El escritor Mempo Giardinelli quiso alojarse nueve noches gratis en la embajada en Roma y enfureció ante la negativa
Sin revelar el nombre del intelectual kirchnerista, el diplomático Roberto Carlés expresó su asombro ante la violencia de la respuesta de Giardinelli
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ROMA.- El embajador argentino ante Italia, Roberto Carlés, dejó trascender hoy en redes sociales su indignación después de que una persona –que luego trascendió que aludía al escritor Mempo Giardinelli- se enfureció y lo insultó tras haber recibido de su parte una negativa a alojarse durante nueve noches en la embajada de la Piazza dell’Esquilino de esta capital.
“No daré jamás el nombre, pero lo comento sobre todo porque me impactó la violencia de su mensaje. Tanto se ofendió que decidió cancelar su participación en una actividad por el 24 de marzo, demostrando su real compromiso. Por cierto, no pidió quedarse una noche sino nueve”, escribió en su cuenta de twitter Carlés, embajador político nombrado por Alberto Fernández en agosto de 2020.
Lamentable que haya personas que se crean con derecho a alojarse en una embajada, por su curriculum o por tener un cargo público y, peor aún, que se ofendan y envíen mensajes insultantes si se les informa que no hay habitaciones disponibles (ocupadas por mi propia familia).
— Roberto Carlés (@robertinocarles) March 20, 2023
El representante de la legación ante Italia, abogado y jurista pupilo de Eugenio Zaffaroni, de 41 años, fue más allá. “Lamentable que haya personas que se crean con derecho a alojarse en una embajada, por su currículum o por tener un cargo público y, peor aún, que se ofendan y envíen mensajes insultantes si se les informa que no hay habitaciones disponibles (ocupadas por mi propia familia”, agregó en un segundo tuit Carlés, que es padre de tres niños y muy cercano al papa Francisco.
Según pudo saber LA NACION, el cortocirucito estalló cuando, luego de hacerle saber a Mempo Giardinelli, de buena forma, que no iba a poder alojarlo en la embajada de la Piazza dell’Esquilino, como este le había pedido hace un mes, Carlés recibió de su parte una nota al parecer prepotente e insultante, en la que el escritor, al margen de cancelar su viaje a Roma, le recriminó ser un ignorante al desconocer su larga trayectoria.
La embajada de la Piazza dell’Esquilino –cuya fachada fue restaurada en tiempos del embajador de carrera Victorio Taccetti, hace casi 20 años, con ingresos provenientes no de las arcas nacionales, sino de carteles publicitarios que en su momento ocultaron sus paredes-, no cuenta con una ala independiente, aislada, para huéspedes.
No obstante, en los últimos años de vacas flacas, dentro de las posibilidades y sin distinciones de amistades, en diversas oportunidades Carlés le dio alojamiento a artistas que participaron gratis de actividades culturales en la Casa Argentina, como para agradecer de alguna forma esos gestos de buena voluntad.
En tiempos recientes, en efecto, allí se alojaron Mariano Llinás, guionista de Argentina 1985, la cantante de tango Patricia Malanca, el ilustrador y humorista Miguel Rep, entre otros. Estos se quedaron una o máximo dos noches en dos habitaciones que hay en la residencia, pegadas a la cocina, pasando a integrarse, en cierto modo, a la vida familiar del embajador, ya que se trata de una situación bastante “promiscua” porque los eventuales huéspedes deben incluso compartir baño.
Al tratarse justamente de un ala de la residencia ni independiente ni aislada, cuando llegó a Roma el pedido de quedarse allí durante nueve noches de parte de Giardinelli y esposa –que es directora del plan lectura del Ministerio de Educación y debía viajar a la Feria del Libro infantil de Bologna-, desde la legación de la Piazza dell’Esquilino se envió una “cordial” respuesta negativa. Al parecer, para justificar el pedido de alojamiento por nueve noches, Giardinelli había hecho saber que iba a participar de un evento en ocasión de la jornada de la memoria del 24 de Marzo.
Nadie se imaginó en la embajada de la Piazza dell’Esquilino que la negativa al pedido de alojamiento cayera tan mal en el escritor que, enfurecido, envió una misiva de tonos tan encendidos y prepotentes, que el embajador no quiso dejar pasar. De hecho, con los tuits Carlés quiso poner un límite y dar públicamente su versión de un entuerto que, desde la embajada, intentaban minimizar. “No tiene la entidad necesaria”, dijeron a LA NACION fuentes cercanas a Carlés, que destacaron, por otro lado, que durante la jornada el embajador recibió muchísimos mensajes de solidaridad de la misma Cancillería.
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