El frustrado regreso de Marcos Peña a la mesa chica de Pro: la cumbre secreta en la casa de Macri y por qué decidió correrse de la interna
El exjefe de Gabinete ratificó su deseo de alejarse de la actividad partidaria tras una reunión cumbre con el expresidente, Larreta, Bullrich, Vidal y Pinedo; el rol de los “facilitadores” para consensuar posturas
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La cena que organizó Mauricio Macri el último lunes en el restaurante Happening, en Costanera Norte, no fue la primera cumbre de la cúpula de Pro para aplacar la interna por la candidatura presidencial de 2023. Después de volver de sus vacaciones en el Sur -y semanas antes de que viajara a Italia, en donde participó del mundial de bridge, y a EE.UU., Macri ofició de anfitrión en su casa de Acassuso de un encuentro secreto entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, quienes asistieron acompañados por sus respectivos “mediadores” o “facilitadores”: María Eugenia Vidal, invitada del alcalde porteño, y Federico Pinedo, intercesor designado por la exministra de Seguridad. En esa reunión también estuvo el funcionario más influyente y resistido del equipo que acompañó a Macri durante su gestión en la Casa Rosada: Marcos Peña.
Pero el retorno del exjefe de Gabinete y exestratega de Macri a la mesa chica de decisiones de Pro duró un suspiro. Es que tras aquel concilio en la casa de Macri a fines de febrero, el exministro coordinador ratificó sus deseos de permanecer en el sector privado -se dedica a la consultoría en el exterior desde que volvió al llano- y no regresar a los primeros planos de la política. “Decidió correrse 100 por ciento de la interna”, cuentan fuentes cercanas a Peña. Es más, el exconsiglieri de Macri se sintió más oxigenado después de su decisión, que rubricó con un mensaje vía WhatsApp a los popes de Pro. “No fue cómodo”, comentó una fuente al reconstruir la charla en Acassuso. Otros dirigentes de peso sostienen que fue una reunión formal, en el que se sobrevolaron las tensiones. “El de Marcos era un rol que no le convenía a nadie”, interpretan en el pelotón de uno de los involucrados. Su última aparición pública fue la noche del 14 de noviembre en el búnker de JxC, en Costa Salguero.
Los seis asistentes habían consensuado mantener en reserva el concilio en Acassuso y usar el latiguillo “no comments”, al estilo de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, pero la información se filtró tras la cumbre del lunes en el restaurante Happening. Es curioso que, a diferencia del primer mitin al que asistió Peña, eligieron un sitio público y no la vivienda de Macri, un lugar mucho más reservado para evitar filtraciones. A la última cena, en la que buscaron consensuar reglas de juego y encontrar un mecanismo para dirimir las postulaciones, fueron Macri, Larreta, Bullrich, junto a sus “facilitadores”: Vidal, quien no se baja del lote de presidenciables, y el exsenador Pinedo.
Al profundizar su alejamiento de la política partidaria para dedicarse a la consultoría privada, Peña optó por interrumpir los contactos que mantenía hasta hace poco con el secretario de Comunicación porteño, Federico Di Benedetto, uno de los principales estrategas de Larreta, y Fernando Straface, armador y colaborador estrecho del alcalde. Y postergó reuniones con emisarios partidarios, como Eduardo Macchiavelli, quien también trabaja en el proyecto presidencial de Larreta. Eso sí, les dará una mano a Macri y Daniel “el Tano” Angelici para recuperar el poder en el club Boca Juniors y desplazar a Juan Román Riquelme de la toma de decisiones en 2023. Sería una suerte de consultor ad honorem.
Sindicado como el responsable de la derrota de 2019 por un sector de Pro y referentes de la UCR, Peña es una figura que genera resquemores en JxC. No es casual que los jerarcas de Pro hayan optado por el hermetismo en el operativo para reincorporarlo. Según fuentes del espacio, fue Larreta quien propuso llevar a Peña a la cumbre en Acassuso, ya que el exjefe de Gabinete había escrito recientemente un paper donde analizó los liderazgos políticos y recapituló su experiencia en la gestión de Cambiemos. Se trata del documento que tituló “Un nuevo liderazgo para el Siglo XXI”.
Bullrich, señalan en Pro, rechazó la idea de Larreta de convocar a Peña, pero Macri insistió en que su exministro coordinador estuviera presente en la charla. Tras una discusión interna, decidieron probar. Pero el operativo para repatriar a Peña no prosperó.
La relación entre la exministra de Seguridad y Peña siempre fue tensa. Incluso, Bullrich usó un tramo de su libro Guerra sin cuartel para explicar sus diferencias con el exjefe de Gabinete. “Marcos no toleraba que Patricia lo salteara para ver a Macri y no lo usara como intermediario”, recuerda un exintegrante del staff.
En el entorno de Peña son herméticos y crípticos respecto de la cumbre en Acassuso -confirmada a LA NACION por varias fuentes-, pero confirman que decidió alejarse de la actividad partidaria y de la interna en el macrismo. “Marcos no está trabajando para ningún sector de JxC ni de Pro”, apuntaron.
Desde la derrota electoral de 2019 y el ocaso del gobierno de Cambiemos, Peña se dedicó a la consultoría (comunicación y campaña) en el exterior del país. De hecho, fue contratado por el animador televisivo Luciano Huck en Brasil. Y conserva su rol como miembro consultor de la Fundación Argentina Global, que encabeza el exsecretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo.
El vínculo con Larreta y Vidal
Si bien Larreta y Vidal eran críticos de la tarea del exjefe de Gabinete durante el gobierno de Cambiemos, el alcalde porteño y la diputada nacional lo incorporaron de manera progresiva para la campaña en la Ciudad. Los dos lo valoran como dirigente y lo consideran un experto en campañas políticas.
Por eso, tras ganar las PASO del año pasado en la Capital, Vidal decidió sumar a Peña como “asesor externo” al equipo de campaña, que condujo el larretista Straface, para darle su impronta a la estrategia y apuntalar su armado proselitista. Antes de comunicar la vuelta de Peña, Vidal consultó a los referentes porteños de JxC, como Martín Lousteau, Bullrich o las espadas de Elisa Carrió, a sabiendas de que el exfuncionario podría generar resistencias.
Si bien ya no hablan a diario, Macri y Peña tiene un vínculo estrecho. Y el expresidente no ahorra elogios hacia su exjefe de Gabinete en su libro Primer Tiempo: lo calificó como uno de los dirigentes del futuro. Jaime Durán Barba, otro de los apuntados en JxC por la derrota de 2019, también lo destaca: “Marcos es el argentino más preparado en política que tienen. No hay nadie que se compare a él”, dijo a LA NACION hace unos meses.
Aunque se alejó de la política, Peña siempre se mantuvo en el radar de Macri y de Larreta. Con intervenciones esporádicas desde 2019, intentó acercar posiciones y fomentar el diálogo entre ambos para que se entendieran, sobre todo ante los cortocircuitos por el armado electoral del año pasado. Quienes lo visitaban el año pasado lo notaban convencido de que había que trabajar para generar acuerdos y no profundizar las diferencias.
Por esa razón, Peña mantuvo contactos con dirigentes que se distanciaron de Macri concluido el “primer tiempo”, como Emilio Monzó. El extitular de la Cámara de Diputados, quien aún no recompuso su vínculo con Macri -la última charla entre ambos en el despacho presidencial fue tensa-, suele analizar el escenario político e intercambiar lecturas con Peña.
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