El exembajador de Mauricio Macri en Bolivia criticó la denuncia de contrabando de armas
En una entrevista con LA NACION, Normando Álvarez García negó las acusaciones y dijo que Ariel Basteiro, su sucesor, “parece más el embajador de Evo que de la Argentina”
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Soldado leal del gobernador jujeño Gerardo Morales, Normando Álvarez García defiende su accionar como embajador argentino en Bolivia durante los tumultuosos días de noviembre de 2019 que determinaron la salida de Evo Morales del país. En diálogo telefónico con LA NACION, el hoy ministro de Trabajo de Jujuy niega estar involucrado en presunto contrabando de armas, objeto de la causa judicial iniciada por el gobierno de Alberto Fernández contra su antecesor Mauricio Macri y distintos funcionarios de su gobierno.
“La relación entre Argentina y Bolivia era excelente. No tenían nada contra nosotros y encontraron esto”, afirma el dirigente radical, que niega haber recibido la carta de agradecimiento de la Fuerza Aérea boliviana por la entrega de armamento antimotines, la misiva que dio origen a la denuncia. Centra, como el gobernador de Jujuy, sus dardos en su sucesor, Ariel Basteiro, a quien acusa de ser “fiscal y policía” por su activa participación en la denuncia.
-¿Cómo recuerda aquellos últimos días de su estadía en La Paz?
-Fueron días duros, de mucha tensión. Había un estado de locura en toda la sociedad boliviana, con un país enfrentado, dividido. Fue muy difícil, y no terminó bien. Evo había estado 14 años y había tenido el control, pero ya por esos días lo había perdido.
-Ahora el expresidente de Bolivia pide que Mauricio Macri sea juzgado en su país por haber complotado contra él…
-No deja de sorprenderme. No tenían nada contra la Argentina, y con esto buscan involucrarnos, como lo hicieron con Estados Unidos, la Unión Europea, y la Iglesia, que incluso debió sacar un documento para desmentir ese supuesto apoyo. Con Brasil y Chile habían intentado lo mismo que con Argentina, la diferencia es que nuestro país tiene de embajador a [Ariel] Basteiro, que parece más el embajador de Evo o el ministro de Justicia de Bolivia más que de Argentina. Impulsa las denuncias en una jugada lamentable.
-¿Sigue sosteniendo que no vio la carta de agradecimiento que le habría enviado la Fuerza Aérea de Bolivia el 13 de noviembre, en el que detalla el material recibido?
-Seguro que no la vi ni la recibí, y el propio Basteiro dijo, aunque luego lo negó, que él mismo la encontró revolviendo papeles y se la llevó al canciller boliviano [Rogelio Mayta]. La embajada, en esos días, estaba cerrada por cuestiones de seguridad. Si yo la hubiese recibido habría hecho un cable diplomático informando. El propio autor de la carta dice que es falsa.
-Pero el agregado naval dice que él sí la recibió, lo cual consta en los registros…
-Puede ser que a él sí le hubiese llegado, pero no a mí. Yo estaba en la residencia, a cinco cuadras de la embajada, y repito, si me hubiese llegado alguna comunicación la habría comunicado.
-La exministra Patricia Bullrich reconoció el envío del grupo entrenado para proteger la embajada en aquellos días. ¿Allí tuvo participación?
-Claro, eso es verdad, nosotros pedimos los visados y las autorizaciones para esta gente, y se hizo de manera normal. Estaban bien pertrechados para la defensa de la embajada, eran días de mucha violencia en las calles y se habían introducido en la embajada argentina en Chile, el propio embajador [José Octavio Bordón] había corrido peligro. Recuerdo que llegaron en el avión Hércules, vi las cajas y como las bajaban.
-¿No le parecieron mucho 70.000 municiones?
-No lo sé, desconozco si son muchos o pocos, la embajada no controla el contenido, eso se hace a través de los agregados militares.
-El juez Javier López Biscayart suspendió la feria para avanzar en el trámite judicial en la que usted está imputado, ¿cómo lo evalúa?
-Evidentemente está con toda la decisión de avanzar rápidamente. La causa es por contrabando y todos tendremos que demostrar que no tenemos nada que ver. Personalmente no hice ningún pedido ni participé de ningún envío, y me llama la atención que ya durante el gobierno de Alberto Fernández la Gendarmería diga que muchas de esas municiones fueron utilizadas para prácticas de tiro. Es todo bastante raro.
-El gobernador Morales lo homenajeó la semana pasada. ¿Lo siente como una reivindicación?
-Sí, hoy nos volvimos a ver y le agradecí el gesto. Él sabe lo que pasamos y que en su momento tomamos la decisión de proteger en la embajada a todos quienes lo pedían, sean periodistas o dirigentes del MAS. Gerardo sabe que esta operación política también apunta hacia él, por la cercanía política que tenemos, y quiso que la gente sepa todo lo que se hizo en Bolivia en esos días.
-¿Hay un acuerdo entre ambos gobiernos para perjudicar a Juntos por el Cambio?
-Evidentemente sí. El embajador Basteiro se pone en fiscal y policía. En mi caso particular, el Presidente lo llamó a Gerardo Morales para decirle que ellos sabían que mi accionar fue correcto, y el canciller Felipe Solá dijo algo parecido.
-¿Y Macri y los demás funcionarios imputados pudieron haber hecho alguna gestión para perjudicar a Evo?
-Personalmente creo que nadie estuvo involucrado, la relación entre ambos gobiernos era excelente. Han encontrado la carta, los gases y las granadas y comenzaron con esto. El exjuez [Eduardo] Freiler dice que hubo participación del anterior gobierno en un golpe, pero hay expedientes previos que afirman que el propio Evo pidió a la Argentina material como municiones a través de la policía boliviana.
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