El Gobierno acelera el plan de vacunación, preocupado por el aumento de los contagios
El temor a que el repunte de casos de coronavirus que se evidencia desde hace quince días se convierta en una "segunda ola" es una sombra que se proyecta sobre todo el plan de vacunación. El Gobierno acelera el puntapié inicial de la inoculación con las 300.000 dosis de la Sputnik V que llegaron ayer; tiene fechas tentativas de los próximos vuelos a Moscú e intenta cerrar rápidos acuerdos con otros proveedores de vacunas. Pero con la cuarentena como una herramienta aparentemente oxidada, Alberto Fernández sabe que, en el mientras tanto, cuenta con pocos recursos para evitar la proliferación de contagios.
"La vacunación al principio va a servir para disminuir la mortalidad, pero no necesariamente los contagios", advirtió a LA NACION un funcionario al tanto de las negociaciones que lleva adelante el Ministerio de Salud.
En la Casa Rosada miran -no sin cierta impotencia- el relajamiento de los cuidados en buena parte de la población. "La concientización social es hoy lo más importante", dijo el Presidente el miércoles, cuando repartió saludos por las fiestas. Frente a sus interlocutores compartió una pensamiento que lo atravesó en los últimos días. "La gente que va a los restaurantes no mantiene una distancia de dos metros, tenemos un problema desde ahí", dijo. Es una actividad que el propio Gobierno habilitó. "Es muy difícil ir para atrás", agregó, en un reconocimiento de que las medidas de aislamiento son de difícil implementación a esta altura de la pandemia.
"Se abre un camino de esperanza, pero la pandemia aun no ha terminado. Debemos seguir cuidándonos", transmitió el Presidente por Twitter cuando aterrizaron las vacunas en el país. El Gobierno redobla esfuerzos para conseguir la mayor cantidad de vacunas en el menor tiempo posible, pero la curva de casos está nuevamente al acecho.
Plan tentativo
Las 300.000 dosis que llegaron de Moscú en el Airbus 330 hoy se encuentran en un depósito en Avellaneda, refrigeradas a -18 grados. Allí el Ministerio de Salud y el operador logístico (Andreani) están realizando el acondicionamiento y el fraccionamiento, para conformar los lotes que irán a cada provincia, probablemente durante el fin de semana, señalaron fuentes oficiales. La Provincia se hará cargo de su logística.
En La Plata están a la espera de una señal de Nación para pasar a recolectar sus dosis (123.000, un 41% del total) apenas sea posible. "Nosotros queremos empezar en cuanto se pueda. La gente del correo y del ministerio de Salud de la provincia están de guardia. En cuando nos avisen, allá vamos", dijo a LA NACION una fuente cercana a Axel Kicillof.
Del traslado al resto de las provincias, en cambio, se ocupará la empresa Andreani, en un acuerdo con el Gobierno. Las dosis se distribuirán a los puntos de almacenamiento que dispuso cada gobernador y todo el operativo será custodiado por las fuerzas de seguridad.
Alberto Fernández convocó para mañana a las 17 una reunión virtual con los 24 gobernadores para fijar la línea de largada de la vacunación. Se arrancaría con la inoculación el lunes o martes de la semana próxima, al filo del Año Nuevo. "Lo anunciará el Presidente", dijo una fuente oficial sobre el inicio del operativo.
Según señalaron fuentes oficiales a LA NACION, el siguiente vuelo a Moscú no se haría sino hasta "mediados de enero", aunque la fecha no está cerrada. Rusia comprometió 5 millones de dosis en enero y 14,7 millones en febrero. El Gobierno también tiene firmados contratos con AstraZeneca (por 22,4 millones de dosis) y con el sistema Covax (9 millones de dosis) que llegarían recién a partir de fines de febrero o marzo. Las vacunas comprometidas alcanzan para aproximadamente 23 millones de personas (el Ministerio de Salud calcula un 15% de "desperdicio"). Habrá 36.000 vacunadores y 80.000 asistentes (registradores y orientadores) que trabajarán en 7.749 establecimientos de salud acondicionados para vacunar.
El Ministerio de Salud junto a los brazos diplomáticos del Gobierno aceleraron contactos en los últimos días para cerrar acuerdos con China, para obtener los desarrollos de Sinovac y Sinopharm Group. Con esta última compañía se avanza con la expectativa de poder contar con un primer millón de dosis en enero. Eso a pesar de que se atribuyó al recientemente desplazado embajador en China, Luis María Kreckler, el haber fracasado en esas negociaciones, una situación presuntamente agravada por la decisión del diplomático de tomar vacaciones en medio de las gestiones.
Con Pfizer, todo está sujeto a llegar a un punto en común por lo que Fernández calificó como "un desacuerdo por la interpretación de los alcances de la ley", que fijó que los laboratorios que provean vacunas contra el Covid-19 podrán tener indemnidad "excepto en casos de negligencia" de las empresas. El laboratorio norteamericano quiere mayor protección, para evitar penalizaciones económicas en medio de la carrera mundial contra el coronavirus.
Según el plan tentativo del Gobierno, la población que será vacunada prioritariamente en el verano se dividió en dos grandes grupos: "por gravedad", en alusión a los grupos de riesgo, y por "exposición y función estratégica", por los trabajadores más involucrados en la atención de la pandemia. Con los lotes que llegaron el 24 de diciembre se vacunará al personal de salud que está en la "línea de fuego" de la pandemia (intensivistas y servicios de urgencia). Seguirían "los adultos de 70 años y más", "las personas mayores residentes en hogares de larga estancia" y "los adultos de 60 a 69 años", para luego continuar por "personas de riesgo de entre 18 y 59 años", las fuerzas de seguridad y Fuerzas Armadas y personal docente y no docente.
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