El Gobierno busca evitar un recambio de ministros y sortear los problemas de gestión con reasignación de funciones
Pese a que tiene medio gabinete en una situación frágil, Milei no quiere hacer un recambio; la llegada de Sturzenegger y el nuevo rol de Francos
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Javier Milei no quiere hacer cambios de nombres en el gabinete. Así lo supo LA NACION de fuentes muy cercanas al mandatario. Pese a las versiones que en las últimas semanas envolvieron a cuatro ministros, y a que el propio jefe de Estado había adelantado que todo el gabinete estaba bajo análisis y que podría haber cambios tras la definición de la Ley de Bases, esas modificaciones no se producirían en el corte plazo, según aseguraron en el entorno presidencial.
Los cambios que sí se registrarán en los próximos días serán en el funcionamiento de la Jefatura de Gabinete, en cabeza de Guillermo Francos, y la demorada, pero según explican “inminente”, asunción de Federico Sturzenegger, como ministro en una cartera nueva que aún no tiene nombre definido, pero que irá por la “desregulación económica y la libertad económica”, según detallan fuentes al tanto de esas conversaciones.
La última salida de un funcionario de primera línea fue la de Nicolás Posse, el 27 de mayo. El hasta entonces jefe de Gabinete llevaba cerca de dos meses sin hablarse con el Presidente, con quien hasta entonces había mantenido una amistad de casi dos décadas.
La decisión de sacar a Posse del cargo ya estaba tomada por el mandatario desde hacía semanas cuando se concretó, pero la idea era anunciarla una vez que saliera la Ley de Bases. Sin embargo una serie de versiones mediáticas que salieron, para el Gobierno, desde las filas de Posse precipitaron que saliera eyectado del cargo.
En el medio de una y otra situación es que, explican cerca del mandatario, se dio su declaración sobre que el futuro de todo el gabinete estaba “bajo análisis”, pero en las últimas horas dieron otra explicación: que “la idea siempre fue solo se fuera Posse”.
La salida de Posse, una persona hasta entonces de extrema confianza del mandatario, dejó un mensaje claro puertas adentro del gabinete: “Si Javier echó a un amigo, puede echar a cualquiera”, evaluaban, más allá de la celebración compartida entre ministros por la salida del funcionario, con quien acumulaban diferencias respecto de quien entendían “demoraba la gestión”.
En paralelo emergieron conflictos en Capital Humano, que en dos semanas sumó diversos frentes y dejó a su titular, Sandra Pettovello, bajo la lupa, pese a los respaldos públicos tanto del mandatario como de su hermana, Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, y figura de suma importancia de la administración.
En las últimas horas, Pettovello habló públicamente y confirmó su continuidad, un hecho que fue celebrado en tierras italianas, donde se encontraba el mandatario y su comitiva. “Sandra está más firme que nunca”, insistían en las filas libertarias sobre la mujer que acumula abajo suyo Trabajo, Desarrollo Social, Cultura y Educación, con una batería de conflictos e insistentes versiones de que la gestión está “prácticamente paralizada” en medio del ruido interno y externo. “Capital Humano no se toca y el tiempo nos va a dar la razón”, dicen en Casa Rosada sobre la megaestructura que se diseñó desde los tiempos de campaña.
La otra funcionaria cuyo nombre quedó en medio de rumores de salida fue Diana Mondino, de Relaciones Exteriores. En pocas horas sumó versiones que iban desde un descontento por la invitación del agregado de Negocios de Palestina a un evento, a que le sacaran de su órbita la Agencia de Inversiones y su exclusión del viaje del mandatario a la cumbre del G-7, en Italia. “Con Diana está todo bien, se ven en Suiza”, decían en el entorno más cercano del presidente en referencia a la Cumbre Global por la Paz, de este sábado. “No va a haber cambios con ella”, repetían en las filas presidenciales.
Los otros dos nombres que quedaron envueltos en versiones y rumores fueron los de Mariano Cúneo Libarona, de Justicia, y Mario Russo, de Salud. Sin embargo en el entorno presidencial los niegan. “Mariano tiene por delante detonar los curros de Acara” (la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina), mencionan en referencia a una de las grandes cajas de la política. Al tiempo que sobre Russo sostenían, muy cerca del mandatario: “Pobre Mario, no entendemos por qué hay tantas versiones sobre él”. Sobre Russo incluso hay una defensa férrea después de lo que pasó con la crisis de casos de dengue, a fines del verano: “Le hicieron muchas operaciones los laboratorios”, dicen.
Hasta ahora, además de la de Posse, la otra salida de un funcionario de primera línea fue la de Guillermo Ferraro, hasta entonces a cargo de Infraestructura, en medio de versiones de filtraciones a la prensa.
El nuevo ministerio
Donde sí admiten que habrán cambios será en el funcionamiento de la Jefatura de Gabinete, a la que tras la salida de Posse llegó Guillermo Francos. Para el funcionario, que estuvo detrás de las negociaciones por la Ley de Bases y mantiene diálogo con los distintos actores de la escena política, se prevé un rol de “coordinador de ministros, no un súper ministro como hasta ahora”, distinguen (ver aparte).
“Se redefine la estructura de Jefatura de Gabinete”, detallan y destacan que ya desde la llegada de Francos al nuevo cargo, “se activó la gestión, empezaron a salir cosas que Nicolás tenía pisadas”, contrastan en relación a Posse. “Va a ser un coordinador de ministros, en la práctica porque deviene de la descentralización de competencias”, completan y aluden a las dos vicejefaturas que Francos tiene debajo con Lisandro Catalán y José Rolandi, bajo su órbita.
Por estas horas también se avanza en el ministerio que tendrá Federico Sturzenegger. En las filas presidenciales aseguran que el mandatario le tomará juramento en breve. El momento podría ser después del viaje que Milei hará por segunda vez a Europa, la semana entrante. La cartera aún no tiene nombre, pero iría por el lado de “desregulación y la libertad económica”. Sobre el rol de Sturzenegger son categóricos para aclarar que “no va alterar en nada las funciones de Hacienda”, donde está Luis “Toto” Caputo.
En paralelo, la que quedó libre es la oficina de Jefe de Gabinete, que tiene acceso directo al despacho presidencial, y mira a la avenida Rivadavia, en el primer piso de la Casa Rosada. La decisión presidencial sobre ese lugar cuyo último ocupante fue Posse, es que en adelante le quede a Karina Milei y su equipo.
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