Coronavirus en la Argentina: el Gobierno busca dar por cerrado el roce con Chile por las cifras del coronavirus
El Gobierno busca evitar una escalada retórica con Chile luego de que el gobierno de Sebastián Piñera se quejara públicamente por el informe que presentó el presidente Alberto Fernández sobre cómo la Argentina encara la crisis del coronavirus en comparación con otros países de la región.
Según informaron fuentes oficiales, la Cancillería no tuvo contactos formales con la diplomacia chilena por este tema, no le dará un nuevo impulso a la discusión y dejará como punto final las declaraciones del mandatario argentino en la entrevista televisiva de anoche, en la que afirmó que no hizo el informe "en desmedro de nadie".
Se busca así evitar un nuevo roce con Chile, país con el que la Casa Rosada mantiene por ahora un vínculo distante. No se trata del primer choque con el gobierno de Piñera. El canciller chileno, Teodoro Ribera, le envió en diciembre una comunicación a su par argentino, Felipe Solá, para expresar el malestar de Piñera por unas declaraciones públicas de Fernández.
En ese entonces, el Presidente se había referido a las revueltas sociales violentas que tenían lugar en Chile y comparó las detenciones de manifestantes con los presos políticos de Venezuela. "Yo me acordaba días atrás, cuando recibí a las organizaciones de derechos humanos venezolanas, en 2013, cuando [Nicolás] Maduro, después de una manifestación apresó 800 personas. [Sebastián] Piñera metió presas a 2.500 personas y nadie dijo nada", había dicho Fernández.
Al igual que ocurrió tras el informe por el coronavirus, el gobierno chileno no tardó en responderle al Presidente, expresó su "sorpresa" por las declaraciones y le pidió que no opine sobre "situaciones de política interna". Fernández dio por concluido el roce en ese momento y prefirió no volver a referirse al tema, al igual que hará el Gobierno con la queja más reciente.
El Presidente dijo en una entrevista televisiva que brindó anoche a Telefe que su intención no había sido criticar el accionar de otros gobiernos. Algo molesto, el Presidente pidió "que cada uno explique a su pueblo lo que está haciendo".
El viernes el mandatario había mostrado unos gráficos en los que detallaba la cantidad de contagiados con el virus que se registraron hasta ese momento en la Argentina en comparación con otros países como Chile, Brasil o Estados Unidos. Fernández explicó que la tasa nuevos casos detectados por cada 100.000 habitantes es mayor en Chile (31,24) que en la Argentina (4,19).
La polémica por los testeos
Inmediatamente, el gobierno de Chile encargó la elaboración de un informe que se publicó ayer, titulado "Coronavirus: Chile versus Argentina", en el que se destacan cifras distintas a las que mencionó el Presidente. Particularmente, el texto refiere a la cantidad de testeos de posibles contagiados, que es mayor en Chile.
"Sé que Chile tiene un ritmo de testeos mayor. Nosotros tenemos un testeo promedio a lo que se hace en el mundo. Hacemos una cantidad de testeos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera aceptables. También quiero decir que podemos discutir cuánta gente infectada está, pero no podemos discutir cuántas muertes han ocurrido", dijo el Presidente, que afirmó que los números indican que la política oficial "funciona".
"Expliqué que Brasil tiene cinco veces la cantidad de habitantes de la Argentina y expliqué que Chile tiene un tercio de los habitantes de la Argentina. Entonces, la verdad es que la proporción de muertos por cantidad de habitantes demuestra que lo nuestro está funcionado. No quiero abrir un debate ni con Piñera ni con ningún gobernante", indicó el Presidente. Y agregó: "Lo único que quise demostrarle a los argentinos es que lo que estamos planteando está rindiendo frutos. No quise hablar mal de nadie. Después, que cada uno explique a su pueblo lo que está haciendo. Yo no soy el que le va a explicar a los chilenos lo que está pasando en Chile".
Si bien el Gobierno puso paños fríos al cruce, un aliado presidencial en la región lanzó duras críticas contra Piñera. Se trata de Marco Enríquez-Ominami, asesor de Fernández, excandidato presidencial chileno y miembro del Grupo de Puebla, que también integra la Argentina.
El dirigente, que se definió como "admirador" y "amigo" de Fernández, defendió la estrategia de la Argentina para hacer frente al coronavirus y fustigó las críticas chilenas al informe del Presidente.
"Piñera es un mitómano. Mintió públicamente. Al frente hay un hombre de bien [por Fernández]. Quiero creer que Piñera tiene buena fe aunque no le creo, pero él plantea algo distinto. Chile ha hecho un camino opuesto a la Argentina, que es la cuarentena selectiva, por zonas. Como es un gran manipulador, [Piñera] ayer dijo que había pocos infectados y se le olvidó un detalle: los domingos no trabajan los laboratorios. Espero que más que dedicarse a contrarrestar informes se ponga a trabajar, a gobernar y controlar. En su ADN está mentir", lanzó en diálogo con Radio con Vos.
El dirigente además cuestionó la credibilidad de el ingeniero comercial Pablo Eguiguren, exjefe de gabinete del Ministerio de Economía en el inicio del segundo mandato de Piñera. "Fue sancionado en su facultad por haber entregado información falsa a los medios", dijo.
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