Héctor Ponce: el excéntrico gremialista que viaja por el mundo
Es el jefe del sindicato lechero, en cuya revista exhibe sus travesías; "Son viajes de laburo", dijo
Héctor Luis Ponce es el jefe de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) desde 2002. Es uno de los muchos sindicalistas que superan la década sentados en el mismo sillón de mando. Tal vez en una suerte de autohomenaje no tuvo mejor idea que publicar sus viajes por el mundo en la revista del gremio, que se distribuye entre los casi 30.000 afiliados lecheros.
En retratos bien turísticos y cuidadosamente posados, Ponce les muestra a sus adherentes las maravillas de Venecia y de los Alpes suizos, un viaje en camello por el desierto marroquí y luce sonriente y con los dedos en "V", un clásico de los peronistas, en la puerta del museo del Louvre, en París.
En la edición número 31 de la revista Nuestra Voz también hay imágenes de Ponce en las cataratas del Niágara, en el muro de Berlín, en las calles de Madrid, Australia, Nueva Zelanda y en el Mundial de fútbol de Sudáfrica. Viajó recientemente al de Brasil, aunque no hubo aún una foto pública que lo acredite. Y para demostrar que es un trotamundos, se lo observa con estilo playero en Santo Domingo, en las pirámides de El Cairo y en la Plaza de la Revolución de La Habana, con el mural del Che Guevara como mudo testigo.
"Conocí el mundo por el sindicato. ¿Qué tiene de malo? Aunque algunos de los viajes, como los del Mundial, fueron por cuenta propia. No tengo nada que esconder, son viajes de laburo", argumenta Ponce ante LA NACION. Lo dice sereno, con naturalidad. Y agrega: "Ahora me voy a España, San Francisco y Suiza por la División Internacional del Sector Lácteo de UITA [Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines]. Algunos gastos los afronta el gremio y otros, la UITA".
-¿Qué dicen sus afiliados al verlo así en la revista del gremio?
-No creo que les haya molestado, lo hubiera percibido. A mí me votó el 90 por ciento en 2013. Si alguien quiere ocupar mi lugar, deberá ganarme la elección y demostrar que tiene más capacidad de gestión.
Ponce blanquea que percibe del gremio un salario de "55.000 pesos por el nivel de exigencia y de responsabilidades". Y se explaya: "A un empresario que gana 150.000 lucas nadie le dice nada. Mi responsabilidad es superior. Soy responsable, por ejemplo, si ponen mal una prótesis en los sanatorios del gremio. Manejo una obra social, 30.000 afiliados y levanté económicamente a Atilra".
En el mapa gremial, Ponce es un dirigente que no adhiere a ninguna de las centrales obreras. Es miembro de la CGT, pero tomó distancia a partir de la atomización. Cuestiona el personalismo de Hugo Moyano, pero tampoco comulga con Antonio Caló ni Luis Barrionuevo. "No estoy en ningún lado porque no existe un proyecto común. Hoy no hay un liderazgo fuerte", dice.
Políticamente, Ponce está alineado con el kirchnerismo, aunque esquiva con cierta incomodidad referirse a los comicios de 2015. En su despacho cuelgan fotos de Néstor y Cristina Kirchner. Pero no sólo eso: dedicó ediciones completas de la revista del gremio para expresar su apoyo a la denominada ley de medios, por ejemplo.
En la AFIP, Ponce declaró como su actividad principal la "producción de espectáculos teatrales y musicales". Lo hizo porque Atilra tiene un boliche en Sunchales, su ciudad natal y de residencia. El local se llama Low y por allá pasaron grandes figuras del rock nacional y actores populares del teatro de revista. "Tenemos un boliche para que los jóvenes no se vayan a Rosario o a Santa Fe. Por eso también el gremio les ofrece salud y educación", explica "Etín", como se apoda al líder de Atilra.
Además de gremialista y amante de los viajes y los espectáculos teatrales y musicales, Ponce supo ser relator de boxeo. Tal vez por eso Atilra es, desde hace ya un tiempo, uno de los principales auspiciantes de Marcos "Chino" Maidana y Sergio "Maravilla" Martínez, los boxeadores argentinos del momento. A pesar de su vínculo directo con Maidana, Ponce no viajó a Las Vegas para asistir a la revancha contra el temible Floyd Mayweather. Prefirió esta vez seguir el combate por televisión desde Sunchales, su lugar en el mundo.
Esta nota fue publicada originalmente el 30 de septiembre de 2014