El oficialismo suma presión para postergar las elecciones y ahora propone hacer las PASO y la general el mismo día
Ya no hay medias tintas. El oficialismo presiona con intensidad para forzar a la oposición a cambiar el calendario electoral. Las alternativas que barajan en el Frente de Todos son tres: suspender las PASO, unificar las primarias y las generales en un único día -a través de un mecanismo similar a la ley de lemas o alguna variante de doble voto simultáneo- o, como plan "C", correr hacia adelante las fechas de votación para alejarse de la pandemia.
La novedad es que esta semana la cúpula del Frente de Todos unificó criterios para encarar un cambio en la ley electoral. En diciembre, cuando un grupo de gobernadores impulsaron la suspensión de las PASO, sectores del oficialismo de la provincia -como La Cámpora y los intendentes del conurbano- se habían resistido. Pero ahora Máximo Kirchner está abierto a los cambios y públicamente esgrime que, a la luz de la situación sanitaria y la incertidumbre en torno a la vacunación, es necesario revisar "con un criterio epidemiológico" el calendario de los comicios legislativos.
Hay un elemento más: en La Cámpora ahora deslizan que, como criterio general, "no van a haber PASO en el Frente de Todos", a menos que sean imprescindibles para contener a algún sector en un territorio en particular.
¿Cuál es el elemento de presión para modificar la votación de este año? El titular de la cámara de Diputados, Sergio Massa, comenzó a advertirle a sus interlocutores que "ahora hay 143 votos para suspender las PASO", y que nadie debe dar por muerto al proyecto de ley que impulsaron los gobernadores para suprimir las primarias. Con esa carta en la mano es que el oficialismo ahora irá a presionar a la oposición. "Para cambiar una ley electoral tiene que haber un acuerdo político amplio, por una cuestión de institucionalidad", dijo a LA NACION un importante referente del Frente de Todos. Pero acotó: "Los votos están, así que forzosamente va a tener que existir una negociación para consensuar cuál es el mejor mecanismo con Juntos por el Cambio".
La Constitución establece en su artículo 77 que "los proyectos de ley que modifiquen el régimen electoral y de partidos políticos deberán ser aprobados por mayoría absoluta del total de los miembros de las cámaras". En Diputados eso implica 129, un número que, con aliados, el Frente de Todos ha logrado juntar para aprobar proyectos como los cambios en la movilidad jubilatoria y el impuesto a la riqueza
Cerca de Máximo Kirchner dejaron trascender públicamente cuál es la posición del líder de La Cámpora. "Los criterios para modificar el calendario electoral deben ser estrictamente epidemiológicos. Y también debemos garantizar la posibilidad de que los partidos o alianzas electorales puedan definir en internas a sus candidatos y candidatas", difundieron los portavoces del jefe de la bancada oficialista. Agregaron que no debe descartarse que "por criterio epidemiológico deban realizarse -las PASO y las generales- en un mismo día". En La Cámpora todavía no precisaron qué mecanismo electoral utilizarían para unificar las dos instancias electorales.
En la Argentina solo existe el voto simultáneo en Santa Cruz, a través de la ley de lemas, mientras que en Formosa y en Misiones rige solo a nivel municipal. La ley de lemas recibió muchas críticas -muchas provincias la tenían y la han derogado- porque generan distorsiones y, cuando se eligen cargos ejecutivos puede ocurrir que no necesariamente el candidato más votado resulte ganador.
En el oficialismo, sin embargo, no quieren que se hable de su propuesta como una ley de lemas. "No necesariamente tiene que ser por lemas. Puede ocurrir que haya un reparto de bancas proporcional a los votos que saque cada lista interna", dijo a LA NACION un importante funcionario al tanto de la discusión.
Negociación
En el oficialismo esperan que los gobernadores de Juntos por el Cambio que ya se manifestaron a favor de cambiar el calendario electoral, Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes) trasladen la discusión al interior de su espacio. Los principales referentes de la oposición aseguran que aún no llegó ningún planteo formal. Igual, ya están al tanto de qué se trata.
Hasta ahora, la titular de Pro, Patricia Bullrich, rechazó públicamente modificar el plan de votación y lo mismo ocurrió con el titular del interbloque de Juntos por el Cambio en Diputados, Mario Negri (UCR). Horacio Rodríguez Larreta se manifestó en contra de cambiar las reglas del juego electoral "sobre la marcha", aunque en su entorno señalaron a LA NACION que "si hubiera realmente un planteo formal por una cuestión sanitaria se va a evaluar". El presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, advirtió que un cambio en el calendario electoral "tiene que ser por amplio consenso y no por una mayoría circunstancial" en el Congreso.
Otra de las cartas que tiene el oficialismo sobre la mesa es un proyecto que fue presentado en diciembre por dos diputados del radicalismo porteño, cercanos a Martín Lousteau, Carla Carrizo y Emiliano Yacobitti. Esa iniciativa plantea correr la fecha de las PASO para septiembre. Pero el espíritu no tiene que ver con la pandemia, sino con la necesidad de "acortar el tiempo entre las primarias y las elecciones generales con el objetivo de evitar que las campañas políticas ocupen gran parte del año". El Frente de Todos podría exhibir ese proyecto de la oposición como herramienta de presión.
El Gobierno se sinceró sobre el efecto en cadena que tiene la demora en la vacunación: no está claro cómo evolucionará la pandemia y tampoco de qué forma se podrá hacer proselitismo este año. Es por eso que Máximo Kirchner ya empezó a deslizar que "la pandemia no permitirá realizar las campañas tradicionales" y que habrá que ceder "espacios gratuitos en Internet y redes sociales". Postergar las elecciones, además, le daría más tiempo al oficialismo para mostrar mejores signos de recuperación económica.
"Hay que pensar cómo vamos a estar en el invierno de agosto ¿La gente querrá participar de una PASO? ¿Qué sucederá con las autoridades de mesa y el temor al contagio? ¿podremos hacer dos aglomeraciones de 25 millones de personas en 40 días?", deslizó como argumento un importante cacique del Frente de Todos. Más allá de las excusas elegantes, el oficialismo avanza decidido a cambiar las reglas.
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