿cómo llegar a ese Estado ideal con 40% de inflación, una economía que destruyó en un año cerca de 200.000 empleos y una administración pública que, en vez de reducirse, creció?
"El Estado nacional decreció. Hoy tenemos unos 14.000 empleados menos. Esa cifra responde a la no renovación de contratos decidida al comienzo de la gestión y un número determinado de jubilaciones", dijo. Y agregó: "Pero, es verdad, tuvimos que atenuar el impacto del tema tarifario sobre todo en la administración y los sectores más bajos".
Para Ibarra las cosas irán acomodándose lentamente, a medida que continúe la recuperación económica. Si la situación mejora, la gente tendrá más oportunidades de empleo en otros sectores de actividad, dice.
"No necesitamos hacer ningún tipo de locura como piden algunos sectores muy radicalizados. El propio Estado irá adquiriendo su dinámica. Le vamos a ir dando los instrumentos necesarios. En el sector público hay mucha gente en edad de jubilarse. Yo quiero un proceso armónico. No hace falta violentar las cosas. El único objetivo es que el Estado funcione. Y si el país crece, eso mismo hará que el propio Estado se redimensione. Que la gente tenga otras oportunidades", insiste
El proyecto de gobierno abierto es, precisamente, uno de los que más entusiasman al ministro ya que, a su juicio, una correcta aplicación a nivel no sólo nacional, sino provincial y municipal, permitirá una administración transparente y la participación ciudadana en el control de la gestión y la formulación de políticas.
"La OGP es el mayor foro mundial en ese terreno y nos resulta muy útil para obtener ideas y adaptarlas al país", dijo. Este año, la Argentina fue invitada a participar en la cumbre global y también fue designada para organizar la reunión regional, que se hará por primera vez en nuestro país en noviembre próximo.
La inclusión de Argentina en la OGP tiene una doble importancia para el país, que intenta incorporarse a mediano plazo en la OCDE. A juicio de Ibarra, "si bien la OGP no depende de la OCDE, esta última le da particular importancia al funcionamiento del Estado. Eso incluye transparencia, gestión, plataformas digitales, etc. En otras palabras, el hecho de integrar la OGP nos obligará a respetar las buenas prácticas que, en una segunda etapa, nos ayudarán para calificar ante la OCDE".
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