El Gobierno define la suba del salario mínimo lejos de la exigencia de los gremios
En un contexto económico volátil, el Gobierno buscará hoy un acuerdo con las centrales obreras y las cámaras empresariales para aumentar el salario mínimo vital y móvil, que actualmente es de $12.500.
De acuerdo a los planes iniciales, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, se dispone a otorgar una suba de entre 28 y 32 por ciento, mientras que la CGT y las dos vertientes de la CTA exigen como piso el número de la canasta familiar de pobreza del Indec, valuada en $ 31.148. Es decir, un incremento de casi el 150%. Así el acuerdo se anticipa improbable, aunque el ministro podría laudar y definir el alza de manera unilateral, como ya se dispuso en 2017 y 2018.
La definición del nuevo piso salarial impactaría en unos 400.000 trabajadores fuera de convenio y es importante porque sirve como referencia para el salario inicial docente (hoy es de $15.000 y por ley debe estar al menos un 20% por encima del salario mínimo); los planes sociales (la mitad del monto representa el salario social complementario) y los haberes jubilatorios (la evolución del salario mínimo determina el valor diferencial de la jubilación básica con el 82% móvil de aquellos con más de 30 años de aporte).
Además, el salario mínimo es un indicador para el trabajo informal y para actividades que no están sindicalizadas en jornadas laborales de ocho horas. Actualmente es de $12.500 o de $62,50 la hora para los jornalizados, mientras que la prestación por desempleo parte de un mínimo de $2907y un máximo de $4652.
El Consejo del Salario se reunirá en la sede del exministerio de Trabajo, en Alem 650. El consejo está integrado por 16 representantes de las cámaras empresarias, como la Unión Industrial Argentina (UIA), la Sociedad Rural y la Cámara Argentina de Comercio, y la misma cantidad de actores de los trabajadores, con la CGT y la CTA, entre ellos.
Tras la magnitud de la movilización de anteayer y por la incidencia que el aumento tendría en los planes sociales, se suma en esta ocasión a la mesa la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), cuyo líder es Esteban Castro.
El sindicalismo combativo que se referencia con la izquierda y algunos grupos piqueteros se movilizarán hasta la sede del organismo laboral para presionar por un aumento mayor al que prevé el Gobierno. La protesta coincidirá con el inicio del debate que llevarán adelante funcionarios, empresarios y sindicalistas en el piso 16 del edificio de Alem.
A diferencia de años anteriores, en la CGT esta vez no hay ánimo de concilar y aceptar la propuesta oficial. Para la central, el de Macri es un gobierno en retirada. Los dirigentes gremiales insistirán retóricamente en el aumento en línea con la canasta básica aúnque saben de las dificultades que ocasionaría "el salariazo" en las arcas estatales por su vinculación directa con las jubilaciones y planes sociales.
Siguen de cerca la negociación los gremios docentes. Eliminada por decreto la paritaria nacional, el salario inicial de los maestros está atado a lo que se resuelva hoy. Algunos sindicatos del sector ya orquestan medidas de fuerza para la semana próxima.
Antes de la brusca devaluación del peso, Sica estaba convencido que la suba del sueldo básico debería oscilar entre el 23 y 28%, en línea con las paritarias. Sin embargo, los coletazos económicos lo empujaron a revisar los números y debe ahora afrontar, además, los pedidos de gremios del sector privado para reabrir sus acuerdos salariales ante la crisis.
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