El fracaso de la ley ómnibus: Villarruel busca contener a los legisladores dialoguistas frente al enojo de Milei
La vicepresidenta se mostró preocupada por la reacción del Gobierno tras el fiasco en Diputados; intenta mantener la mayoría que armó con la UCR, el Pro y fuerzas provinciales
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El tembladeral político que generó el fracaso de la ley ómnibus en la Cámara de Diputados y el contraataque verbal y las represalias tomadas por Javier Milei contra los legisladores que no apoyaron el proyecto no le es ajeno a Victoria Villarruel, que se reunió con representantes de los bloques de la UCR, Pro y fuerzas provinciales con la idea de hacer un control de daños y contener los embates del kirchnerismo, decidido a votar en contra todo lo que proponga el oficialismo.
Según coincidieron varias fuentes legislativas, en el encuentro la vicepresidenta evitó opinar sobre la reacción del jefe del Estado y del Gobierno, pero no pudo ocultar su preocupación ante un estilo de relacionarse con las fuerzas políticas dialoguistas que no comparte y que está en las antípodas de lo que viene poniendo en práctica desde que se hizo cargo de la Cámara alta.
De hecho, al menos dos de los participantes en la reunión, celebrada en la tarde del miércoles, contaron que la vicepresidenta apoyó el reclamo que varios de los presentes le hicieron al libertario y presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, para que le pidiera disculpas a Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro) y al gobernador de la provincia, Alberto Weretilneck, por haber calificado a los mandatarios provinciales como “animalitos gastadores”.
“Sí, tenés que llamarlo y pedirle disculpas, te va a atender”, avaló Villarruel el pedido de uno de los legisladores a Abdala. Según pudo saber este diario, el oficialista habló con Silva poco después y quedó en comunicarse con Weretilneck, líder político de la senadora rionegrina.
La reunión estaba prevista desde la semana anterior y tenía como objetivo empezar a diagramar el tratamiento de la ley ómnibus en el Senado y analizar el panorama de cara a la próxima sesión preparatoria en la que el Senado tendrá que ratificar las autoridades elegidas en diciembre.
Pero el fiasco registrado en Diputados en la tarde del martes, cuando el oficialismo debió pedir el regreso del proyecto a comisiones y dio por tierra con casi un mes de debate legislativo, y la virulenta reacción de Milei cambiaron por completo el escenario.
A la mesa del encuentro se sentaron, además de la anfitriona y de Abdala, el jefe de la bancada oficialista, Ezequiel Atauche (Jujuy), los radicales Mariana Juri (Mendoza) y Pablo Blanco (Tierra del Fuego), y el cordobés y presidente del bloque Pro, Luis Juez. También estuvieron los líderes de los bloques Unidad Federal, Carlos Espínola (Corrientes), y Cambio Federal, Juan Carlos Romero (Salta).
“La noté preocupada”, confió uno de los presentes. Otro legislador avaló la lectura de su colega y confirmó, también, que en la conversación volvieron a escucharse quejas por la reacción del Gobierno, y en particular de Milei, por el fracaso de la denominada ley ómnibus en la Cámara baja.
Según le contó a LA NACION otro de los asistentes los reproches no fueron en tono elevado, pero admitió que se le transmitió a la vicepresidenta la queja amarga por el maltrato a los sectores que pretenden colaborar. Fuentes oficialistas confirmaron el tono de la reunión.
En lo que hubo unanimidad fue en señalar que los reproches no fueron dirigidos a Villarruel, a quien le destacan sus modos y su predisposición a dialogar. “La vemos que hace un esfuerzo por cambiar la dinámica de Cristina Kirchner, construye mayorías y del otro lado rompen todo cada vez que pueden”, fue la lectura comprensiva de la situación que atraviesa la vicepresidenta que un senador hizo en diálogo con este diario.
Como resultado del encuentro, Villarruel se llevó un primer compromiso de que ninguno de los bloques presentes se sumaría a una supuesta jugada del kirchnerismo para impulsar la derogación del DNU 70/23 en la próxima sesión del Senado.
Tras conseguir dictamen el miércoles en dos comisiones, el oficialismo pretende convocar a sesión especial el próximo 23 de febrero para sancionar el proyecto de ley que modifica la ley de lucha contra el lavado de activos provenientes de actividades ilícitas. El mismo día se celebraría la sesión preparatoria en la que se deberán ratificar o modificar las autoridades elegidas el 13 de diciembre pasado.
Sin embargo, desde la semana pasada pesa como una espada de Damocles el pedido realizado por el kirchnerismo para que el Senado discuta el decreto de necesidad y urgencia.
El Frente de Todos pretende rechazar el DNU y asestarle así un golpe político al gobierno de Milei. Sin embargo, la vicepresidenta no respondió al pedido. La jugada generó la protesta del kirchnerismo y, aunque en sordina, también de legisladores de bloques dialoguistas, que criticaron el desplante de Villarruel.
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