El Gobierno busca contener a los mandatarios del PJ

Más hiperactivos que nunca, los gobernadores organizan cumbres para mostrar unidad y discuten , a puertas cerradas, el futuro del peronismo. Después del traspié en las urnas, la Casa Rosada monitorea los movimientos de los caciques provinciales y les transmite un mensaje uniforme: que aguarden el regreso de Cristina Kirchner para avanzar en la definición de la nueva cúpula partidaria y resolver cuestiones de fondo.

Esas directrices emitieron estos días miembros del Gabinete en una ronda de diálogo telefónica y en Balcarce 50, con un grupo de gobernadores. Por premura de calendario, el elenco de mandatarios -históricamente influyentes en la órbita del PJ nacional- ansían una señal para confeccionar la nómina que reemplace la actual grilla de autoridades . El sello, con mandatos vencidos hace más de un año y con riesgo de sanción judicial, tiene como fecha límite para presentar la lista un horizonte cercano: el viernes.

"Estamos demorando todo un poco, hasta que ella se recupere. No podemos decidir algo tan sensible sin consultar", dijo a LA NACION, cauteloso, un funcionario. "Ella" es la Presidenta y el asunto por dirimir no es menor: cualquier nombre encumbrado en la silla de mando será interpretado como un indicio clave en el laberinto hacia 2015.

La postura de los gobernadores respecto del camino a la sucesión presidencial es unánime: mayor incidencia del peronismo y "retoques" económicos para recuperar las economías locales.

Con Cristina ausente y luego del revés electoral, el Gobierno intentó exhibir una gestión en marcha. Así, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, se encargó de contener el ánimo de los jefes del interior y evaluó, en detalle, las cifras que arrojó un domingo amargo para el kirchnerismo. En su despacho estuvo el jujeño Eduardo Fellner, un histórico cacique del PJ que vio corroer su base de sustentación: perdió por dos puntos ante un frente integrado por radicales y socialistas. En la mesa de análisis, no hubo sorpresas interpretativas. Hizo mella el apoyo oficial a otro estandarte K en esa tierra, la dirigente social Milagro Sala.

Concebido como un gesto solidario entre pares, los gobernadores arman un encuentro en Jujuy, para respaldar la figura de Fellner, un caudillo de perfil hiperbajo que, quizá por eso, cuenta con el beneplácito del resto. La cita, aún sin temario ni modalidad, quedó fijada para el jueves 21. "Se verá si es una reunión de Gestar o del Consejo del partido, después veremos", explicó Daniel Scioli. Él, junto a Gildo Insfrán, que amasó el 60% en Formosa, fueron los más entusiastas promotores de la convocatoria.

El riojano Luis Beder Herrera también revisó con Abal Medina el desempeño electoral. Si bien revirtió la derrota de agosto, ahora se impuso por apenas 770 votos. Más ameno fue el paso por la Casa Rosada de otros triunfadores: Jorge Capitanich (Chaco), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y el vicegobernador Sergio Uñac (San Juan), en reemplazo de José Luis Gioja, internado tras un accidente aéreo.

No hubo en esas charlas la sinceridad que demostró, a viva voz, el rionegrino Miguel Ángel Pichetto. El jefe del bloque de senadores, apalancado por una cosecha contundente, habló de "transición" y pidió que se escuche más al peronismo. El diagnóstico es compartido, con matices, al interior del partido.

"Hay liderazgos provinciales desgastados. No todo es culpa del Gobierno", se ataja un dirigente kirchnerista. Los gobernadores, a la vez, están convencidos de que hubo un impacto económico en las urnas. Citan, por ejemplo, la no renovación del Gobierno del régimen de producción industrial, que durante tres décadas benefició a San Luis, San Juan, La Rioja y Catamarca.

En simultáneo, no sólo esbozan un reordenamiento en la superestructura, sino hacia abajo, en sus territorios. Sobre todo, los que cayeron abatidos.

Golpeado después de perder en su bastión, Scioli quiere resucitar su plan presidencial. Prepara para el miércoles, al mediodía, un encuentro con más de 90 intendentes bonaerenses en la sede de la gobernación. ¿El objetivo? Evaluar los resultados y debatir el rumbo por seguir. En su entorno, descartaron a LA NACION una versión que echaron a correr jefes comunales: su entronización al frente del PJ provincial, un escalafón menor para quien lidera hoy el partido nacional y pretende pelear por el premio mayor.

No le será fácil a Scioli actuar entre sus pares, con ambiciones propias agigantadas por la implacable prueba de la victoria. Capitanich y Sergio Urribarri, de Entre Ríos, son más cercanos al paladar de Olivos y vienen de ganar. Una jugada, sutil, los enlaza por estas horas: los tres le ofrendaron un puesto a Daniel Filmus, derrotado en Capital, pero aún portador de la chapa de haber sido el ministro de Educación más reivindicado del kirchnerismo.

Del editor: qué significa.

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