Tras el pedido de Cristina Kirchner, el Gobierno advierte que "el diálogo con todos los sectores ya está en marcha"

"Vivimos dialogando con todos", responde, casi fastidiado por la insistencia periodística, uno de los hombres clave del gobierno de Alberto Fernández.

En una jornada cruzada por rumores de diálogos discretos en medio del tembladeral económico y financiero, el Gobierno se preocupó por dejar claro que comparte el llamado a un "acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales", para mitigar la incertidumbre derivada de la demanda (y escasez) de dólares, lanzado ayer por la vicepresidenta Cristina Kirchner.

A la vez, desde la Casa Rosada y la quinta de Olivos afirman que lo que pide la vicepresidenta "ya se está haciendo" en el Congreso y con las mesas sectoriales, con gremios y empresarios. Y también apuntan contra los líderes de la oposición que ayer, salvo excepciones, salieron a fustigar el llamado de la expresidenta. No habrá, entonces, una convocatoria formal a opositores y sectores sociales más allá de las ya vigentes, confirman altas fuentes del oficialismo.

"(Lo que pidió Cristina) está en la línea de lo que venimos haciendo", contestó otro importante vocero. Y detalló: el Consejo agroindustrial se reunió tres veces en las últimas tres semanas; hubo reuniones con la Uocra y la Cámara de la Construcción con el ministro de Economía Martín Guzmán, y ayer el Presidente recibió al empresario supermercadista Alfredo Coto. También destacan que "el acuerdo social que se veníamos impulsando se frenó con la pandemia" y que "tomó impulso" con la reciente reunión de Guzmán y el jefe de gabinete Santiago Cafiero con empresarios, sindicatos y movimientos sociales en el contexto del Consejo Económico y Social.

¿Y el encuentro con la oposición? "El diálogo con la oposición se da en el parlamento, y está abierto, como siempre", contesta un miembro del círculo de confianza del Presidente. Otro vocero apunta a las críticas que los presidentes de Pro, Patricia Bullrich, y de la UCR, Alfredo Cornejo, lanzaron minutos después de conocida la carta.

"La conducción formal de la oposición es la que más palos en la rueda meten contra la gestión. Critican la pandemia mientras sus gobernantes agradecen las políticas públicas de la nación. Sería bueno que se pongan de acuerdo", ironiza el funcionario, atento a las disidencias de los jefes partidarios con "moderados" como el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y su par de Jujuy, el radical Gerardo Morales.

"Me alegro que Cristina renueve ese pedido de dialogo, que hace tiempo viene planteando y que es el llamado que todos los días hace este gobierno (…) tenemos que buscarlo, seguir insistiendo con eso, pero necesito de la madurez y el compromiso de todos", dijo el propio Fernández en su raid mediático matinal, en el mismo sentido que sus funcionarios de confianza.

La reacción de Pichetto

En ese sentido, en el Gobierno aplaudieron las palabras del exsenador y candidato a vicepresidente de Mauricio Macri, Miguel Angel Pichetto, quien anoche en TN sorprendió al valorizar "la convocatoria a un diálogo de los sectores económicos, políticos, sociales y mediáticos" de la vicepresidenta, y agregó que "en la medida que podamos construir una visión más razonable del país, va a ayudar". Hoy, el ex senador justicialista se mantuvo en silencio y no respondió los llamados de LA NACION.

Mientras cerca del expresidente Macri negaron cualquier intento de diálogo indirecto con la vicepresidenta, desde el gobierno porteño (ni Larreta ni sus funcionarios más cercanos se expidieron sobre la carta) aseguraron que "la oposición pidió diálogo institucional hace unos meses y no se concretó". Además, especificaron que, si el jefe de gobierno porteño recibiera un llamado a dialogar "lo comunicaría a la coalición que integra, para que el acuerdo se intente por las vías institucionales", recalcaron. "Pichetto y quienes se mostraron a favor se equivocan si le creen a Cristina", afirmó otra voz del espacio dialoguista opositor, desconfiado de las reales intenciones de la vicepresidenta.

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