Trastienda de una jornada frenética: una reunión a media mañana para destrabar la ley y la bronca con los gobernadores
Del optimismo a la tensión y de ahí a un encuentro en la planta baja de Casa Rosada que volvió a encaminar un intercambio empantanado; molestias, disidencias y un interlocutor clave
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Promediaba la mañana de este martes cuando llegó el encuentro que comenzó a destrabar el camino para la aprobación de la ley ómnibus. En el Ministerio del Interior, en la planta baja de Casa Rosada, después de la reunión de gabinete a primera hora, se reunieron el titular de esa cartera, Guillermo Francos; el vicejefe de Gabinete, José Rolandi; el asesor Santiago Caputo, y, como interlocutor de los gobernadores aliados, el mandatario de Entre Ríos, Rogelio Frigerio. Junto a ellos también estaba un funcionario de Economía, en representación de Luis Caputo. Retenciones fue el gran tema de la negociación. Era, y sigue siendo, la madre de todas las batallas, pero había más puntos que se fueron subsanando más fácilmente.
Poco más de doce horas antes, el mandatario provincial y extitular de Interior durante la gestión de Mauricio Macri, había sido uno de los conectados al Zoom encabezado por Francos, en el que también participaron los otros nueve gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC). Esa cita apurada pasadas las 20 del lunes se había convertido en la formalización del empantanamiento de las conversaciones entre el gobierno y los gobernadores aliados que buscaban garantizar sus votos de apoyo al proyecto, pero entendían que estaba el puñado de puntos, entre ellos fundamentalmente el de retenciones, que no se acercaban a lo conversado previamente. En Casa Rosada afirmaban que “no había más margen económico para las negociaciones”.
Esa situación del lunes por la noche se coló en medio del clima optimista que se manejaba en Gobierno desde donde afirmaban que el proyecto saldría igual pese a la posición de los gobernadores. Poco después se acentuaría la tensión visible entre uno y otro sector. “Más allá de que no vemos razones para que el proyecto de ley bases no se termine transformando en ley, en caso de que eso no ocurra, es seguir con el ajuste de las cuentas públicas, no va a haber otro camino. El ajuste de las cuentas públicas va a incluir el análisis de todas y cada una de las partidas que el gobierno nacional transfiere a las provincias, en todos los conceptos que se pueda ocurrir”, dijo el vocero Manuel Adorni, durante la mañana en conferencia de prensa, mientras que puertas adentro se realizaba la reunión clave en Interior.
La postura de Adorni fue en línea con la posición que, según cuentan, ya tendía tomada desde el primer momento, el propio presidente Javier Milei. En ese sentido desde las filas libertarias hoy explicaban que se replicó el miso esquema de negociación que a lo largo de todo este proyecto: “dureza e intransigencia por un lado, paños fríos y negociación por otro”, como lo describió una fuente de Casa Rosada.
A la reunión entre los funcionarios y Frigerio siguió un ida y vuelta de negociaciones frenéticas vía telefónica y chat. La bronca contra los mandatarios provinciales sobrevolaba en paralelo en la Casa Rosada.
“Venían rebeldes de antes de que hablara el presidente”, “es su postura natural, de oponerse a todo”, “es lo mismo que con Ganancias, no se quieren hacer cargo del costo político”, decían distintas fuentes del Ejecutivo. “Le festejaron y le aplaudieron la quita (de Ganancias) a (Sergio) Massa y desde que asumió Javier (Milei) que están pidiendo que vuelva”, apuntaban en referencia, más allá de a los gobernadores aliados, también a los del Justicialismo.
“Hasta acá llegó la negociación. Es hora de votar”, sostenía en el correr de la tarde el sector más cerrado de las filas libertarias. “Sigue todo abierto. Esto es un minuto a minuto”, contraponía el costado más negociador. “La ley es muy necesaria para salir de la crisis. El “corazón” de la ley es bien recibido afuera, es necesario para que vengan inversiones al país”, describían. El “corazón” es la baja del déficit fiscal.
Todo fue en el final de una jornada frenética en el que la expectativa estaba en la negociación y el optimismo de que el proyecto saldrá, con las negociaciones en pleno, mientras se esperaba la hora de la cita final en Diputado, en la que sobrevuela la confianza en el rol de Martín Menem, titular de la Cámara Baja.
Mientras el proyecto se encaminaba a su tratamiento legislativo, pasadas las 19:20 Milei dejó este martes la Casa Rosada. Salió acompañado de Caputo, que se quedó en la explanada de la calle Rivadavia. En el ocaso de un día agitado, todavía faltaba el paso parlamentario en la víspera de su primera jornada de paro en el país. Un escenario complejo en el que los libertarios buscaban sellar su primer triunfo político desde que llegaron a Balcarce 50.
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