El gasto público creció en seis de las últimas siete elecciones presidenciales, pero este año podría bajar
Para cumplir con la meta fiscal acordada con el FMI, las erogaciones deberían caer 1,7 puntos porcentuales respecto al 2022; el antecedente de 2019, cuando hubo cambio de signo político en el gobierno
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CÓRDOBA.- En los años electorales como el actual el gasto público tiende a crecer. Un análisis de los últimos siete años de comicios presidenciales revela que, excepto en 2019, en todos en comparación al año previo subió el ratio del gasto público nacional en términos del Producto bruto interno (PBI). En este 2023 el Gobierno se comprometió con el Fondo Monetario Internacional a llevar el déficit fiscal a 1,9% del PBI, con lo que el gasto debería caer 1,7 puntos porcentuales.
En 2019 el gasto público cayó 1,6 puntos porcentuales del PBI (pasó del 20,1% del Producto al 18,5%) con el antecedente de que en 2018 también había bajado 2,5 puntos porcentuales interanuales. Así, la última vez que la Argentina votó para presidente, venía de dos años de baja del gasto.
Los datos derivan de un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) dirigido por Nadín Argañaraz que señala que el año pasado ya el gasto se redujo 0,9 puntos porcentuales (del 21,2% pasó al 20,3%). Si ahora se cumpliera el compromiso con el FMI, se repetiría la dinámica del 2019.
En el primer trimestre de este año el gasto primario fue de 3,5% del PIB, lo que implica una caída de 0,1 puntos porcentuales en la comparación interanual y de 0,3 puntos porcentuales respecto al año 2021.
En las siete elecciones presidenciales analizadas, eso mismo sucedió en 2003 y en 2019. Solo en los comicios de 2003 se dio un cambio de signo entre el primer trimestre, ya que arrancó con caída y terminó con alza.
Un documento de los economistas Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli, del Ieral de la Fundación Mediterránea, advierte que si en lo que resta del año el Sector Público Nacional ejecuta el gasto en clave “electoral”, el déficit primario podría resultar superior a 3% del Producto.
El informe describe que, tomando los resultados del Sector Público Nacional (base caja) de este primer trimestre comparado con el mismo período del 2022 en valores constantes, el déficit primario subió 81%, aun cuando el gasto primario bajó 6%. Ese resultado se explica por la baja del 11% de los ingresos totales por el impacto de la sequía.
Entre enero y marzo la mayor caída en el gasto fue de los subsidios económicos que se redujeron 36% por la suba de tarifas; le siguieron las transferencias corrientes a provincias con 17% y jubilaciones con 8%. En cambio, subieron 40% las transferencias de capital a las provincias; 28% la inversión real directa y 8% los recursos destinados a personal.
En lo que hace a la recaudación nacional, la baja interanual fue de 6,8% en términos reales con una reducción de 74% en los ingresos por retenciones y 44,4% en los impuestos sobre los combustibles.
El Ieral sostiene que, suponiendo que el Gobierno quiere cumplir la meta de déficit con el FMI -el 1,9%- debe lograr una baja del 6,3% en el gasto real, similar a lo ocurrido en el primer trimestre. En cambio, si pone en marcha el “gasto electoral” y el gasto primario termina constante en 2023 en comparación al 2022, en valores reales, el déficit primario podría elevarse hasta 3,2% del Producto.
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