El Gobierno analiza las restricciones de circulación y un regreso “acotado” a las aulas
Esta semana el Presidente firmará un nuevo DNU con la prórroga de las limitaciones nocturnas; si bien se frenó la velocidad de contagios, aún el número es muy elevado
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El gobierno nacional se prepara para anunciar la continuidad de las restricciones vigentes con una leve flexibilidad escolar. Es sí, no habrá, al menos por las próximas dos semanas, una vuelta a una fase más restrictiva. Cuando restan cinco días para el vencimiento del decreto de necesidad y urgencia (DNU), el único cambio previsto estará centralizado en la presencialidad en los colegios.
En los próximos días el ministro de Educación, Nicolás Trotta, llevará una propuesta al consejo nacional de educación, que nuclea a los responsables del área provinciales. Según adelantaron fuentes oficiales a LA NACION, incluirá parámetros sanitarios para avanzar, aunque sea con alternancia, con la vuelta de las clases presenciales.
La clave para el gobierno nacional es que no sea una carga en el tránsito de Buenos Aires. Es por eso que la Casa Rosada ya tiene definido mantener la limitación para circular de noche. En la provincia de Buenos Aires están de acuerdo con el regreso a las aulas, pero con una presencialidad “acotada” de acuerdo al riesgo epidemiológico de cada distrito.
“Todo indica que hay muchas cosas de las cosas que están hoy reglamentadas que van a continuar, incluso si los casos bajan. La nocturnidad es una”, confió uno de los hombres más cercanos al presidente Alberto Fernández.
Igualmente, como sucedió hace poco más de una semana, será fundamental la opinión del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que anteayer mantuvo un encuentro con el jefe del Estado durante casi tres horas para analizar el estado de situación, con el foco puesto en lo que advirtieron desde la Casa Rosada y La plata, como un posible desborde en la Ciudad de Buenos Aires.
“La provincia va a tener que reforzar el sistema de salud para absorber eso”, anticiparon fuentes oficiales de las dos administraciones tras el encuentro en el despacho del Presidente. Lo cierto es que en las últimas dos semanas la ocupación de camas de terapia intensiva en los hospitales públicos porteños tuvo una demanda que puso al sistema al límite de su capacidad –tiene una ocupación de casi el 80%– para la atención de pacientes críticos con coronavirus.
La presencia del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en un eventual cónclave quedó en duda. “La relación está quebrada. Se dejó manejar y se equivocó”, describió un funcionario del círculo íntimo del Presidente. Y agregó: “El tipo se jugó un pleno, decidió independizarse de la agenda nacional sanitaria. Quedó expuesto”.
Fernández no lo llamará. La pelota quedó en territorio de Rodríguez Larreta, advirtieron fuentes oficiales. El enojo por la decisión de judicializar el último DNU sigue intacto.
Si bien la definición recién se tomará el jueves, en la Casa Rosada hay cierto alivio porque la curva de contagios se “amesetó”, aunque el número de contagios sigue muy alto. Ayer, por ejemplo, hubo 21.220 nuevos casos de coronavirus, lo que marcó una cifra récord para un día sábado. Pero el registro de los últimos días marcó un incremento promedio menor al 5 por ciento. “Paró la velocidad”, explicó un funcionario con acceso diario al despacho presidencial.
En el Gobierno siguen con atención y obsesión algunas variables: cantidad de casos nuevos, el número de fallecidos y la posibilidad de respuesta del sistema de salud. En paralelo, en el Poder Ejecutivo suman las vacunas que se aplicaron y los tratamientos, como el suero equino y el plasma, para tratar a pacientes con Covid-19.
El ritmo de la circulación del virus se estabilizó, así lo aseguró el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco. “Las medidas tuvieron un efecto, pero el riesgo de saturación del sistema aún está presente”, dijo el ministro coordinador de Kicillof, que anticipó que el martes se reunirá el comité de emergencia para evaluar la situación y fijar una posición para hablar con el Presidente.
“Mayo será un mes muy importante”, anticiparon cerca del jefe del Estado. Es que en la Casa Rosada proyectan que a fin del próximo mes estarán vacunados prácticamente todos los mayores de 60 años.
En el gobierno nacional la apuesta está centralizada en la vacuna, incluso la elección, que se postergará un mes. Cerca del Presidente tienen en claro que la suerte en los comicios dependerá del avance del programa de vacunación, que hasta ahora viene con deficiencias. En este escenario pandémico, los problemas económicos no tendrán grandes cambios.
La meta del 29% de inflación quedó pulverizada en el primer trimestre del año. Hoy, el objetivo es mucho más real: llegar a fin de año con un número menor al del año pasado, que cerró en 36%. “Nunca todavía pudimos desplegar nuestra agenda. Estamos gestionando en emergencia”, se lamentó un importante funcionario con despacho en el primer piso de Balcarce 50.
Como sucede en cada semana que se vence el plazo de un decreto que establece restricciones sanitarias, el Presidente mantendrá una serie de reuniones, con mandatarios provinciales y el grupo de expertos que lo asesora, antes de definir el próximo paso.
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