Con duras críticas a Áñez, el gobierno argentino celebró el triunfo de Arce
Tras meses de tensiones y de contactos casi nulos con Bolivia, el gobierno de Alberto Fernández reconocerá la legitimidad de Luis Arce, el nuevo presidente electo ayer.
Pese a que el recuento de votos es lento, la abrumadora diferencia a favor del candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) fue la señal que esperó el oficialismo para felicitar al candidato de Evo Morales y aspirar a una recomposición de las relaciones diplomáticas, prácticamente interrumpidas desde diciembre. La noticia fue recibida con declaraciones contundentes de parte del oficialismo.
"Fue golpe", dijo hoy el canciller Felipe Solá para describir la gestión de Jeanine Áñez, que asumió tras la renuncia de Morales, interpretada por el oficialismo como un golpe de Estado. Más tarde, el funcionario afirmó que Morales "podría haber sido asesinado" si la Argentina y México no hubieran intervenido para que salga de Bolivia.
"El pueblo boliviano hizo justicia recordando la excelente gestión de Morales. La Argentina no reconoció nunca a los golpistas transformados en gobierno de facto. Hace un año, la decisión de los presidentes @alferdez y @lopezobrador_ [Andrés Manuel López Obrador, de México] salvó la vida de @evoespueblo. Recordemos para valorar", agregó el ministro.
La Argentina no reconoció nunca a los golpistas transformados en gobierno de facto. Hace un año, la decisión de los presidentes @alferdez y @lopezobrador_ salvó la vida de @evoespueblo. Recordemos para valorar.&— Felipe Solá (@felipe_sola) October 19, 2020
"Tenemos alegría porque Evo Morales pudo haber sido asesinado si Alberto Fernández y López Obrador no hubieran intervenido. Morales y su vicepresidente [Álvaro García Linera] estaban amenazados de muerte e incluso se llegó a rodear el aeropuerto de Cochabamba cuando ya estaban arriba del avión mexicano", relató Solá.
Alejado del tono diplomático, el canciller afirmó que Áñez de encabezar un gobierno "que predica el odio racista", y criticó a Macri por haber reconocido las "autoridades ilegítimas".
"Nosotros dejamos de reconocer a Áñez en cuanto subimos al Gobierno. No podíamos reconocer a ese gobierno de facto, que predica el odio racista. No podíamos reconocer un gobierno que ejerció una violencia racista, tal como lo dice el informe el informe de la Alta Comisionada de la comisión de DDHH de la ONU, que denunciaba las matanzas de Sacaba y Senkata, torturas, detenciones, persecuciones y un lenguaje incendiario y racista de Áñez para abajo", lanzó.
Más temprano, el presidente Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner habían celebrado el triunfo de Arce. En Twitter, los funcionarios felicitaron al MAS.
"La victoria del MAS en Bolivia no solo es una buena noticia para quienes defendemos la democracia en América Latina. Además, es un acto de justicia ante la agresión que sufrió el pueblo boliviano", escribió Fernández, quien agregó horas después: "Sufrió un golpe de Estado, destruyeron su casa y lo obligaron a abandonar el país mientras su familia y sus seguidores eran hostigados y perseguidos por el gobierno de facto. Pero el pueblo no olvida a quien no lo traiciona. Así lo demostró ayer. ¡Felicitaciones, @evoespueblo!".
"Felicitaciones a Lucho Arce y David Choquehuanca que, junto a Evo, construyeron en Bolivia un gran triunfo popular. La Patria Grande feliz", señaló, en tanto, la vicepresidenta.
"Es un triunfo más de la democracia que queremos y defendemos en nuestra América Latina", dijo, en tanto, el ministro del Interior, Eduardo de Pedro.
Un vínculo interrumpido
La relación entre la Argentina y Bolivia se limitó solo a nivel consular durante la gestión de Fernández. La representación diplomática, además, se mantiene a nivel de encargado de negocios. Con el vínculo roto, ninguno de los dos gobiernos atinó a nombrar un embajador.
La victoria del economista de izquierda, del partido de Morales, fue celebrada en el oficialismo, optimista por que haya un punto final a la seguidilla de cruces retóricos entre los gobiernos. El último roce fue hace apenas dos días, cuando Fernández responsabilizó al "gobierno de facto de Áñez" por la retención de un legislador argentino y maltratos hacia otros integrantes de la comitiva que fue invitada como veedora a las elecciones.
El mes pasado, en tanto, Áñez acusó al gobierno argentino de "acoso abusivo" a su país. La presidenta interina denunció ante la Asamblea General de Naciones Unidas "el acoso sistemático y abusivo que ejerce, desde la Argentina, el gobierno kirchnerista, contra las instituciones y contra los valores republicanos en Bolivia''.
La mandataria, además, cuestionó a la Casa Rosada por dar asilo a Morales, que vive en la Argentina desde diciembre del año pasado, luego de que Mauricio Macri abandonara el poder.
"¿Cuál es la autoridad que tiene el gobierno argentino para ofrecer impunidad a Evo Morales ante casos tan graves como las investigaciones nacionales e internacionales que están en marcha contra este exdictador, por violaciones a los derechos humanos, por violaciones sexuales contra niñas o mujeres menores de edad, o por complicidad en asesinato político?'', preguntó Áñez.
La respuesta de la Cancillería no se hizo esperar y, en un mensaje por Twitter, lamentó la intervención de la mandataria en la ONU y, al no reconocerla, no la llamó por su cargo, sino que se refirió a ella como "señora Áñez".
Morales, en tanto, confirmó hoy que tiene previsto volver a Bolivia, pero no dijo cuándo lo hará. "Tarde o temprano vamos a volver a Bolivia. Es cuestión de tiempo", dijo.
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