El Gobierno activa un operativo seducción “gremio por gremio”, en medio de una nueva tensión
Distintos ministros de Milei intentan acercar a los sindicatos moderados para desinflar la protesta; el cruce entre Sturzenegger y Daer reavivó el enfrentamiento
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El llamado al paro general y movilización al Congreso, oficializado el jueves por la cúpula de la CGT para el próximo miércoles 24 de enero, no modificó los planes del gobierno de Javier Milei. A través de ministros y funcionarios de su confianza, y más allá de un discurso confrontativo contra los sindicalistas, Milei apuesta a la estrategia de discreta negociación y “seducción” gremio por gremio, con el objetivo de quitarle fuerza al reclamo, concentrado en la oposición a las reformas laborales y del mundo sindical incluidas en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) y la llamada ley Ómnibus, que forman partel del voluminoso paquete de leyes que comenzarán esta semana a ser debatidas en el Congreso.
En medio de esa lógica dialoguista generó ruido en el Gobierno el durísimo intercambio que sostuvieron el “padre” del DNU, el economista Federico Sturzenegger, y Héctor Daer, uno de los jefes de la central sindical. El cruce se desató luego de que el extitular del Banco Central acusara en una entrevista con el diario Perfil a los gremios de haber “negociado sin remilgos con las dictaduras” como modo de desvirtuar su oposición al nuevo paquete legislativo. “Si tenés valor rectificá tus palabras”, le respondió Daer a Sturzenegger, a través de la red social X. “Vos a la dictadura la conociste por los diarios, en ese momento jugabas a las figuritas”, insistió el sindicalista. El enfrentamiento perjudicó los intentos por distender y entregó argumentos a los sectores más duros del sindicalismo para insistir con la medida de fuerza.
La intervención de Sturzenegger no cayó bien en sectores del Gobierno. “Son posturas demasiado extremas que no ayudan a la paz social y tampoco a calmar a los más duros dentro de la CGT”, critican desde la Casa Rosada en relación con Sturzenegger, a quien Daer acusó de querer “esclavizar” a los trabajadores, y a quien demandó disculpas por sus dichos. “Sturzenegger no ocupa ningún cargo en el Gobierno; pegarle es casi gratis y les permite seguir negociando con nosotros”, evaluaron desde un despacho oficial, con el objetivo de minimizar daños.
“Hay canales abiertos, creemos que hay chances de continuar por ese camino”, expresaron dos fuentes del Gobierno, confiadas en el éxito de las discretas negociaciones que los ministros Guillermo Francos (Interior) y Sandra Pettovello (Capital Humano), y el secretario de Trabajo, Omar Yasín, están llevando a cabo con “casi todos” los dirigentes gremiales, incluidos algunos de los que ya se expresaron en contra de la catarata de iniciativas legislativas a principios de la semana pasada, frente a Tribunales.
En el Gobierno vieron como un “golazo” la foto de Pettovello y Yasín con el líder de los empleados de comercio, Armando Cavalieri, quien se sumó a Gerardo Martínez, titular de la Uocra y ferviente defensor del “fondo de cese laboral”, que permite un ahorro acumulativo y progresivo que desemboca en una compensación para el trabajador de la construcción cuando culmina el vínculo laboral.
“Ya tenemos varios gremios que también se quieren sumar, cada uno con sus particularidades”, susurran fuentes oficiales, y arriesgan que los dos sectores de los gastronómicos, encabezados por Luis Barrionuevo y su excuñado, Dante Camaño, ya “hicieron consultas” para analizar la factibilidad de poder aplicar, de forma optativa, un sistema indemnizatorio similar, siempre “hacia adelante” y sin efecto retroactivo.
Más allá de los dirigentes que lucen más combativos y “fanatizados” a los ojos del oficialismo, como el secretario general de la CGT, Héctor Daer, el bancario Sergio Palazzo y en menor medida el líder de los Camioneros, Pablo Moyano, el Gobierno cree que muchos otros sectores del sindicalismo optarán por la búsqueda de consenso, al menos para discutir proyectos que generan rispidez como el que propone, dentro del DNU, culminar con la ley de obras sociales que prohíbe la libre elección de la cobertura de salud para los empleados. “Los gremios no tienen muchas opciones, o arreglan con nosotros, o tienen que ir a discutir con (Axel) Kicillof y los troskos”, evalúan fuentes del oficialismo.
Sin esperanzas ni perspectivas de acuerdo con los gremios de la izquierda dura, Milei apuesta al denominado fondo de cese como zanahoria para los gremios peronistas, que de todos modos “nunca se van a hacer liberales”, según reconocen en la Casa Rosada.
El espíritu inclinado hacia el diálogo, que el Presidente dinamitó en buena medida con su discurso de fin de año, dónde apuntó a los legisladores que se opongan a sus propuestas, también motiva los movimientos de Francos, quien según confirman fuentes oficiales recibió en los últimos días a distintos sindicalistas para acercar posturas y limar asperezas, más allá de la realización efectiva del paro, que desde el mismo oficialismo comprenden, tomando en cuenta que “la CGT también tiene que darle respuestas a sus bases”, que reclaman acciones concretas contra el “ajuste” del gobierno entrante.