El Frente de Todos expone su reconfiguración interna con diferencias públicas
Dos funcionarios se diferenciaron de Feletti, hombre del cristinismo; el rol de La Cámpora y las versiones cruzadas
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“A lo mejor tuvo una actitud que no fue la más indicada, porque no es lo más apropiado esto de pensar en voz alta siendo un funcionario”. La frase del ministro Matías Kulfas en referencia al secretario de Comercio Interno, Roberto Feletti, volvió más visible la reconfiguración interna que se está dando al interior del Frente de Todos tras las elecciones legislativas. Un escenario en el que los “albertistas” responden ante el avance del kirchnerismo y algunos camporistas quedan en el centro de versiones de salida. Algo impensado meses atrás.
Kulfas, hombre del albertismo, cruzó así a Feletti, un cristinista puro. No fue el primero. Pocas horas antes quien le había escapado de entrar en una polémica por los dichos de Feletti sobre las retenciones a la carne fue el ministro de Agricultura, Julián Domínguez. “No voy a dar ninguna opinión sobre el tema”, aseguró. Separadas por pocas horas las posturas de ambos ministros refuerzan el cambio de clima en el gabinete.
“Debía tener las pelotas al plato de que lo vivan operando y por eso dijo lo que dijo”, se sinceró un importante funcionario de Casa Rosada al ser consultado por LA NACION sobre la declaración de Kulfas. “Se bancó dos mil operaciones. A él y a (el ministro de Trabajo, Claudio) Moroni los nombraban como los números puestos para ser cambiados después de las elecciones, pero eso no pasó”, completó en alusión a versiones que, desde distintos sectores coinciden en reprochar a La Cámpora. “Además, Kulfas es uno de los pocos que acá trae buenas noticias y suma anuncios de inversiones en un contexto complicadísimo”, dijo la fuente consultada.
“A Kulfas se cansaron de pegarle y ponerle primero a (Paula) Español y después a Feletti, que no lograron controlar nada de lo que tenían para controlar, y la realidad es que el tipo te trae inversiones que ningún camporista está en condiciones de aportar”, acotó un vocero.
En diálogo con LA NACION, la portavoz del gobierno, Gabriela Cerruti, se refirió a las distintas lecturas sobre las diferencias entre los sectores y los consideró “rumores”. “Los rumores son rumores y la realidad es que la gestión es otra. El gobierno es muy coherente”, aseguró. Tras lo que agregó que, “cuando un funcionario hace una declaración inconveniente, el otro lo marca, pero eso no quiere decir que no estén sentados trabajando en la misma mesa”.
Como una suerte de espejo de lo que vivió Kulfas, quien en los últimos días fue objeto de versiones sobre su posible salida del gobierno fue la titular del PAMI, Luana Volnovich, que integra las filas de la organización liderada por Máximo Kirchner. Las versiones desmentidas desde todos los sectores, se volvió otra muestra del cambio de fuerzas internas que parece darse al interior del FdT. “Ahora la operada es una camporista, mirá”, ironizó un funcionario con terminales en el albertismo. “No me consta (lo de su posible salida), pero vamos a ver quién la defiende”, completó otro hombre del Gobierno.
En las últimas horas también se sumó, vía Twitter, Laura Alonso, funcionaria de Desarrollo Social que aseguró que “se busca instalar que La Cámpora, en la que milito desde sus orígenes hace ya más de 12 años, “tiene” el manejo directo de los cuantiosos recursos que se destinan a la compra de alimentos en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, lo cual es absolutamente falso”. Tras lo que agregó “nuestra tarea es determinar el rumbo de los programas y supervisar su ejecución pero, como es de público y notorio conocimiento, son otras áreas del Ministerio las que se ocupan de las compras, licitaciones y transferencias de fondos”. En esa cartera, las diferencias entre La Cámpora y el Movimiento Evita ya no se ocultan.
No son las únicas noticias que salpican a La Cámpora y generan diferencias. La agrupación quedó en el centro de la polémica el último miércoles. Fue cuando el FdT buscaba dar una imagen triunfalista y de unidad en la Plaza de Mayo, por el Día de la Militancia y la organización llegó al lugar cuando el discurso de Fernández estaba terminado. En Casa Rosada buscaron bajarle el tono al episodio, pero el hecho no pasó desapercibido. “Más que enojados, los veo desorientados”, consideró una de las voces consultadas, con despacho en Balcarce 50. “No hubo una explosión y no la va a haber porque la jefa está corrida”, completó otro.
“Las cosas bien no están, pero mal tampoco. La realidad es que no hay demasiado margen de acción para nadie”, admitió un hombre que integra las filas de la agrupación kirchnerista.
El día del acto, mientras La Cámpora caminó desde el Obelisco rumbo a Plaza de Mayo, allí se fueron congregando los diferentes actores que hoy tallan fuerte en el escenario de crisis que atraviesa el Gobierno: sindicatos, movimientos sociales, y los hombres y mujeres que responden a los intendentes del conurbano. “Esos actores hoy son protagónicos también y habrá que ver cómo se amoldan los chicos de La Cámpora a eso”, deslizó un alto funcionario del gabinete nacional, con acceso al despacho presidencial.
Desde ese mismo sector se habla del apoyo que recibió Fernández también de gobernadores, para encarar el segundo tramo de su gestión con una mayor centralidad. “Vamos a ver qué hace con eso, el pedido para que lo haga y el apoyo, lo tiene. La situación lo amerita también”, explicaron.
Por el momento nadie se anima a arriesgar si lo que se está dando es una estrategia o una definición política, pero quienes conocen de cerca el movimiento del albertismo afirman que en la gira a Europa, a fines del mes pasado, ya hubo indicios de que el mandatario se rodeaba más de su gente. Y en ese sentido enlistan a quienes lo acompañaron: el asesor Juan Manuel Olmos; el canciller Santiago Cafiero y su segunda en la cartera, Cecilia Todesca; la asesora Cecilia Nicolini; los ministros Martín Guzmán y Kulfas. Y en ese listado hasta mencionan al titular de Ambiente, Juan Cabandié, a quien definen como un outsider de La Cámpora.
También aseguran que están siendo más asiduas las reuniones de mesa chica con su núcleo más cercano en el que además de Cafiero y Olmos están Gustavo Béliz y Vilma Ibarra. Incluso, afirman, con varios de ellos hace sus repasos de líneas discursivas, como la que mostró el miércoles pasado, en la Plaza de Mayo. Fue el mismo día en que La Cámpora llegó tarde al acto, con el mensaje de Fernández terminado.
Pero por estas horas en Balcarce 50 hay quienes eligen ver más allá y apuntan la mira a lo que sucederá entre el camporismo y el massismo, tercer miembro de la coalición, que enfrentan los pedidos de reelección de los intendentes. “Es el primer gran punto entre ellos, vamos a ver cómo lo resuelven”, aseguran expectantes.
Lejos de esas posiciones, Cerruti, consideró que en el gobierno “hay mucha unidad, cohesión y cabeza puesta en la gestión, entonces hay menos tiempo para buscarle la quinta pata al gato”.
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