El Gobierno afina el diálogo y promete obras a cambio de votos opositores en el Congreso
Con un guiño del presidente Alberto Fernández, y más allá de las diarias peleas públicas, varios miembros del gabinete nacional refuerzan por estas horas sus vínculos con referentes de la oposición de Juntos por el Cambio, en especial gobernadores e intendentes de distintos puntos del país. Los llamados reservados a la concordia llegan junto a promesas de obras en territorios hostiles y persiguen un objetivo adicional: el apoyo-parcial al menos-de algunos de esos mandatarios a proyectos clave para el Poder Ejecutivo en las próximas semanas, como el denominado impuesto a la riqueza y el presupuesto 2021.
"Hay más diálogo con la oposición de lo que se ve, sobre todo con los gobernadores y el Congreso. Estamos trabajando para que las próximas votaciones reflejen lo que pasa en verdad y no lo que sale en los medios, dónde a muchos les sirve cumplir un determinado rol", comentaron desde un despacho importante a LA NACION.
Los ministros Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Matías Lammens (Turismo y Deporte) son dos de los funcionarios cercanos al Presidente que afianzaron los vínculos con la oposición en los últimos días, lazos que llegan además con promesas de fondos adicionales para esos distritos opositores.
En Obras Públicas, donde desfilan (de manera presencial o virtual) todos los mandatarios provinciales, aseguran que buena parte de los $800.000 millones asignados a obra pública desde el proyecto de presupuesto irá para las provincias y municipios gobernados por opositores o circunstanciales aliados. Especulan con que los gobernadores de la UCR (Gerardo Morales de Jujuy y Rodolfo Suárez de Mendoza, en menor medida Gustavo Valdés de Corrientes) podrían terminar "aportando" alguna colaboración extra través de legisladores que les responden en el Congreso, al igual que Gustavo Sáenz de Salta y Arabela Carreras, de Río Negro, quienes llegaron al poder sin lazos con el Frente de Todos.
"Jujuy y Mendoza aumentan su participación en el presupuesto, hay una preocupación por terminar con las inequidades y generar empleo", afirman cerca del ministro, aunque excluyen a la ciudad de Buenos Aires de las "mejoras".
"Tuvieron solo el 2500% de aumento de presupuesto entre 2015 y 2019", ironizan en referencia a los montos que, aseguran, fueron enviados por el gobierno de Mauricio Macri hacia la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en ese período. De todos modos, en el Gobierno aseguran que las obras se reparten según criterios objetivos, como la cantidad de habitantes, y niegan "discriminación" según color político.
"No deberían quedar presos del discurso de [Patricia] Bullrich o el de [Mauricio] Macri", señala una alta fuente oficial con diálogo fluido con los opositores. "La grieta no le sirve a nadie, pero el Gobierno pierde más que la oposición, no te permite hablar con la gente", evalúa un albertista ilustre en el gabinete que toma distancia de las posturas "ideológicas" del kirchnerismo duro.
"Aparece [Jorge] Taiana diciendo que Macri tuvo la culpa de la muerte de Dorrego. Claramente, son cosas que no ayudan", se desahogaba el funcionario con tono autocrítico.
Lammens con Rodríguez Larreta
Cerca de Lammens también enfatizan sobre el reparto "equitativo" de los $1500 millones destinados a infraestructura turística, que se reparten "de modo igualitario" entre las 24 jurisdicciones provinciales.
La foto del lunes con Rodríguez Larreta en el Museo de la Ciudad sirvió para demostrar que es posible "un diálogo sensato, en un marco de trabajo conjunto", según explicaron cerca del ministro. El gesto de distensión -la primera imagen del dirigente de Pro con un miembro del gabinete después de la poda de la coparticipación decretada por el Presidente- también persigue mostrar que "un sector del gabinete quiere volver al diálogo y dejar de lado la confrontación", según expresó otro miembro del elenco ministerial, incluyendo a intendentes radicales y macristas de distintos puntos del país, siempre necesitados de fondos para mejorar sus municipios en medio de la pandemia.
En Juntos por el Cambio, donde cuestionaron el mote de "terraplanistas" y de difundir "discursos de odio", como los acusó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en su presentación del jueves ante el Senado, combinaron la desconfianza con el escepticismo.
"Tenemos una decisión tomada de rechazar el impuesto a la riqueza. Discutimos los proyectos, pero nunca como moneda de cambio. Y priorizamos la unidad", afirmó a LA NACION el diputado de Juntos por el Cambio Luis Petri (UCR-Mendoza).
En línea con el gobernador Suárez y el jefe político del distrito, Alfredo Cornejo, Petri insistió en que "Mendoza ha sido discriminada" por la Nación en el reparto de fondos para combatir la pandemia y pronosticó que no habrá fisuras en Juntos por el Cambio a la hora de tratar el presupuesto. "Tiene una estimación de inflación del 29% anual, nadie de nosotros podría votarlo", estimó.
En la gobernación de Corrientes también rechazaron de manera enfática la existencia de "negociaciones" con el Gobierno a cambio de obras o fondos adicionales. "En general no hay obras para la provincia en el Presupuesto, y no pactamos nada. De todos modos, el presupuesto nunca se cumple, solo un iluso puede pensar eso", especulaban cerca de Valdés, dando por cerrado el tema.
"Tenemos que recuperar el centro y mostrar que queremos diálogo. Si después alguno de ellos nos ayudan, mejor", expresaron en el Gobierno para explicar los intentos por mejorar el vínculo con los opositores y conseguir, de paso, alguna "ayudita" en votaciones trascendentes para la marcha del Gobierno en horas de crisis e incertidumbre.
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