El Frente de Todos, entre la desconfianza y la incertidumbre por el futuro del Gobierno
Los gobernadores e intendentes del PJ buscarán renovar su poder distrital; Sergio Massa pide diálogo; y el cristinismo quiere “tensar al máximo la cuerda” con el Fondo Monetario Internacional
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“Me banco que nos maten a piñas el domingo. Pero acá hay que cerrar filas, acordar un rumbo y darle para adelante”. La reflexión, de boca de un funcionario cercano al presidente Alberto Fernández, encierra no sólo la resignación anticipada por una eventual derrota electoral. Refleja también la incertidumbre que engloba a las distintas tribus del Frente de Todos de cara a los “larguísimos” 25 meses que quedan de gestión en la Casa Rosada, cruzadas por la desconfianza y las soluciones a veces contrapuestas que se proponen para salir del laberinto económico, social y político que hoy atrapa al kirchnerismo en el poder.
“Alberto no va a romper con Cristina después de la elección, pase lo que pase. Eso lo quieren ustedes los periodistas”, dice un albertista de la primera hora, que como todos cerca del Presidente apuesta a una módica “resurrección” de su jefe con una derrota menos abultada que en las PASO, achicando la diferencia en provincia de Buenos Aires y Entre Ríos, y recuperando algunas provincias como La Pampa (clave por los senadores) y Chaco, “El costo de la derrota ya lo pagamos, si perdés por menos hasta puede ser leído como una remontada”, reflexiona el referente. Sin querer imaginar la hipótesis de una derrota aún más abultada, cerca del Presidente no imaginan cambios de gabinete forzados por el cristinismo. “¿De dónde nos van a pedir cambios, si ellos también van a perder en sus distritos?”, desafía otro albertista que apuesta a la continuidad de la incipiente y renovada alianza de Fernández con gobernadores, intendentes, la CGT y Sergio Massa.
“La CGT y los movimientos sociales van a bancar fuerte a Alberto, el acto del miércoles 17 es una muestra, pero hay que ver que quiere hacer él con eso”, susurra un legislador de extracción sindical, que ve “mal” la elección de hoy. En eso coincide con otra espada legislativa que dialoga a diario con Máximo Kirchner, que apostó al hoy jefe de gabinete bonaerense Martín Insaurralde para “ordenar” la campaña en el principal distrito del país luego de la derrota en las PASO.
Desde ese sector, con Cristina Kirchner corrida del escenario durante la campaña, apuestan a “tensar muchísimo más la cuerda” con el FMI, para que “ellos no nos impongan las condiciones que quieren”. Lo contrario afirman desde el “peronismo tradicional”, encabezado por el jefe de gabinete Juan Manzur, los gobernadores y Massa, partidarios de un acuerdo “rápido, ya, y como sea” con el Fondo Monetario que de certezas a los mercados y despeje rumores devaluatorios.
“Yo en mi provincia espero ganar. Para el resto hay que esperar hasta el lunes”, dijo a LA NACION uno de los pocos gobernadores que pudo cantar victoria el 12 de septiembre. Manzur y su sucesor Osvaldo Jaldo en Tucumán, Sergio Uñac en San Juan, Raúl Jalil en Catamarca son de los pocos mandatarios que escaparon al “mapa pintado de amarillo” que arrojaron las PASO y esperan renovar ese respaldo hoy. Sobre el futuro de Manzur hay disidencias: mientras cerca del tucumano afirman que “está muy conforme con todo lo que hizo” y que piensa continuar, otras fuentes hablan de tensiones acumuladas con otros ministros (como el de Interior, Eduardo de Pedro) y algún chispazo con el Presidente que podrían acortar su estadía en la Casa Rosada.
Mientras los gobernadores se preparan para retener el control de sus distritos, Massa apuesta al diálogo post-elección, aunque la performance del Frente Renovador en Tigre y las provinciales en Chubut y Salta serán desafíos a su influencia y poder político. La “convocatoria a un gran acuerdo nacional” -ya parcialmente rechazada por la oposición esta semana-a través de un paquete de leyes que enviaría el Poder Ejecutivo en horas posteriores a la elección será la forma elegida para retomar la iniciativa, al menos por lo que comentan cerca del titular de la Cámara baja, desde donde también rechazan las versiones sobre su ingreso al gabinete.
Revancha
Capitaneados por Martín Insaurralde, también los intendentes bonaerenses intentarán retener -o recuperar- su influencia en el resultado final que obtenga el Frente de Todos en su principal bastión. Fuentes del oficialismo bonaerense reparan en la estrategia del gobernador Axel Kicillof, quien de repetirse una derrota enfocará sus cañones en ellos (y en un tiro por elevación también facturaría a Máximo Kirchner) por haberle “intervenido” el gobierno y por ende también la campaña.
¿Y Cristina? “Mandó a decir a través de Máximo que va a apoyar a Alberto, que va a fortalecer la unidad para lo que viene”, cuentan en un despacho de la Casa Rosada. Mientras algunos en el peronismo la ven “con ganas de retirarse y dedicarse a sus nietos”, desde el cristinismo puro la evalúan “mirando lo que pasa”, sin arriesgar su reacción, una vez que los resultados de las elecciones de hoy -y las presunciones de una eventual nueva derrota- queden confirmados. “Cristina está demostrando que es la única política argentina con mirada estratégica”, la elogia un peronista que no es de La Cámpora. “Los votos, mal que nos pese, son de ella. Alberto no suma un solo voto más”, coincide un albertista, desilusionado con su jefe político.
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