El Frente de Todos en la Ciudad, en un limbo: una pulseada a la espera de las definiciones de Cristina y las señales de China
Juan Manuel Olmos avanzó con un armado con Leandro Santoro y Matías Lammens mientras que La Cámpora espera una señal de la vicepresidenta; tensión por el reparto de lugares en las listas
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La oferta electoral del Frente de Todos (FDT) de la Ciudad tiene hoy tantos interrogantes abiertos como a nivel nacional. En territorio porteño tallan con fuerza dos facciones: de un lado, La Cámpora, con Mariano Recalde a la cabeza; del otro, el armado que trabajó el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, que tiene a Leandro Santoro y a Matías Lammens como caras visibles. Cerca del kirchnerismo, además, orbitan el sector de Víctor Santa María y el Frente Patria Grande, la pata política del líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois.
Pese que las candidaturas de Juntos por el Cambio empiezan a definirse, en el FDT porteño aún no se sabe si habrá PASO o lista única, aunque una mayoría cree razonable ofrecer una propuesta unificada, por tratarse de un terruño esquivo para el peronismo. Propios y ajenos esperan una señal de Cristina Kirchner porque, aunque ella tenga mala imagen en la Ciudad, es la única que puede ostentar un voto duro y, sobre todo, bajar una instrucción a los camporistas. “Como siempre, todos estamos esperando lo que defina Cristina”, dice a LA NACION uno de los hombres fuertes del peronismo porteño.
En China, en tanto, también podría haber novedades. La convivencia en la comitiva de Sergio Massa de Olmos y Máximo Kirchner durante el largo periplo en avión y la estadía por una semana en Shangai y Beijing, hace que todos en Buenos Aires esperen con atención las señales del otro lado del mundo.
El primero en mover una ficha para el armado del FDT en la Ciudad, de hecho, fue Olmos, al conformar una mesa de trabajo con su partido, el Nuevo Espacio de Participación (NEP), Santoro -que es uno de los que mejor performa en las encuestas- y con Lammens, que fue candidato a jefe de Gobierno en 2019 y obtuvo el 35% de los votos, una marca histórica para el peronismo en la Ciudad desde que gobierna Pro. A ese armado se sumó, además, Graciana Peñafort. La abogada lo hizo a cuenta personal, con la expectativa de ser una de las candidatas del espacio, más allá de su cercanía a la vicepresidenta, de quien fue su asesora jurídica en el Senado.
Al interior de ese armado no hay demasiada discusión por el cartel. Lammens -que sabe que conquistar la jefatura de Gobierno porteña es una quimera- aspira a encabezar la nómina de diputados nacionales y obtener así un lugar en la boleta expectante. Santoro, en cambio, quiere dar la batalla en la categoría de jefe de Gobierno porteño tras caminar la campaña de 2021, que lo llevó como cabeza de lista en las legislativas.
Ese conglomerado hoy está en plena tensión con el frente K. En La Cámpora advierten que “la estrategia porteña tiene que esperar a que se defina la estrategia nacional” porque la Ciudad es un distrito que irradia la campaña que se defina a nivel país. “Por eso en 2019, cuando se decidió que Alberto fuera candidato a Presidente, se optó que Lammens fuera candidato a jefe de gobierno porteño y Recalde, que tenía fuerte consenso para jugar, recaló como candidato a senador nacional”, recuerdan, como dando a entender que hubo generosidad del kirchnerismo en otros turnos electorales.
Así, desde las filas kirchneristas advierten que, si finalmente hay una PASO a nivel nacional, “Recalde podría ser el candidato de Wado (De Pedro) y Santoro el candidato de (Daniel) Scioli”. El kirchnerismo se empeña en relacionar el armado de Olmos, Santoro y Lammens con Alberto Fernández, a sabiendas de que el poder de fuego del Presidente en el armado nacional está hiper encogido. Chicanas típicas de la temporada de definiciones para pulsear en la confección final de las listas.
En el campamento de Santoro, en tanto, creen que el kirchnerismo buscará quedarse con toda la lista de diputados nacionales y también tallar con fuerza en la de legisladores porteños, que son los lugares seguros ante una previsible derrota. En la Cámara baja vencen los mandatos de Paula Penacca (otra referente de La Cámpora que puja por la conducción porteña con Recalde), Mara Brawer, Eduardo Valdés e Itaí Hagman (Frente Patria Grande). Los cuatro son kirchneristas. En la Legislatura, en tanto, se estiman que los primeros ocho lugares tienen expectativa de ingresar.
“Nunca el kirchnerismo monopolizó toda la lista. Recalde va a ir a donde le toque ir, porque ya lo hizo muchas veces. No tiene problema de integrarse a una oferta de unidad o de jugar una PASO con Santoro”, replican cerca del senador camporista.
Con la pulseada entre el armado de Olmos y La Cámpora como telón de fondo, el sector de Víctor Santa María empuja a la diputada Gisela Marziotta para que integre el armado porteño. El Frente Patria Grande, en tanto, presentó como potencial precandidato a jefe de gobierno al streamer Pedro Rosemblat, una iniciativa que contó con el visto bueno de Máximo Kirchner aún cuando no se sabía cómo se terminarían acomodando las fichas del peronismo en la Ciudad.
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