El gobernador de Jujuy se despegó de la detención de dos hombres por tuitear sobre Gerardo Morales y su esposa
Carlos Sadir dijo que no participó de la decisión de enviar a prisión a Nahuel Morandini y Humberto Villegas; pero dijo que sus actos afectaron “derechos de niños”
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El gobernador de Jujuy, Carlos Sadir, se despegó hoy de la detención de dos hombres por haber posteado en redes sociales mensajes sobre Tulia Snopek, esposa de su antecesor y jefe político, Gerardo Morales.
“Es una cuestión que maneja la Justicia. Tiene que ver con la afectación de derechos de los niños. Yo no tengo la más mínima participación y hay que verlo con el Ministerio Público Fiscal”, dijo, consultado sobre el tema por la radio El Destape.
No obstante, el Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género, actúa como querellante en la causa; es decir, como acusador, junto a la fiscalía y Snopek. Ese dato fue resaltado hoy por Marcos Aldazabal, abogado de uno de los detenidos, que le respondió a Sadir vía Twitter: “El gobernador Sadir dice que ‘no tiene nada que ver’ con los presos por tuitear. Es mentira: su gobierno es querellante a través del Concejo Provincial de la Mujer, que suele no presentarse a querellar en casos de abuso sexual, pero se presentó acá”.
Marcelo Nahuel Morandini, de 45 años, y Huberto Villegas, de 42, llevan más de un mes y medio en prisión a partir de una causa que se inició por una denuncia de Snopek. Los dos -que no se conocen entre sí- difundieron en redes sociales mensajes en los que se alude a una presunta infidelidad de la esposa del exgobernador radical.
En el caso de Morandini -profesor universitario sin actividad política conocida- se lo acusa de lesiones psicológicas y alteración de la identidad de una menor, a raíz de un tuit saque emitió en su cuenta @Elmorondanga. Escribió el 26 de diciembre: “Hace ya varios años que en Jujuy se hace el carnaval de los tekis (una estafa en la que caen los turistas). Pero este año no se hace. Y todo parece que es porque uno de los tekis le enseña a tocar la quena a la mujer del ex gobernador. Imposible aburrirse en kukuy”.
Según el fiscal Hugo Rondón, Morandini puso en duda la fidelidad de Snopek, cuestionó su “dignidad” y la de su marido, y así “sembró el virus” que hizo que en las redes sociales se propagaran mensajes que sostienen falsamente que Morales podría no ser el padre biológico de la hija de dos años que tiene con su esposa. Los delitos que se le imputan tienen penas que, sumadas como pretende la fiscalía, lo pueden dejar en la cárcel hasta ocho años.
Villegas tiene secundario incompleto y se dedica a la serigrafía. A partir del 31 de diciembre pasado reprodujo una serie de publicaciones en Facebook alusivas a la supuesta infidelidad de Snopek, el caso que, según uno de los posteos que Villegas replicó, es “El culebrón jujeño del año”.
Sadir no quiso ahondar en el tema que involucra a Morales, pero rozó una justificación: “Ha sido una cosa que está muy mal y tiene sanciones previstas en función de lo que significó la afectación de derechos. Pero, bueno, es una cuestión que está en manos de la Justicia”. El actual gobernador fue ministro de Economía de Morales, que lo impulsó como su delfín en las elecciones provinciales de 2023.
El gobernador Sadir dice que “no tiene nada que ver” con los presos por tuitear.
— Marcos Aldazabal (@MarcosAldazaba1) February 22, 2024
Es mentira: su gobierno es querellante a través del Concejo Provincial de la Mujer, que suele no presentarse a querellar en casos de abuso sexual, pero se presentó acá.https://t.co/XFc0M9gLul
La fiscalía anunció además que el plan es que las detenciones continúen. Advirtió que apunta, sobre todo, a quienes reprodujeron fotos de la hija de Morales junto con leyendas sobre la supuesta sospecha de infidelidad. También estarían buscando a la autora de un audio, que se viralizó por WhatsApp, que daba por cierta esa relación prohibida y decía que obligaría a Los Tekis a cambiar sus planes para el carnaval de este año.
Ninguno de los dos acusados declaró en el expediente. Así se los recomendaron -dijeron- los abogados que los representaban cuando los arrestaron. A Villegas lo defiende la defensa pública; Morandini cambió de abogados. Tomaron su caso la exministra de las Mujeres Elizabeth Gómez Alcorta y Marcos Aldazabal, que ya conocían la justicia jujeña por su experiencia como abogados de Milagro Sala. Ellos pidieron el “inmediato sobreseimiento” de Morandini por “inexistencia de delito”. Dijeron que la hipótesis acusatoria carece “de sustento normativo y fáctico”, que se está afectando la libertad de expresión y que, con la detención, incluso podría estar en juego una “responsabilidad internacional” del Estado Argentino.
Lucía Castro Olivera, la mujer de Morandini, dijo a LA NACION que él está detenido en la cárcel de Gorriti, en un pabellón con 63 personas más y que sólo le permiten salir al patio los lunes, el día de visitas. Relató que los primeros tres días de detención los pasó en una celda de aislamiento.
Según su relato, la detención fue irregular. “Notamos movimientos extraños frente a nuestra casa [viven a las afueras de San Salvador de Jujuy]. Nahuel salió a preguntar qué necesitaban y los hombres le dijeron que buscaban a un albañil enfrente”, contó. Pero en otra ocasión, él llegó a su casa y vio gente entrando a su terreno. Entonces -afirmó Castro Olivera- estas otras personas le dijeron que tenían un problema con el auto y que buscaban agua para el radiador. El tercer episodio, de acuerdo con su relato, fue la extraña aparición de una joven. “Una chica, en la puerta de mi casa, me dice que necesitaba cargar el celular, que había perdido a sus amigas. Yo la dejé entrar”, contó. Después, la joven le dijo que en realidad tenía una citación para entregar a un hombre de apellido Morán, nombre que luego cambió por “Morandini”. Finalmente, le preguntó si aceptaban recibir la citación. “Le dijimos que sí. Llegaron después dos hombres en un auto sin patente. Le dijeron a Nahuel que subiera al auto y que ellos lo llevaban. Él no quiso subir a ese auto sin patente y fue en el auto nuestro”, relató Castro Olivera.
En el expediente se les secuestró el teléfono a los acusados y se investigaron sus comunicaciones por WhatsApp, que fueron citadas, en el caso de Morandini, como prueba en su contra. También se les prohibió a los detenidos, a sus familiares y a sus amigos que hicieran menciones públicas a Morales, a su mujer o a la hija de ambos, relataron los abogados de Morandini. Esta semana se consideró terminada la investigación y la causa marcha a juicio.
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