El Gobierno busca que la convención de la UCR ratifique su participación en Cambiemos
LA NACIONJaime Rosemberg
El objetivo, al igual que hace cinco años, es lograr la unidad política para afrontar el desafío electoral con mejores chances. El gobierno de Mauricio Macri espera que la Convención Nacional de la UCR ratifique, como en aquella reunión de Gualeguaychú, su pertenencia a Cambiemos, y por eso, el jefe de Gabinete, Marcos Peña , y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio , ya trabajan con "interlocutores confiables" para persuadir a la mayor parte de los 327 convencionales de las ventajas de continuar en el espacio y desechar mudanzas como las que proponen Federico Storani y Ricardo Alfonsín , entusiasmados con un acercamiento a Roberto Lavagna .
El Gobierno confía, para esta tarea, en tres patas: la primera es la que conforman los gobernadores radicales (Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés y Gerardo Morales), que estuvieron en Casa Rosada y que tienen predicamento sobre buena parte de los convencionales. La segunda "pata" es el siempre presente Enrique "Coti" Nosiglia, que desde hace rato trabaja en silencio para "contener" al radicalismo dentro de Cambiemos. La tercera es el exsenador mendocino Ernesto Sanz , que sin dejar su "situación de retiro" ha vuelto a aparecer en público y en privado en apoyo a la continuidad del espacio.
Con ese mismo espíritu, el jefe de Gabinete recibió en su despacho a Storani, exdiputado nacional y actual vicepresidente del Comité Nacional de la UCR.
En la reunión, Storani propuso crear un Consejo Económico y Social para afrontar la crisis económica y la posibilidad de que Martín Lousteau dispute unas PASO presidenciales contra Macri. En el encuentro también participaron el presidente del Consejo Nacional de Pro, Humberto Schiavoni, y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis .
La ronda de diálogo con los radicales díscolos, que iba a continuar con Ricardo Alfonsín -la reunión fue postergada para la semana próxima-, tiene el objetivo declarado de aunar fuerzas de cara a lo que se viene. "Storani y Alfonsín son parte de la familia radical, hay que atenderlos", afirmaron a LA NACION cerca del jefe de Gabinete. El exministro del Interior de Fernando de la Rúa llegó, diez minutos antes de las 12, a Balcarce 50 de traje y corbata y con una carpeta en la mano. Se fue pasadas las 13, con el celular apagado y sin hablar con los periodistas.
Un rato antes de ingresar, había afirmado a LA NACION que veía al Gobierno "sin convicción" para defender el acuerdo de precios, y anticipó que en la Convención Nacional pedirá "ampliar Cambiemos" y que funcione "como una verdadera coalición de gobierno".
Según contaron dos de los protagonistas del encuentro, Storani y Peña se trenzaron en un "amable" intercambio. El exdiputado habló de "una alianza electoral que nunca fue alianza de gobierno" y sobre el riesgo "de jugar a la polarización", mientras que el jefe de Gabinete le habló del trabajo conjunto en el Parlamento y pronosticó que "estamos igual que antes de las PASO de 2015".
"En una charla cordial transmití mi preocupación por la pobreza y la inflación", le dijo Storani a LA NACION, sin entrar en detalles. Mientras se acerca a los "rebeldes", el Gobierno seguirá trabajando para que las manos levantadas en pos de seguir en Cambiemos vuelvan a ser mayoría en la Convención Nacional.
Por Jaime Rosemberg
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