El Gobierno busca evitar fugas de última hora de intendentes del PJ
Fortaleció la presencia de funcionarios en el conurbano, para evitar traiciones; las mayores dudas están en la primera sección electoral, donde Massa ganó en las primarias; guiños de Scioli a los jefes comunales
El kirchnerismo copó ayer la provincia de Buenos Aires con una decena de actos de campaña para aceitar la relación con los intendentes en busca de evitar la temida traición de los hombres fuertes del conurbano.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, al mando del último tramo de campaña por la licencia de Cristina Kirchner, puso el foco ayer en los jefes comunales. "Hemos avanzando en todos estos años en las políticas para fortalecer los municipios y por eso yo espero en ese sentido el voto", señaló Scioli, y soltó que los intendentes están haciendo un "esfuerzo" para "corregir lo que haya que corregir", en un guiño para contenerlos de una posible fuga.
El Gobierno envió desde esta semana una legión de funcionarios a controlar el territorio. Las dudas están en la primera sección electoral, donde el massismo arrasó en las elecciones primarias y le quitó al kirchnerismo el poder de fuego que supo ostentar. "Por ahora no hay sospechas, pero estamos atentos", confió un dirigente de base a LA NACION ante la consulta de cómo están jugando los intendentes.
Las miradas desde Balcarce 50 se detienen en los municipios más cercanos a los del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, como Tres de Febrero, donde manda Hugo Curto, y José C. Paz, tierra de Mario Ishii. En este último distrito pesa fuerte el segundo de Héctor Icazuriaga en la Secretaría de Inteligencia, Francisco "Paco" Larcher. "Si traicionaron a Néstor [Kirchner] en 2009, todo puede pasar", desnudó su preocupación un hombre del riñón más cercano a la Presidenta. Se refería al corte de boleta que en aquella elección legislativa, con el ex presidente como primer candidato a diputado, benefició a Francisco de Narváez.
Ayer, Scioli e Insaurralde desembarcaron en José C. Paz en un acto por la tarde, el último de una recorrida de cinco distritos.
Por ahora, la Casa Rosada intenta evitar las fugas y por eso la estrategia de la última semana se concentrará en seducir con visitas de funcionarios la mayor cantidad de partidos posible y controlar a los intendentes para que no negocien con el Frente Renovador a nivel nacional.
"El 27 elegiremos a quién queremos ser leales y para qué", se sumó al control Fernando Espinoza, mandamás de La Matanza, en referencia a aquellos jefes comunales que ya se fueron con el intendente de Tigre, y habló de los fondos del gobierno nacional para los municipios. "Sabemos que el pueblo peronista sabrá distinguir las enormes diferencias entre las propuestas", azuzó a sus colegas.
En un mensaje sutil, Scioli sumó su cuña sobre el financiamiento para dejar claro dónde tiene que estar cada intendente. "Hay que ver con objetividad la voluntad del gobierno nacional y provincial", chicaneó desde Bahía Blanca, en referencia a los fondos coparticipables tanto de la Casa Rosada como de su administración hacia los municipios. En su recorrida de campaña imparable, el gobernador pasó, además, por Coronel Rosales, Tornquist, Saavedra, La Plata y cerró en territorio de Ishii, uno de los jefes territoriales que solían tener una buena relación con Sergio Massa.
Hoy, Scioli irá a San Miguel y tiene como objetivo terminar la semana con fuerte presencia en la primera y la tercera sección, las más pobladas del conurbano, según anticiparon en su equipo de campaña.
Para contrarrestar el peso de Massa, buena parte del kirchnerismo se lanzó a la conquista de los jefes comunales. El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, estuvo ayer en Junín y hoy estará en La Plata y Tres Arroyos.
A través del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, está controlado otro bastión peronista, como Merlo, en manos de Raúl Othacehé. En la Casa Rosada confían en que se mantendrá alineado después de que la Presidenta accedió a levantar la lista del sector de Martín Sabbatella, su histórico enemigo, y ubicó a Alejandro Urdapilleta, un hombre del intendente, como primer candidato a senador provincial. "Él quiere liderar la primera y va a trabajar en ese sentido", descartó cualquier traición un hombre del kirchnerismo.
El otro eje del fin de la campaña serán los indecisos, entre un 5 y un 6 por ciento en la provincia, según las encuestas que maneja Insaurralde, un número por ahora insuficiente para dar vuelta la tendencia a favor de Massa. Al mando de Scioli, el Frente para la Victoria acordó que el tradicional búnker en el hotel Intercontinental esta vez cambiará de sede. Sin Cristina, los candidatos bonaerenses y porteños esperarán los resultados en el Hotel NH de la calle Bolívar. El cierre provincial será a las 19, en Lomas de Zamora, con todo el gabinete nacional.
La lectura poselectoral que prepara el Gobierno, como en las primarias, será concentrarse en el conteo de diputados. "Vamos a seguir siendo la primera minoría nacional con un 35%, muy lejos de las demás fuerzas", resaltó un funcionario en línea con la estrategia de amortiguar el resultado adverso en la provincia.
De Narváez y Moyano: otro desencuentro
Continúan los cortocircuitos entre Francisco de Narváez y Hugo Moyano, aliados del frente Unidos por la Libertad y el Trabajo. Casi sin diálogo, y ya decididos a romper el acuerdo tras las elecciones, se confirmó ayer que el jefe de la CGT opositora no asistirá el domingo al búnker de Las Cañitas, donde el empresario aguardará los resultados de las urnas.
Moyano, que tampoco acompañó a De Narváez la noche de las PASO, viajará el domingo a Neuquén con una comitiva de la CGT para darle su respaldo al sindicalista petrolero Guillermo Pereyra, que podría ser elegido senador nacional a través del MPN. La alianza entre De Narváez y Moyano entró en su etapa más difícil tras las elecciones primarias. Después de obtener el cuarto lugar, con el 10,5% de los votos, el jefe camionero ensayó un acercamiento al Frente Renovador, de Sergio Massa.
Mientras tanto, De Narváez abrió un canal de negociación con el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. Surgieron versiones que indican que De Narváez podría asumir antes de fin de año en el gabinete de Scioli como ministro de Seguridad. Pero el propio candidato dijo que no lo aceptaría y agregó ante la consulta de LA NACION: "No recibí una propuesta ni la voy a recibir".
Del editor: qué significa.
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