El dramático momento en que los vecinos impidieron el ingreso de Lázaro Báez al country para el arresto domiciliario
Rodrigo Néspolo - LA NACION
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Una protesta de vecinos impidió el ingreso de Lázaro Báez al country y debió volver a la cárcel de EzeizaRodrigo Néspolo - LA NACION
Vecinos impiden el ingreso de Lázaro Báez al country donde pretende cumplir prisión domiciliariaRodrigo Néspolo - LA NACION
Un grupo de personas se sentó sobre el asfalto, otros se acostaron obstaculizando el acceso de BáezRodrigo Néspolo - LA NACION
Un grupo de vecinos del barrio Ayres del Pilar impidió el ingreso de la camioneta del Servicio Penitenciario Federal que transportaba al empresario kirchnerista Lázaro Báez Rodrigo Néspolo - LA NACION
El móvil intentó ingresar poco después de las 20.30, pero se encontró con la protesta de los vecinos del country bloqueando el ingreso al complejo habitacionalRodrigo Néspolo - LA NACION
El preso estaba sentado en la parte trasera, vestía una campera roja, un chaleco antibala, un casco antimotines y llevaba barbijoRodrigo Néspolo - LA NACION
Los abogados del empresario también intentaron entrar al barrio privado, pero fueron atacados a huevazos y golpes contra el automóvilRodrigo Néspolo - LA NACION
Vecinos del country le arrojaron piedras y huevos al vehículoRodrigo Néspolo - LA NACION
Tras intentar el ingreso por un acceso lateral, que rápidamente fue obstruido por los manifestantes, la camioneta volvió a hacia la PanamericanaRodrigo Néspolo - LA NACION
Con un vidrio roto, la camioneta retrocedió y se dirigió hacia la alcaldía de Devoto; luego, regresó a EzeizaRodrigo Néspolo - LA NACION
En el segundo intento volvieron a repetirse las mismas escenas: vecinos insultando a Báez y bloqueando el paso de la camionetaRodrigo Néspolo - LA NACION
Báez, detenido con prisión preventiva desde hace más de cuatro años, dejó esta tarde la cárcel de Ezeiza, pero debió regresar y pasará la noche allíRodrigo Néspolo - LA NACION
La indignación de los vecinos del country ya había brotado en julio, cuando se conoció que el empresario podría cumplir condena allíRodrigo Néspolo - LA NACION
