Massa fue designado como “superministro” de Economía, Scioli vuelve a Brasil y renunció Domínguez
Los cambios en el gabinete incluirán los actuales ministerios de Desarrollo Productivo, de Agricultura y la relación con los organismos internacionales que llevaba Beliz; Batakis irá al Banco Nación; Marcó del Pont deja la AFIP, la reemplaza Castagneto
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Sergio Massa se quedó con el control de toda el área económica. De esta manera, se inauguró un nuevo esquema de poder en el gobierno nacional: el líder del Frente Renovador desembarcará en el Poder Ejecutivo como un “super ministro” que tendrá bajo a su órbita a las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca, incluyendo además las relaciones con los organismos multilaterales de crédito. Presionado por sus socios y por los gobernadores, Alberto Fernández accedió a entregarle al tigrense parte de la botonera para intentar salir de la coyuntura acuciante.
Esta fue la reestructuración del gabinete que acordaron Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Massa luego de tres semanas de negociaciones secretas. Tras la confirmación de la Casa Rosada, el líder del Frente Renovador informó que el lunes comenzará a designar a los funcionarios que lo acompañarán en su gestión.
Pero su llegada al gabinete ya generó al menos tres portazos y varios cambios internos. A última hora del día se conoció que Daniel Scioli, hasta ahora titular de Desarrollo Productivo, volverá a la Embajada argentina en Brasil. También dejó su cargo Julián Domínguez (Agricultura). Ninguno aceptó el cambio de condiciones ni tener que reportar a Massa. Hace menos de dos meses, el exgobernador bonaerense había llegado al gabinete en una ceremonia que se vivió como un importante suceso político y habilitó especulaciones electorales. Pero Scioli y Massa tienen un enfrentamiento político insalvable y de muy vieja data, por lo que la convivencia resultaba imposible.
Otro cambio que se informó hoy por la tarde fue la salida de Mercedes Marcó del Pont de la AFIP. La funcionaria -sobre la que pesaban rumores de salida y cuya silla era codiciada por el kirchnerismo y el massismo- reemplazará a Gustavo Beliz en la Secretaría de Asuntos Estratégicos. Hombre de máxima confianza del Presidente, renunció de forma “indeclinable” a primera hora de la tarde, con una carta de un renglón de extensión y sin agradecimientos.
Beliz y Massa venían pulseando por la interlocución con los Estados Unidos y los organismos de crédito internacionales. El exsecretario de Asuntos Estratégicos decidió abandonar el gobierno nacional cansado de “tragarse sapos”, según describieron allegados al exministro de Justicia. Massa quedará a cargo del manejo de la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el BID y la CAF.
Silvina Batakis, en tanto, se quedará en la gestión, pero como presidenta del Banco Nación. La economista, que se enteró de su salida del Palacio de Hacienda en su escala de regreso desde Washington, está “abatida”, según pudo saber LA NACION de fuentes allegadas a la funcionaria. Durante la conversación con el Presidente, incluso, ella puso su renuncia a disposición. Pero Fernández le pidió que se quedara.
En Casa Rosada resaltaban la “entereza política” de la funcionaria, que perdió el control de la botonera a menos de un mes de haber asumido. Después de dos horas a solas con Fernández, Batakis se fue de Balcarce 50 con un pedido para que se quede en la gestión, por la noche se confirmó que asumirá en lugar de Pablo Hecker. Massa, que ya tenía bajo su dominio Transporte, finalmente no logró extender su control sobre el Banco Nación.
AFIP y Banco Central
Lo que aún resta por definir es que ocurrirá con Energía, terreno que controla con celo la vicepresidenta pero que en el organigrama está conducida por Darío Martínez, que se mueve haciendo equilibrio sin reportar a ninguno de los tres accionistas del Frente de Todos. También se verá qué ocurre con el Banco Central, con Miguel Pesce a la cabeza, que hoy dispuso un fuerte aumento en las tasas de interés de referencia para la economía. El funcionario -que es amigo de Fernández- había quedado fortalecido con el nombramiento de Batakis pero ahora el esquema económico se reconfiguró.
Tras la salida de Martín Guzmán, el líder del Frente Renovador había pedido el control de distintas áreas clave. No quería “entrar a la cancha” solo. La AFIP, por caso, era un área que Massa buscaba controlar desde el día uno y de hecho había colocado recientemente en Aduanas a Guillermo Michel. Pero finalmente el organismo recaudador quedará bajo el radar de Cristina Kirchner. El elegido para suceder a Marcó del Pont sería Carlos Castagnetof, líder de Kolina y un funcionario de extrema confianza de la vicepresidenta, al punto que ella le encarga la contabilidad de la recaudación de sus campañas electorales.
Primus inter pares
El diputado no actuará como ministro, sino como un primus inter pares. Una especie de jefe de gabinete económico. De hecho, no reportará al ministro coordinador, Juan Manzur, sino que tendrá línea directa con el Presidente. Y por supuesto, con la vice.
En otro día marcado por los rumores y negociaciones, el tigrense desayunó con el jefe del Estado en la quinta presidencial de Olivos y por la tarde estuvo reunido con la expresidenta en su despacho en el Senado. Los tres estuvieron de acuerdo para avanzar lo más rápido posible en la implementación del nuevo organigrama en el que trabajó contra reloj la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra.
El Presidente se puso al frente de las negociaciones con sus ministros para que acepten el nuevo esquema. Pese a los intentos, no pudo retener a Scioli, que regresará a Brasilia, y Domínguez.
Desde el primer minuto de la negociación, el diputado dejó en claro que su intención no era suceder a Manzur, sino vaciarlo de poder. En este caso le arrebató el control de la botonera económica. “Sergio no vuelve atrás”, dijeron cerca del diputado en referencia a su antecedente como ministro coordinador durante la presidencia de Cristina Kirchner.
La vicepresidenta, en tanto, entendió que Massa podría funcionar como llave para destrabar una gestión paralizada hace meses. Ese es también el objetivo de Massa. Si logra mejorar, aunque sea un poco los números y tranquiliza la economía, se anotará en la carrera por la sucesión.
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