Vicentin: Para el Gobierno, la consigna del banderazo está errada
En el Gobierno no comprenden las razones que llevaron a miles de autoconvocados y entidades agrarias a salir a protestar contra la intromisión estatal. En el entorno de Alberto Fernández creen que quienes protestan no están viendo la película completa del asunto Vicentin.
"La gente está protestando por la supuesta intromisión del Estado cuando los propios dueños de Vicentin pidieron en Olivos la intervención estatal", dijo a LA NACION un alto funcionario que trabaja palmo a palmo con el Presidente. Y agregó: "La gente no entiende que los dueños de la empresa habían pedido que el Estado actúe porque la confianza estaba dañada y porque ya daban a la empresa por perdida".
Es en esa misma línea que hoy Fernández dijo, con cierto encono, que no le preocupaba el banderazo y agregó: "Creo que esta gente está confundida".
Desde que el Gobierno decidió pisar el plan de la expropiación y hacer un replanteo (intentando la vía de una salida negociada dentro del marco del concurso de acreedores), en Olivos comenzaron a machacar con que Sergio Nardelli, el CEO de Vicentin, fue quien solicitó el auxilio del Estado.
"El que pidió la intervención del estado se llama (Sergio) Nardelli, el directivo que condujo todos estos años Vicentin", dijo hoy Fernández en una entrevista con El Destape, al revelar un aspecto privado de la charla con el directivo de la cerealera.
Un ministro al tanto de las tratativas por Vicentin, en diálogo con LA NACION, hizo una lectura más política. "No hay, ni hubo ninguna lesión sobre ningún derecho. Así que el banderazo solo se explica por una motivación política partidaria", señaló el funcionario.
Y remató: "Hay una cuestión política antiperonista. No puede ser otra cosa, porque no existe ninguna lesión de derechos. Hasta acá los únicos damnificados por el problema de Vicentin son los clientes de la banca pública y los productores que no cobran su deuda. No hay banderazo por ellos".
A pesar de que ayer en Olivos se apuró el "plan Perotti", en el Gobierno no esperaban que el anuncio desinflara las protestas. "Era esperable, no pensé que se iba a atenuar porque ya había ya un clima y una convocatoria por este tema", dijo un colaborador presidencial que pasó toda la jornada del viernes en la quinta presidencial.
Tras el descontento en el campo por el anuncio de la expropiación de Vicentin y luego de que distintos actores políticos -inclusive de sus propias filas- empujaban una salida negociada, el Presidente se mostró más flexible para buscar una opción intermedia y finalmente accedió a avanzar con la propuesta del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.
Fue así como la provincia de Santa Fe le solicitó a Lorenzini un nuevo pedido de intervención. Pero esta vez el requerimiento judicial fue de la Inspección General de Personas Jurídicas de la provincia, lo que planteó un nuevo paisaje con el objetivo de buscar un acuerdo, dejando en suspenso el plan de expropiación.
Es, en definitiva, el "plan Perotti" con respaldo presidencial. Si el juez no acepta el pedido, la expropiación volverá a estar sobre la mesa.
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