El enroque de AFIP y vicejefatura, una jugada a dos puntas

La doble asunción de Armando Caro Figueroa como titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y de Héctor Rodríguez como vicejefe de Gabinete, anteayer al mediodía, careció de un elemento habitual en ese tipo de actos: excitación de algún tipo.

La única barra de entusiastas era la de unos rionegrinos que aplaudían una tercera jura, simultánea pero menos trascendente en términos políticos, de Daniel Sartor como secretario de Desarrollo Social.

Rodríguez y Caro Figueroa no estaban de ánimo festivo. El primero, porque cambiaba un puesto de alta responsabilidad de gestión por otro en el que, tal como está planteado, tendrá mucho tiempo libre y pocas funciones específicas. Caro Figueroa, porque sacrificaba todas sus funciones políticas en nombre de la necesidad de fortalecimiento de su jefe, el ministro de Economía, Domingo Cavallo.

El enroque fue una decisión del presidente De la Rúa que debe ser vista de dos formas: como un apuntalamiento de Cavallo, pero también como una trampa para Cavallo.

"Ahora la responsabilidad entera de la recaudación es de Cavallo. De aquí en más no podrá decir que su plan falló porque no se recauda", explicó un integrante del círculo íntimo del Presidente, que conoce bien su pensamiento en el tema. Lo mismo dijeron un diputado delarruista y un influyente ministro.

De la Rúa no cree que el cambio de conducción en la AFIP contribuya a una mejora sustancial en la recaudación, confió un hombre que pasa todos sus días con él. Considera que el organismo es atrasado y que su estructura interna la hace muy ineficiente. Opina en privado que el tema no tiene arreglo en lo inmediato.

Flancos

Caro Figueroa llegó a la Vicejefatura de Gabinete cuando Cavallo, en su momento de fortaleza, creyó que podría avanzar sobre las cajas sociales de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) y el PAMI.

La resistencia de radicalismo y las desgracias económicas que causaron el ocaso de Cavallo frustraron los planes, a los que Caro se había entregado casi por completo. Su otra tarea era la conducción de Acción por la República (AR), el partido de Cavallo.

Al fracasar en lo primero, la Vicejefatura de Gabinete perdió contenido. Los ataques a la Anses, especialmente al partido radical, lo dejaron además en una situación vulnerable. El contraataque fue la revelación de su participación, como ministro de Trabajo, en el oscuro pase de las cajas jubilatorias provinciales a la Nación durante el gobierno de Carlos Menem.

Luego de presentarse por propia iniciativa ante la Justicia para aclarar su situación, renunció a la presidencia de AR por pedido de Cavallo, según dijo a LA NACION.

Uno de sus hombres de confianza y un funcionario de la AFIP explicaron que lo hizo para no dejar flancos abiertos. "Todo el mundo sabe que un lugar principal de evasión impositiva son los partidos políticos", dijo el primero.

Anteayer, en el acto del Salón Blanco de Casa de Gobierno, De la Rúa estrechó la mano de Caro Figueroa y le dijo: "El país espera mucho de su gestión".

En el Gobierno hay quienes piensan que no podrá hacer mucho sin reactivación económica, y quienes aseguran que sólo un aumento del presupuesto de la AFIP, para informatizar los sistemas y hacer publicidad, le daría alguna chance.

Origen

La idea del enroque nació un mes antes de que se produjera. Rodríguez, aseguran sus íntimos, habló entonces con el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, sobre la oportunidad de "refrescar" la AFIP con un cambio de hombres. Quince días más tarde, Rodríguez lo habló con Cavallo.

Abogado y experto en administración pública, Rodríguez había iniciado su gestión cuando la AFIP dependía de la Jefatura de Gabinete (De la Rúa la había sacado de Economía para fortalecer a Colombo, cuando José Luis Machinea era ministro). Al asumir Cavallo, en marzo, y decidirse el regreso de la AFIP a Economía, Rodríguez presentó su renuncia de palabra pero Cavallo la rechazó.

Un mes atrás, con Caro Figueroa prácticamente vencido en su batalla por la Anses y con Cavallo agobiado por la crisis financiera, la idea del enroque comenzó a tener sentido.

La recaudación, por otra parte, sólo prometía malas noticias. La caída del 3,4 por ciento respecto de agosto del año anterior fue una gran noticia de despedida para Rodríguez, que estaba seguro de que el descenso rondaría los 12 puntos. El regreso de los depósitos bancarios y la liquidez que produjeron, luego de la tranquilidad que trajo el acuerdo con el FMI, evitaron que la previsión se cumpliera, explicaron cerca de él.

¿Cuál será su nueva función? "Tratar de hacer funcionar la coordinación de las distintas áreas de Gobierno. En el marco de la reforma del Estado, ya hemos trabajado con Marcos Makón (actual secretario de Modernización del Estado de la Jefatura de Gabinete) en la etapa preelectoral, tenemos una larga relación de trabajo y una larga amistad", es todo lo que pudo decir Rodríguez cuando LA NACION le preguntó.

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